11 mayo, 2007

Líderes de Atenco, más que estar en prisión, viven en un centro de exterminio: familiares

Desde su encarcelamiento en mayo de 2006 enfrentan un hostigamiento permanente
Con variadas argucias se impide que reciban visitas de sus parientes en el Altiplano
Ignacio del Valle (izquierda) y Adán Espinoza, dos de los líderes de ejidatarios de San Salvador Atenco, en una fotografía de julio de 2002. Familiares de Del Valle denunciaron el hostigamiento que padece en prisión Foto: Francisco Olvera Almoloya de Juárez, Mex., 10 de mayo. Desde su ingreso al penal de máxima seguridad del Altiplano, antes La Palma, en mayo de 2006, Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo, dirigentes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, han estado sometidos a un hostigamiento permanente de las autoridades, denunciaron hoy familiares de estos internos.

Castigos recurrentes, abusos del personal de custodia, tratos denigrantes en el interior de la cárcel y el impedimento para que sus familiares los puedan visitar cada semana, han sido algunas de las situaciones que durante un año han tenido que enfrentar los integrantes del FPDT, que el sábado pasado fueron sentenciados a 67 años y medio de prisión.

"Este no es un centro de readaptación social sino un centro de exterminio", dijo una de las parientes de los dirigentes del movimiento de Atenco, quien prefiere no dar el nombre para que no le nieguen, de nueva cuenta, el ingreso al penal.

Sumidos en la rabia por la excesiva condena que les impusieron a Del Valle, Álvarez y Galindo, los familiares revelan una serie de irregularidades a las que se han enfrentando desde que las autoridades determinaron declarar a los tres atenquenses como personas de alta peligrosidad.

Por ejemplo, la madre adoptiva de Héctor Galindo no ha podido ingresar al penal y ver al detenido, debido a que la dirección del centro penitenciario no reconoce la existencia de parentesco entre ellos, por lo que cada semana se le niega el ingreso.

A pesar de que ha acudido a la Comisión de Derechos Humanos, la señora no ha tenido éxito.

Por su parte, la esposa de Felipe Álvarez sólo ha podido ver a su marido en dos ocasiones en un año que lleva recluido en el penal del Altiplano. La dirección del centro federal de readaptación social no quiere otorgarle el permiso para su ingreso, debido a que el nombre de su acta de nacimiento con el que aparece en la credencial de elector no es idéntico, aun cuando se trata de la misma persona. A Felipe sólo lo ha podido visitar su hermano.

El caso de Ignacio del Valle no es diferente. Sus hermanas tampoco han tenido suerte, y al líder más visible del movimiento sólo lo frecuenta un familiar a quien no le han puesto obstáculos las autoridades. No obstante ni sus hijos ni su esposa ni varias de sus hermanas lo han podido ver en este año de reclusión.

Los tres atenquenses no tienen derecho a nada en el interior del penal del Altiplano. Libros, periódicos y revistas las tienen prohibidas. Si las cartas que les envían sus familiares tienen dibujos o marcas, son severamente castigados con el aislamiento hasta por tres semanas, como ya ha ocurrido con Ignacio del Valle y Felipe Álvarez.

También les cancelan continuamente su derecho a una llamada telefónica a la semana. Les dan cinco minutos para comer y si no lo hacen en ese periodo, los regresan a su celda.

Cabe señalar que los familiares aseguraron que cada vez que salen y entran a la celda son desnudados para ser revisados por el personal de custodia.

Además, en el interior del penal existen castigos colectivos, es decir, si alguien comete una falta en algún módulo, todos los internos recluidos ahí son castigados.

Los tres atenquenses se encuentran separados y en distintos módulos, por lo que es imposible que haya contacto entre ellos. Ignacio del Valle se encuentra en el módulo 4 del penal de máxima seguridad, Felipe Álvarez pasó del 5 al 8 y Héctor Galindo será trasladado a otro modulo, ya que hace unos días había permanecido también en el 8.

Fue hasta hace dos semanas, cuando una comisión de magistrados de la Corte visitó a los líderes del FPDT, que las cosas han cambiado un poco. "Pero de seguro este cambio de actitud es temporal, porque cuando la Corte concluya con sus visitas para la investigación que realiza por los hechos de mayo del año pasado, todo volverá a ser igual para ellos", comentó otro de sus parientes.

Ahora, tras ser sentenciados, los familiares aseguran que Del Valle, Álvarez y Galindo se encuentran tranquilos. "Así nos los han expresado porque saben que son inocentes. Sólo nos piden que sigamos en lucha", dijeron.

ISRAEL DAVILA. Tomado de La Jornada 11-05-07

Yo no escribiría en Cuba

Cronopiando
Me pregunta un bodoque de esos que sintoniza la Cope si yo escribiría mi columna en Cuba y, debo reconocerle, que no, que Cronopiando en Cuba no podría ser.

Y es que en Cuba, afortunadamente, no es costumbre, ni siquiera ocasional, que aparezcan todas las mañanas media docena de cadáveres cosidos a balazos y tirados en calles y caminos, como en cualquier democracia americana, por lo que todas las columnas en las que he denunciado el ejercicio del crimen y su impunidad no tendrían sentido.

Tampoco los semáforos de La Habana, a diferencia de otras capitales caribeñas y europeas, (inclúyase Madrid) convocan por las noches a niños y niñas a inhalar pegamento u ofertar su sexo, por lo que los artículos que he escrito sobre tan denigrante desvergüenza no tendrían en Cuba razón de ser.

En Cuba no tendría que estar lamentando y denunciando las matanzas escolares tan en boga en otras sociedades vecinas, y tampoco iban ya a justificarse columnas en que he denunciado costumbres tan poco edificantes de algunas supuestas democracias como “retener” a los pacientes que no hayan satisfecho los gastos de los centros privados de salud, o no dar asistencia a los heridos que no acompañen la gravedad del caso de los dólares imprescindibles, porque en Cuba educación y salud no son derechos virtuales.

