Las lesbianas sabemos bien que el decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra sexualidad tiene un alto costo dentro del patriarcado; el romper la regla heterosexual implica violencias que van desde acosos, despidos laborales, discriminación en general, hasta violaciones y crímenes por lesbofobia.
Hoy la ciudad de México vive una lucha de similares dimensiones, en donde se pretende asegurar el dominio político de panistas, iglesias y fundamentalistas quienes intentan seguir ejerciendo violencia contra el cuerpo y las elecciones autónomas de las mujeres.
Se escudan en discursos chantajistas de salvadores no solicitados, donde dicen defender productos no deseados y en los medios de comunicación pretenden distraer la atención de la ciudadanía con un debate respecto al aborto. No nos dejemos engañar. El tema no es un sí o un no al aborto. El aborto es una realidad contundente. Ocurren miles de abortos en este país, con o sin permiso de las autoridades.
El verdadero sentido de la oposición conservadora es el seguir castigando a las mujeres que deciden. Hoy, la mujer que se somete a un aborto no sólo se expone a la sanción legal, si no que en lo inmediato, de hecho ya padece castigos y corre riesgos inmerecidos: En primera instancia la censura y autocensura moral, el conflicto ante una elección que no es sencilla. Y, en un segundo lugar, también está la realidad concreta en donde la falta de recursos económicos y de políticas de salud al respecto, la obliga a exponer la salud, la vida y la dignidad, pues el trato en los lugares que realizan abortos clandestinos no siempre es cordial ni respetuoso. Menos aún, lo es en los centros de salud a los que se recurre tras los daños de la negligencia ilegal, en donde, generalmente, el personal poco sensibilizado cuestiona, juzga y maltrata a la mujer doliente.
Por eso, señores fundamentalistas: No más Santa Inquisición. Ya basta. El aborto no es el tema a discutir.
¡No más castigo a las mujeres!
Así, como lesbiana; me pronuncio en solidaridad con el movimiento a favor de la despenalización del aborto y de la educación sexual, laica y científica.
Como madre, declaro públicamente:
Yo he abortado. Y ha sido el más grande acto de amor hacia un producto que no estaba lista para recibir. Declaro, también: que no me arrepiento y si el tiempo volviese, la misma elección volvería a tomar.
Hoy soy madre y mi maternidad es plena pues fue un ejercicio de elección, no una imposición sobre mi cuerpo.
Finalmente, como mujer, exijo, como hace décadas exigimos:
Educación y anticonceptivos, para no abortar.
Aborto libre, para no morir.
De: "Karina Vergara"
Asunto: pronunciamiento en pro despenalización del aborto
Fecha: Thu, 29 Mar 2007 15:54:58 -0600
Hoy la ciudad de México vive una lucha de similares dimensiones, en donde se pretende asegurar el dominio político de panistas, iglesias y fundamentalistas quienes intentan seguir ejerciendo violencia contra el cuerpo y las elecciones autónomas de las mujeres.
Se escudan en discursos chantajistas de salvadores no solicitados, donde dicen defender productos no deseados y en los medios de comunicación pretenden distraer la atención de la ciudadanía con un debate respecto al aborto. No nos dejemos engañar. El tema no es un sí o un no al aborto. El aborto es una realidad contundente. Ocurren miles de abortos en este país, con o sin permiso de las autoridades.
El verdadero sentido de la oposición conservadora es el seguir castigando a las mujeres que deciden. Hoy, la mujer que se somete a un aborto no sólo se expone a la sanción legal, si no que en lo inmediato, de hecho ya padece castigos y corre riesgos inmerecidos: En primera instancia la censura y autocensura moral, el conflicto ante una elección que no es sencilla. Y, en un segundo lugar, también está la realidad concreta en donde la falta de recursos económicos y de políticas de salud al respecto, la obliga a exponer la salud, la vida y la dignidad, pues el trato en los lugares que realizan abortos clandestinos no siempre es cordial ni respetuoso. Menos aún, lo es en los centros de salud a los que se recurre tras los daños de la negligencia ilegal, en donde, generalmente, el personal poco sensibilizado cuestiona, juzga y maltrata a la mujer doliente.
Por eso, señores fundamentalistas: No más Santa Inquisición. Ya basta. El aborto no es el tema a discutir.
¡No más castigo a las mujeres!
Así, como lesbiana; me pronuncio en solidaridad con el movimiento a favor de la despenalización del aborto y de la educación sexual, laica y científica.
Como madre, declaro públicamente:
Yo he abortado. Y ha sido el más grande acto de amor hacia un producto que no estaba lista para recibir. Declaro, también: que no me arrepiento y si el tiempo volviese, la misma elección volvería a tomar.
Hoy soy madre y mi maternidad es plena pues fue un ejercicio de elección, no una imposición sobre mi cuerpo.
Finalmente, como mujer, exijo, como hace décadas exigimos:
Educación y anticonceptivos, para no abortar.
Aborto libre, para no morir.
De: "Karina Vergara"
Asunto: pronunciamiento en pro despenalización del aborto
Fecha: Thu, 29 Mar 2007 15:54:58 -0600
1 comentario:
No entiendo cómo alguien puede calificar de "mayor acto de amor" y seguidamente decir que fue hacia un "producto"... lo que usted abortó no fue un producto, fue un embrión, un ser humano tan igual como lo fue el hijo(a) que ahora tiene, sólo q este último tuvo la suerte de haberle caido bien. El aborto no es ningún acto de amor, el deshacerse de alguien porque estorba, porque aparece cuando yo no lo esperaba a perjudicar mis planes, o aparece cuando "no estaba preparada" (si no lo estabas quién te mandó a tener relaciones sexuales sabiendo lo que puede pasar) no constituye ningún acto de amor, sino el mayor acto de irresponsabilidad frente a las propias decisiones. El aborto es un crimen, el asesinato más repudiable porque es contra el ser más indefenso.
De boca para afuera puede decir todo lo que quiera, pero estoy segura que ese bebito que abortó vendrá a su memoria (si no lo hizo ya) cuando menos lo espere a confrontarla con la verdad de lo que le hizo: lo mató. Y lo hará porque ese bebito la amó cuando estuvo en su vientre y la ama ahora a pesar de lo que le hizo, y estoy segura que lo único que espera es que usted se arrepienta de lo que le hizo.
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