Como lo mismo ocurre en relación a la vivienda, al trabajo, a la cultura y el deporte, nada tendría que censurar en Cuba.

Y ninguna razón de ser tendrían los artículos en que he maldecido la más aberrante de todas las violencias: la tortura. Esa por la que el Estado español ha sido denunciado y condenado reiteradamente por organismos como Amnistía Internacional o las propias Naciones Unidas; esa que en Guantánamo se manifiesta como el mejor ejemplo del siglo de criminal cinismo, porque en Cuba no hay tortura.

En Cuba no se asesinan monseñores, ni obispos, ni jesuitas, ni se violan y asesinan monjas, ni se incendian embajadas, ni se desaparecen miles de personas, ni se matan o secuestran periodistas, sindicalistas, maestros, políticos, ecologistas y hasta diputados del Parlacén. En Cuba no se fusila en las plazas, ni se reprime en las calles, ni se suicidan los presos, ni se pone en libertad a terroristas como Posada Carriles, por lo que las tantas columnas que he escrito en recuerdo de Arnulfo Romero, de los jesuitas y las monjas estadounidenses asesinadas en El Salvador y Guatemala, de los indígenas achicharrados en la embajada española guatemalteca, de Chico, de los venezolanos asesinados en los “carachazos” de Carlos Andrés Pérez, de los muertos en los “bogotazos” de la CIA, o en el golpe de Estado del 11 de septiembre, o en el terror vivido en el cono Sur donde se sigue reventando a los mapuches, carecerían de otro sentido que no fuera el testimonio ajeno.

En Cuba tampoco podría escribir nada al respecto de la desidia del Estado ante la amenaza de fenómenos naturales, ante cualquier amenaza, ni pedir explicaciones por ciudades anegadas a las que previamente se desarmó de diques contra el agua, recursos y personal; ni exigir responsabilidades a quienes permitieron la muerte de mil ciudadanos y la desaparición de otros dos mil; ni insistir en que se sancione la posterior malversación y el robo de fondos para ayuda de los damnificados.

Tampoco podría escribir sobre el funesto papel de sus multinacionales depredando vidas y haciendas, transformando naciones en hoteles, haciendo eso que llaman “las Américas”, porque lo único, además de su ejemplo, que globaliza Cuba son sus vacunas gratuitas, sus médicos y maestros voluntarios.

Y como tampoco podría escribir en Cuba mis habituales columnas sobre la perversidad publicitaria, las estafas inmobiliarias, la acumulación de basura, las obras faraónicas, la venta del patrimonio nacional o la inseguridad general, temo que, lamentablemente, en Cuba, como bien apuntara el referido que me cuestionaba, Cronopiando no podría ser.

Así que, no pudiendo escribir mis Cronopiandos en Cuba, posiblemente me dedicara a escribir poesía, teatro, novela… literatura, lo que no estaría nada mal considerando el respaldo que el Estado cubano ofrece a los autores y las ventajas de un medio cultural en el que la mezquindad, por mucha que sea, no puede llegar a tanto.

Por: Koldo Campos Sagaseta
Rebelión
koldocs@hotmail.com

¡Pum!

La (muy) eficaz doctrina bazuca
Método rápido contra resistencias
En la Tierra Caliente de Michoacán se produjo ayer una tentadora oferta de solución a los problemas nacionales: la operación bazuca. ¡Pum! Y todo acabó. Un click salvador y la resistencia y la oposición terminan. Todo fuese como jalar un gatillo (u oprimir un botón, o dar una orden, o no darla y dejar que otros asuman el poder mientras uno navega en la nada).

El gobierno de George W. Calderón ha hablado de guerra y las escenas de ayer respaldan en posición de ataque sus palabras. Ni siquiera ha sido necesario en México, tierra de la simplicidad administrativa, firmar actas patrióticas, pues con la simple fuerza de los hechos se ha mostrado que, cuando de entrar en combate se trata, no son necesarias ni válidas las leyes y otras mitologías presuntamente protectoras de derechos o buscadoras de castigos institucionales y no de facto.

A una semana del confuso episodio de Carácuaro, los militares mexicanos dejan sentada una premisa ejemplar en Apatzingán: no son necesarios los procesos legales ni las tácticas disuasorias o extenuantes cuando es necesario acabar con un peligro. ¡Zaz!, una decisión firme y todo acaba en un santiamén. Una tanqueta y desde ella el arma lanzadora de proyectiles que zanjan todo litigio (ametralladora lanzagranadas MK 19, calibre 40, según las primeras informaciones bélicas disponibles): tierra arrasada, cenizas y polvo. La pena de muerte sin juicio. La aplicación del criterio de la superioridad en sustitución de las monsergas jurídicas. Te lo digo Apatzingán para que lo entiendas México. Hoy, por el narco; mañana, por lo que sea necesario. La abolición de las leyes no pasa por un congreso, sino por un arma al hombro.

Desde luego que el narcotráfico debe ser combatido y encarcelados, y muy castigados, sus gerentes y empleados. Desde luego que el Estado debe actuar con su fuerza -la única legítima, según los cánones académicos- y someter al imperio de la ley a quienes la infringen (¡sopas, el tecleador se está poniendo solemne y mamón!). Pero los actos de Michoacán llevan la B de Benganza como divisa, y el Estado no debe funcionar con sentido de represalia, sino de justicia, no de vendetta gremial o corporativa, y sí de respeto a leyes y derechos por muy mancillados que estuvieran (¡vaya que el escribano anda desatado con eso de la prosopopeya!). El comandante Calderón abrió la puerta a la participación abierta y creciente de los militares en asuntos que los civiles no pudieron resolver mediante la política y el andamiaje institucional ordinario, y ahora la lógica del exterminio del enemigo (que es el razonamiento militar) recorre el país, hoy en el choque con personajes siniestros y peligrosos como son los narcotraficantes, mañana (si esa lógica y esa presencia continúan) contra todo aquello que a juicio de quienes tienen las armas deba ser extirpado. ¡Pum! Rapidito.
Astillero
Julio Hernández López

Preocupados por Cuba, muy preocupados

Es sorprendente la preocupación que muestran los medios de comunicación, la gente, los amigos y todo el mundo por lo que pasa o deja de pasar en Cuba. Cualquier detalle adquiere vida propia y acaba en la primera plana de todos los periódicos y televisiones o en cualquier tertulia. No estamos hablando de EEUU ni de China o de la Unión Europea, no. No se trata de ningún país colosal por su población, extensión, riqueza o potencial económico; no hablamos de un estado que pueda romper el equilibrio mundial ni regional. Tampoco tiene yacimientos cuantiosos -de nada que valga la pena- que puedan satisfacer las necesidades crecientes e insaciables del mundo hegemónico Occidental que controla y domina el globo económica y militarmente.

¿Por qué entonces tanta preocupación? Cuba, para hacernos una idea de su potencial peligrosidad, con once millones de habitantes y 110.000 kilómetros cuadrados de superficie, es poco más grande que Portugal en población y extensión, y es uno más de tantos países de América, aunque por el bombo que le dan parece que ocupase toda América y fuera el amo del continente y del resto del mundo. Está claro: Cuba es un peligro, aunque no se sabe exactamente muy bien por qué; con lo poco que es y lo poco que significa, no se entiende a qué viene tanta preocupación. Seguramente, serán razones ocultas -que se escamotean- las que originan tanta preocupación, cuando Cuba ni siquiera tiene el control de su propio territorio. A los cubanos les está prohibido acercarse a una parte de su suelo soberano de Guantánamo y algo similar sucede con el espacio aéreo o marítimo, que se violan con frecuencia. Ante estas intimidaciones y provocaciones tiene que moverse con precaución conociendo y sufriendo a diario la política internacional del doble rasero. La isla es la más isla de todas las islas, la más asediada desde hace más tiempo.

Es de destacar que la Asamblea General A/53/293 de las Naciones Unidas de 1998, dedicada a "los Derechos Humanos y medidas coercitivas unilaterales" decía exactamente que "la promulgación y aplicación de la Ley Helms-Burton de sanciones contra Cuba es un ejemplo, el más despótico, del unilateralismo de Estados Unidos en las relaciones internacionales". El bloqueo y las sanciones de todo tipo, sin ninguna explicación de los motivos, se condenan incluso por las Naciones Unidas y han sido y siguen siendo el azote de la población cubana. Un bloqueo como ese durante un mes sobre cualquiera de los países de la Unión Europea provocaría su paralización y la hecatombe; y en EEUU bastaría con una semana, no sólo por la dependencia de aprovisionamiento de todo tipo de recursos y materias primas, sino porque la economía de mercado occidental funciona y vive de expectativas, es decir, es un puro negocio y como tal sólo las expectativas, favorables y a corto plazo, la mantienen; en caso contrario o de incertidumbre, el castillo se derrumba; sólo cuentan los beneficios, no las personas; el modelo carece de cualquier fin social.

¿Cómo ha podido Cuba resistir casi medio siglo de bloqueo, asedio y atentados? Sólo una sencilla fórmula que, como el agua, tiene dos únicos componentes: solidaridad y organización. Así de sencillo para los cubanos, aunque no tanto para sus enemigos que todavía no lo han entendido. Pero no son sólo palabras: en el año 2005 unos tremendos huracanes asolaron el Caribe y especialmente Cuba, pero gracias a la solidaridad y la organización (a pesar de la pobreza) todos se salvaron. Los mismos huracanes asolaron EEUU y la insolidaridad y la "organización" especulativa gubernamental provocaron en Nueva Orleans una catástrofe que afectó a los de siempre, a la población, que quedó reducida a la mitad en un año, por muertes o emigraciones como consecuencia del abandono de su gobierno. Ni siquiera por desidia, sino por no ser un objetivo estratégico (del Pentágono) al que le hubieran sobrado recursos. No parece que sea necesario dar más detalles de la actuación y respuesta dada por cada uno de los dos gobiernos y de su organización social y sus prioridades. Las consecuencias del huracán Katrina en Cuba y EEUU son elocuentes en sí mismas, pero se acentúan si se añaden las posibilidades económicas y materiales de cada país y la ausencia o presencia del binomio solidaridad y organización.

Pero a pesar de todo, siendo tan poca cosa y después de lo dicho, todos siguen muy preocupados por Cuba: se preocupan, dicen, porque no tiene libertades, porque no hay democracia, porque es pobre. Y no les falta razón, todo eso es verdad, pero nadie se plantea las mismas cuestiones sobre decenas de países del continente americano y del resto del mundo, cuando en Cuba hay menos mortalidad infantil que en cualquiera de esos países, incluido EEUU, menos analfabetismo y más desarrollo cultural, menos miseria y más solidaridad, menos "libre mercado" y más mercado social, equitativo. Y en esto está o no está la democracia, esos son los referentes, los que determinan sin dudas porqué hay más democracia y más participación democrática en Cuba que en EEUU o en cualquiera de los demás países americanos.

Aún hay más, Cuba no ha participado en los miles de vuelos secretos estadounidenses con la complicidad y participación de los países democráticos de la Unión Europea, ni tiene cárceles secretas en las que se tortura legalmente y se mantiene prisioneros durante años a los secuestrados, como ocurre en EEUU con cualquier sospechoso. En Cuba sólo hay un Guantánamo –no consentido por los cubanos- y desde luego no hay ningún Abu Graib ni ninguno de tantos otros infiernos estadounidenses, y de algún otro país, repartidos por el mundo.

Pero, ¿por qué tanta preocupación? Porque Cuba es un proyecto libre e independiente. Cuba es una idea en marcha consolidada. Y esta idea en marcha da mucho miedo: su proyecto y su "mal ejemplo" asustan. Y asustan más cuando a todo lo anterior se añade que Venezuela, Bolivia... y tantos otros que no quieren seguir siendo colonias también se convierten en una amenaza igual que Cuba, origen del foco contagioso.

Estas dos cuestiones arman el entramado conceptual de lo mediático: lo que es Cuba y, por otra parte, lo que puede significar en el contexto de la influencia mundial donde nunca tan poco –un pequeño e insignificante país- fue tanto en los quebraderos de cabeza de la Unión Europea y de su asustado imperio estadounidense, que ni duerme, obsesionado por la existencia de la isla. ¿Qué otra explicación tiene?

A pesar de todo, a pesar de tantas contradicciones, nunca se han visto tantas preguntas ni tanta preocupación por la democracia, elecciones, libertades, derechos…, la lista es interminable. Al mismo tiempo, ya que es un país que se visita tan frecuentemente, sobre todo por españoles que ni siquiera tienen la barrera del idioma para colarse en cualquiera de los ambientes de las ciudades, pueblos y barrios, dan ganas de preguntar a todos esos turistas que vuelven con tantas dudas a qué se ha dedicado allá si no se han enterado de dónde han estado. Por no hablar de los que no han ido y sin embargo lo saben todo sobre Cuba y están de vuelta.

En Cuba sigue habiendo menos analfabetos, pobres, delincuencia, presos, drogas, inseguridad ciudadana, racismo y hasta muchas más libertades, sí libertades, que en cualquier otro país del continente americano, incluido EEUU por supuesto, pero claro, con matizaciones. En determinados países, en determinados modelos de país, puede entrar todo el que tenga dinero en cantidad ya sea árabe, musulmán, cristiano, ateo, dictador o delincuente. Pero ninguno de estos delincuentes puede entrar en el otro modelo de país, Cuba, en el que sucede justamente lo contrario. No es necesario especificar a dónde van de compras y a veranear los mayores dictadores, las mayores fortunas, los mayores criminales y dónde tienen depositadas sus fortunas. Tampoco parece necesario decir lo queridos y populares que son semejantes personajes en sus propios países y menos cómo viven sus súbditos -miseria, paro, emigración- en lo material y en lo democrático. No hace falta decir dónde sucede todo esto y menos quiénes son los invitados permanentes y quiénes los anfitriones. Tampoco parece necesario insistir en que Cuba no es precisamente un paraíso para estos personajes, aunque sí lo era y mucho hace medio siglo; pero las cosas han cambiado y eso parece que es el origen y la causa de la preocupación de tantos.

En Cuba hay más estabilidad democrática que en cualquier otro país y así se demuestra que cuando Fidel Castro estuvo gravemente enfermo en la UVI, en plena "crisis" cubana nada menos que el Presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Ricardo Alarcón, dedicó casi una semana a participar en las jornadas "La Humanidad frente al Imperialismo" en Oviedo, junto con varias decenas de otros destacados conferenciantes, en octubre del año pasado, participando en mesas redondas, asistiendo desde el patio de butacas, como los demás, a las conferencias de otros ponentes o en el vestíbulo del Teatro Filarmónica compartiendo tertulia en los descansos, en las comidas y cenas, todo sin ningún problema y mezclándose con todos, conferenciantes y público asistente.

Esta multitud de dudas, interrogantes y certezas sobre Cuba se han estancado hace años y no evolucionan, ya se han convertido en tópicos. En vez de preguntar tan insistentemente si hay democracia, libertades y toda la letanía, ¿por qué no miran a su alrededor donde la respuesta está más que servida? No se trata de que la corrupción y el crimen generalizados eximan de nada, no es que el mal ajeno resuelva el propio, pero sí es necesario, como mínimo, relativizar las situaciones y sus causas. También convendría señalar y apuntar hacia el origen de lo que sucede y hacia los motivos y fines de los que promueven y mantienen la situación de tanta miseria y pobreza. Cada día mueren de hambre 36.000 personas en el mundo, pero me imagino que después de grandes sufrimientos, anemias, dolencias, dolores, asco o quién sabe qué tragedias, pero en todo caso ¿Es Cuba responsable de estas muertes? Da la impresión de que no, a juzgar por los millones y millones de dólares que otros –sus detractores, los que se preocupan- recaudan por la exportación de armas, patentes de medicamentos, alimentos, por lo que invierten en invasiones, guerras, bombardeos, ocupaciones y en las miles de bases militares equipadas hasta los topes con todo tipo de armas prohibidas -también nucleares- que poseen la mayoría de los países cuyos presidentes y sus gobiernos son tan bien recibidos y agasajados en los encuentros internacionales, siempre en los lugares de recreo y ocio, donde se celebran las reuniones de "trabajo".

Los partidos políticos, incondicionales administradores a sueldo -cómplices- del sistema y la presión mediática interesada, junto con la ausencia de espíritu crítico y de rebeldía ideológica, son la causa y están en el origen. Son los responsables de seguir el juego, de rechazar o aceptar –como está sucediendo- todo este montaje. Y así nos va.

Por: Miguel Ángel Llana. Rebelión

México cambió de democracia populista a estado policíaco

1. Desde hace algunos años se ha incrementado en México un tipo de Estado represor o policiaco que en nombre de la Constitución y la “seguridad nacional” interviene teléfonos, detiene y catea a personas en las calles, otorga altos salarios al ejército, destruye plantones y organizaciones de protesta, revisa mochilas o bolsos a jóvenes por su apariencia y de niños al entrar a sus escuelas, llena las calles con policías y soldados, establece Estado de sitio donde realiza cumbres políticas, etcétera. Muchos le llaman Estado despótico, otros neofascista, los más, simplemente fascista. Aunque México no es la Italia mussoliniana de los veinte, la Alemania hitleriana de los treinta o la España franquista de los cuarenta, se repiten estilos de gobierno que recuerdan las grandes represiones contra el pueblo en aquellos países. Mientras definimos, luchamos contra la represión.

2. México ha sido un país difícil de entender políticamente. Vargas Llosa con una ocurrencia pareció decir una verdad: “México es la dictadura perfecta”. Pero este personaje no es un estudioso de la política, sino sólo un buen novelista. Sin embargo politólogos como Maurice Duverguer confesaron alguna vez que México era muy difícil de entender. Al parecer por los cambios históricos que había sufrido y la permanencia de un mismo partido en el poder durante varias décadas, mismo que mediante una especie de “dictablanda” ejercía mucho control de las masas. La realidad es que la Revolución Mexicana fue usufructuada por una pequeña burguesía que se transformó en burguesía que se encargó de “educar” y legislar para la clase obrera y para los mismos empresarios y las demás medidas fueron tomadas desde el poder. ¿Un Estado neutral?

3. Porfirio Díaz estableció en México (1876-1911) un estilo de dictadura personal. Usó dos métodos para someter a sus enemigos: comprarlos con dinero, regalos y fiestas (“maicearlos”) o lanzarles la represión brutal (“mátalos en caliente” y “Ley Fuga”) A los intelectuales y profesionistas “críticos” los dominaba ofreciéndoles subsidios, viajes y vinos y a los campesinos, obreros e intelectuales íntegros como Flores Magón, que luchaban en campos y fábricas, simplemente los mandaba a la cárcel o los asesinaba. Pero Díaz celebraba elecciones cada cuatro años, se creaba una oposición leal (Zúñiga y Miranda) y actuaba de acuerdo a la Constitución vigente, la de 1857, para legitimar su gobierno. Un siglo después México es otra cosa en edificios, número de habitantes, etcétera, pero la desigualdad económica, política y social, se mantiene intacta.

4. Con el derrocamiento de Díaz y el triunfo de la Revolución (1911-1917) cambiaron indudablemente muchas cosas. En primer lugar el sistema semifeudal dominante se transformó en sistema capitalista, las tiendas de raya y la servidumbre por deudas fueron sustituidas por la libre contratación y el salariado. Sin embargo, aunque se decretó una nueva Constitución (1917) y se buscó su funcionamiento tratando de imitar a la democracia yanqui o europea, el modelo dictatorial de Díaz –legitimado por la Constitución el 57- siguió siendo un modelo para los gobiernos priístas (el sagrado “principio de autoridad”) combinado con la llamada democracia moderna. Fue entonces, a partir de los veinte, cuando comenzó a instalarse la “participación de las masas” controlada por el Estado, misma que daría paso al corporativismo. Un modelo político indescifrable en el mundo.

5. De este modelo que llegó a bautizarse como “nacionalismo revolucionario”, que el cardenismo en los treinta, el lópezmateísmo en los sesenta y el echeverrismo en los setenta llevaron hasta sus últimas consecuencias -sexenios en los que se llamaban a la participación de las masas pero controladas por sus organizaciones- a partir de la década de los ochenta, se registró un enorme cambio. El entonces candidato oficial a la Presidencia, Miguel de la Madrid, lo dijo en una frase: “hay que devolverle a la sociedad lo que el Estado le ha quitado”. Al decir “sociedad” De la Madrid estaba diciendo iniciativa privada. Fue así cómo desde diciembre de 1982 que tomó posesión inició de manera abierta la privatización de la economía, comenzando por las llamadas empresas paraestatales, los bancos y todo aquello que “beneficie a la sociedad”.

6. Al parecer, López Obrador hubiera regresado en parte a ese modelo nacionalista –Cárdenas. López Mateos, Echeverría- pero ubicándolo dentro del contexto que se ha llamado la globalización capitalista. En la izquierda no partidaria, no electoral, estaríamos presionándolo para evitar más arreglos con el TLC y el PPP, obligándolo a no aceptar el ALCA y exigiéndole que se acerque a los gobiernos del Mercosur. Muchos empresarios se hubieran subordinado a su política, pero los más poderosos por el contrario –apoyados por el panismo, televisa y TV Azteca- estuvieran gritando para que el gobierno de Bush intervenga a su favor en México. Esta diferencia de mejores condiciones para lograr espacios que permitan avanzar el la lucha social, es la que algunos no entendieron o no quisieron comprender, resultando igual para ellos, uno que otro.

7. En los próximos meses y años en vez de enfrentarnos a un Estado “populista” lo tendremos que hacer frente un Estado ¿neofascista? A parecer no hay bronca pero, ¿Cuántos años suelen perderse por políticas o estrategias equivocadas? Pareciera que entre las organizaciones de izquierda en vez de realmente interesar los problemas de los explotados y los pobres interesan los asuntos del aparato político, de los líderes y caudillos. Y no es que haya que buscar la unidad a toda costa, con cualquiera o a como dé lugar, aunque lleve al peor oportunismo, pero en cada momento y circunstancia debemos aprender a ubicar al enemigo principal y a los mejores y posibles aliados. En la lucha del proletariado contra la burguesía parece no haber términos medios, pero en la batalla más complicada, no bien definida aún, hay que ser más inteligente para aprovechar coyunturas en beneficio de los explotados.

8. Entre tanto los “enemigos del populismo y la burguesía en su conjunto” nos pasamos quejando de que esa misma burguesía nos reprime y no nos permite avanzar, pero no queremos reconocer que para derrotarla necesitamos ser mucho más inteligentes que ella en todo, de manera particular en convencer a las masas de que tenemos la razón. Quejarse de manera continua de que la burguesía defiende sus propios intereses económicos, políticos, jurídicos, resulta no solo iluso sino hasta vergonzoso. Da la impresión de que le pedimos que no se defienda, que no acuda a sus leyes, a sus jueces, a las instituciones que ella misma creó para operar en contra del pueblo o para defenderse de él. La Constitución burguesa mexicana autoriza al presidente a usar al ejército, a la policía, a los tribunales cuando se viola la propiedad privada o el llamado Estado de derecho.

9. Es indiscutible que se registró un cambio radical en México en la década de los ochenta. Muñoz Ledo fue uno de los primeros en anunciarlo al decir que el sexenio de De la Madrid (1982-88) no era un simple cambio de gobierno sino cambio de modelo. Después Ángel Gurría declaró que el modelo económico que se iniciaba en 1982 duraría 25 años. Castillo Peraza repitió muchas veces que aceptaba el PRI de Salinas y rechazaba al PRI de los setenta. No podría haber duda para la izquierda que en los setenta y después operaban regímenes burgueses que gobernaban para consolidar el capitalismo; sin embargo ese análisis resultó extremadamente insuficiente y sectario. De ninguna manera se debió hacer alianzas con los amigos del enemigo principal, pero sí se debió comprender el radical cambio político y coyuntural para lograr avanzar.

Pedro Echeverría V.
Rebelión

Televisión: una máquina de hacer estúpidos

Medios: ¿Se puede inventar algo nuevo al respecto?

“Cuando se escribe un guión televisivo hay que pensar que el potencial consumidor es un niño de seis años de edad”. Así presentaba las cosas un prestigioso profesor de semiología para demostrar cómo se hace televisión. Quizá era un poco crudo, pero no estaba exagerando. "En la sociedad tecnotrónica el rumbo, al parecer, lo marcará la suma de apoyo individual de millones de ciudadanos incoordinados que caerán fácilmente en el radio de acción de personalidades magnéticas y atractivas, quienes explotarán de modo efectivo las técnicas más eficientes para manipular las emociones y controlar la razón", se expresaba sin mayores tapujos Zbigniew Brzezinsky, asesor del ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter e ideólogo de los reaccionarios documentos de Santa Fe. En otros términos, el funcionario de Estado no decía nada muy distinto a lo que nos enseñaba este docente de comunicación social: “manipular a la gente tratándola de niñitos tontos”, así de simple (o de monstruoso).

La televisión es parte fundamental de lo que los estrategas de la gran potencia imperialista -principal productora mundial de mensajes televisivos por cierto- llaman “guerra de cuarta generación”. Dicho de otra forma: guerra psicológico-mediática, guerra a muerte para controlar poblaciones enteras, la población planetaria, no con armas de destrucción masiva sino con medios más sutiles, no sanguinarios, pero de más impacto final.

La humanidad no es más tonta desde que ve televisión, sin dudas; pero es más manejable, tremendamente más manejable, más manipulable. Y lo peor de todo, sin que se dé cuenta de ello. No es infrecuente escuchar decir por parte de algún productor audiovisual que “la población quiere basura, por eso le damos basura”. Verdad a medias, presentada tendenciosamente. No hay dudas que en términos mayoritarios, la amplia población mundial consume mensajes audiovisuales de bajísimo contenido, “basura” sin lugar a dudas. Pero sería demasiado simplista -o demasiado injusto- quedarse con la idea que el público es tonto por naturaleza, que busca la basura por placer. En todo caso, la gente es obligada a consumir basura, y no teniendo otra oferta que esa, termina por generarse una cultura del consumo de porquería mediática que se cierra en sí mismo. Consumimos lo que nos dan. El núcleo del problema no está en el consumidor sino el productor.

De todos modos, si vemos los gustos generales de las poblaciones, podría sacarse una primera conclusión -por cierto equivocada si se la analiza en detalle- que nos presenta a la gran masa consumidora como “tonta”, “frívola”, prefiriendo la estupidez simplista a la profundidad conceptual y estética. Pero si “el mal gusto está de moda”, como dijo agudamente Pablo Milanés, hay que ver el problema en su conjunto: la televisión, quizá como el símbolo por excelencia de las sociedades masificadas y consumistas a las que dio lugar el capitalismo industrial, expresa de manera descarnada la lógica que domina el mundo de la empresa privada. Las poblaciones planetarias son manipuladas eficientemente según sofisticadas técnicas, como lo decía la brutal declaración de Brzezinsky, consiguiendo así los factores de poder lo que se trazan como proyecto. Y está claro que el proyecto en juego es mantener a la gran masa como pasiva y tonta consumidora. Los mensajes para niños de seis años, efectistas y sensibleros, son el instrumento que se inventó al respecto. Ningún medio se mostró más idóneo para difundirlo que la televisión.

Recordemos lo dicho por el nazi Joseph Goebbels, padre de la manipulación mediática moderna: “¿A quién debe dirigirse la propaganda: a los intelectuales o a la masa menos instruida? ¡Debe dirigirse siempre y únicamente a la masa! (...) Toda propaganda debe ser popular y situar su nivel en el límite de las facultades de asimilación del más corto de alcances de entre aquellos a quienes se dirige. [¿Niño de seis años?] (…) La facultad de asimilación de la masa es muy restringida, su entendimiento limitado; por el contrario, su falta de memoria es muy grande. Por lo tanto, toda propaganda eficaz debe limitarse a algunos puntos fuertes poco numerosos, e imponerlos a fuerza de fórmulas repetidas por tanto tiempo como sea necesario, para que el último de los oyentes sea también capaz de captar la idea”.

No hay ninguna duda que la inmediatez y unidireccionalidad de los mensajes audiovisuales, de los que la televisión es el principal exponente, más que el cine, la foto, el internet o los videojuegos, generó una cultura de la imagen que hoy pareciera muy difícil, si no imposible, de revertir. Lo cual nos abre el interrogante: ¿la televisión sólo es una máquina de fabricar estupidez (y por tanto un público estúpido que la consume) o puede servir para otra cosa? ¿Podrá superarse esa cultura superficial, ese “mal gusto” que está tan de moda en todas partes del mundo? Y más aún: una cultura de la imagen, de la pasividad ante la invasión de ese tipo de mensajes que nos condena a “mirar y no pensar”, ¿podrá servir a una propuesta alternativa?

No es ninguna novedad que en estas pocas décadas en que se viene desarrollando, la televisión ya tomó una forma que pareciera bastante definitiva. Y es la forma de la estupidez más ramplona, más superficial. Si bien es cierto que en el momento de su aparición generó grandes expectativas por las posibilidades que parecía abrir como medio de información y educación universal, las mismas se vieron rápidamente frustradas, volcándose la casi totalidad del esfuerzo que la impulsó al entretenimiento pasajero.

El esparcimiento es algo necesario, imperiosamente necesario en la dinámica humana. No hay civilización humana que no lo tenga. Espectáculos de circo, deportes, actividades recreativas -por mencionar algunas formas- no faltan en ninguna cultura. Pero la cultura de la imagen a que dio lugar el surgimiento de la televisión trajo con sí una entronización de la superficialidad ramplona y terminó convirtiéndose rápidamente en una verdadera máquina de hacer estúpidos. Estúpidos a la medida que los factores de poder desean, claro está. Las posibilidades de generar un ámbito educativo e informativo de nivel quedaron muy rezagadas en relación al pasatiempo barato. Hoy, con varias décadas de historia acumuladas, la televisión está inclinada básicamente a seguir siendo ese distractor simplista, habiendo desechado casi por completo sus otras posibilidades.

Si informa, lo hace de manera tendenciosa, parcial -como, en general, lo es buena parte del periodismo-, pero con el agregado que su misma esencia de audiovisual le confiere una autoridad y preeminencia que no alcanzan a tener otros medios. La realidad virtual de la televisión es, sin más, la realidad misma. Las noticias de la televisión pasaron a ser “la” realidad misma.

Y los programas educativos-culturales, infinitamente más escasos que la estupidez banal del entretenimiento vacío, en términos generales no terminan de tomar distancia de una visión elitesca y acartonada que equipara cultura con museo, saco y corbata y voz melosa y monocorde, tornándose muchas veces bellos productos…soporíferos.

En la dinámica humana la conducta reiteradamente repetida termina creando hábito (“algunos puntos fuertes poco numerosos se imponen a fuerza de fórmulas repetidas” enseñaba el ministro de Propaganda del Tercer Reich. Y no se equivocaba). La cultura de la imagen que hace años viene repitiéndose con fuerza creciente ya creó un hábito en todas las capas sociales en estas últimas generaciones, y hoy por hoy pareciera imposible desarmarla. Pero en esa cultura anida un límite intrínseco, quizá imposible de ser franqueado: no importa el tipo de programa televisivo que se presente, siempre el mirar la pantalla no permite una actitud crítica como sí posibilita, por ejemplo, la lectura. De todos modos, esa cultura de la imagen no parece que vaya a desaparecer con facilidad; y ello, por varios motivos.

En el marco del capitalismo, porque es un fácil expediente para generar enormes ganancias y herramienta idónea para seguir incentivando el hiper consumo que el sistema necesita. El negocio de la televisión mueve fortunas, y ninguna de las corporaciones que lo manejan está dispuesta a perderlo. Por otro lado, la televisión se ha revelado como un arma de dominación terriblemente eficaz (guerra de cuarta generación, más “letal” que las peores armas de fuego), y los factores de poder no dejarán de usarla sino que, por el contrario, apelan cada vez más a ella. Es un instrumento de sujeción mucho más efectivo que la espada de la antigüedad o las bombas inteligentes actuales. Por ambos motivos entonces: fabuloso negocio y mecanismo de control social, la televisión es parte medular del capitalismo desarrollado.

Pero además se suma otro factor: la cultura de la imagen fascina, atrapa, seduce. Y más allá de las mejores intenciones por generar una televisión de gran calidad estética, educativa, superadora de la feria de vanidades con que en general se identifica la versión comercial que ha inundado el mundo, es muy difícil producir propuestas alternativas con real impacto. O dicho de otro modo: vemos que el “rating” sigue inclinándose por el lado de la estupidez. ¿Será entonces que es cierto aquello de que el público quiere basura? ¿Podríamos quedarnos con la respuesta sencilla que señala al público consumidor como tonto, con mal gusto, banal? ¿O es más compleja la situación?

Sin dudas, es mucho más compleja. En todo caso el público no es tonto sino que lo han vuelto tonto. Pero (y esto es importante no olvidarlo) la cultura de la imagen repetida hasta el hartazgo tal como sucede con la actual oferta televisiva, la civilización montada sobre esta realidad virtual que ofrecen las cajas de sueños que son estos aparatos hipnotizadores llamadores televisores, tiene muchos límites; concretamente dicho: el mismo medio torna muy difícil generar 24 horas diarias durante 365 días al año de programación excelente. Es mucho más fácil apelar al entretenimiento barato que a la reflexión para llenar la programación. Y cuando se quiere generar una alternativa encontramos que es más fácil caer en el panfleto, en la consigna, en el mensaje ideologizado que en una nueva televisión de alto valor estético y conceptual.

Es decir -esto es una hipótesis a discutir- que la misma naturaleza del mensaje audiovisual (¡que es muy distinto a, por ejemplo, la lectura!) tiene límites muy cercanos. ¿Es posible construir una nueva cultura, un “hombre nuevo”, una nueva ética, una nueva forma de ver el mundo, apelando sólo a la imagen virtual? ¿No libera ello del pensamiento crítico? ¿No impide la imagen, aunque no lo quiera explícitamente, la posibilidad de la reflexión profunda?

Por supuesto que necesitamos divertirnos; un tercio de la vida disponemos para ello, según alguna división del sanitarismo (otro tercio para dormir y otro tercio para producir). Pero la cultura televisiva que se ha generado hasta ahora sólo ha servido para llevar el campo del entretenimiento a la peor creación conocida. Los graffiti de los baños públicos son mucho más ingeniosos y agudos que muchos (¿casi todos?) los programas que nos inundan por televisión. ¿Será que diversión es sinónimo de mal gusto, de chabacanería, de burla barata? Si nos quedamos con eso, por supuesto que podemos sacar la rápida conclusión que el público televidente es tonto. Pero no es el público el que produce esos programas, no olvidarlo. Los graffiti populares son una clara expresión de cultura popular, y definitivamente no son tontos. Son mucho más agudos que tantos programas, sin dudas. La gente no es tonta per se. Afirmar eso no es sino despreciativo de la especie.

¿Cómo hacer una televisión distinta entonces? ¿Es posible?

Sí, pero sólo bajo ciertas circunstancias. Por supuesto que hoy también existen programas de gran nivel, verdaderamente educativos, que fomentan el pensamiento crítico y el buen gusto. Son islas, claro está, pero existen. Y ello evidencia algo: una programación masiva durante todo el día todos los días del año hace muy difícil contar con programas de calidad en su totalidad. Ello es así no porque el público sea tonto, sino porque es técnicamente difícil disponer de 24 horas diarias para dedicarse a la reflexión, al goce estético. El pasatiempo también es necesario. La cuestión es buscar un equilibrio entre ambas cosas, entre reflexión y diversión. Y la televisión, dado que es comercio y arma de dominación ideológica, por tanto siempre en manos de las fuerzas conservadoras, es mucho más probable que ofrezca banalidades a que sea autocrítica. Como nos han tornado muy estúpidos, es más fácil “vender estupideces”, incitarnos al consumo, habituarnos a no pensar que fomentar ese nuevo espíritu incisivo.

Las propuestas alternativas para una nueva televisión, los proyectos que han surgido en el campo de la izquierda, del progresismo, las iniciativas que tratan de no ser sólo un medio comercial, en muy buena medida han pecado de otro defecto: panfletarismo, adoctrinamiento ideológico. Eso es la contracara de la estulticia superficial de la televisión comercial. ¿No es también un ejemplo de la fascinante e hipnótica cultura de la imagen una cámara fija que muestra un discurso político sin ningún corte durante media hora? ¿Es eso bello en términos estéticos? ¿Sirve eso para fomentar el pensamiento crítico? ¿Entretiene? ¿No logra eso, muchas veces, que la gente, ya acostumbrada a la a “basura mediática”, busque la telenovela o el reality show?

Todo esto abre la pregunta en torno a para dónde ir con la televisión en una nueva sociedad, tal como está pasando en estos momentos en el laboratorio social que es la Venezuela bolivariana. ¿Se puede hacer una nueva y mejor televisión con más televisión? Quizá -también esto es una tímida hipótesis- la mejor manera, o al menos una manera, de fomentar una nueva cultura es no apostar por más televisión. ¿No nos estamos condenando a una civilización de la imagen, del inmediatismo, del “mirar embobados la pantalla y no pensar”? La cultura de la imagen, ¿no nos lleva inexorablemente a ídolos con pies de barro?

Insisto: estas reflexiones son hipótesis. Ahora, justamente, en Venezuela se termina la concesión al canal televisivo de ultra derecha y alineado con el golpe contrarrevolucionario de 1992 Radio Caracas Televisión -RCTV-. ¿Qué hacer al respecto con ese espacio radioeléctrico que quedará libre? La discusión puesta en la agenda nacional es cómo recuperar ese medio para el campo popular, para el proyecto revolucionario. ¿Cómo transformar una señal especializada en la mentira informativa y en la telenovela-basura en algo de más provecho para la población? El debate está instalado. Pero cabe ahí abrir la reflexión -válida para el caso puntual de Venezuela, y extensible a todo el mundo por cierto- respecto a: ¿una nueva cultura socialista necesita más televisión? ¿No sería un paso superador pensar en reducir las horas de emisión? Sabiendo de los límites de la cultura de la imagen, ¿no sería transformador el buscar menos imagen y más pensamiento crítico?

Marcelo Colussi. Rebelión

Más vale mujer muerta que aborto

No ha sido por falta de indignación que me he detenido de escribir en estos días sobre el aborto. La indignación está presente, es sólo que -ya que los argumentos son los mismos-, ¿qué se puede agregar en esta agria discusión?

Debe ser una genérica debilidad corporal que hace más difícil que las mujeres sean leñadoras, por ejemplo, lo que las ha sumido en un estado de debilidad perenne. Pero sólo ahí, baste ver a los hombres quejarse escandalosamente de dolores que las mujeres sobrellevan con mucha mayor discreción.

Pero el caso es que la ley de los hombres ha prevalecido basada en su fortaleza física. Quien domina hará las leyes. Y eso por mucho que se vea a monjitas cargando carteles condenando la despenalización del aborto. ¿Pero qué saben ellas? ¿Y qué saben -me es más difícil de entender- mujeres de atuendos asexuados que también los despliegan? La sujeción a los mandatos patriarcales nubla el entendimiento. Así, se obedece ciegamente la voz de la autoridad, masculina, desde luego.

Sin embargo, he sabido, a lo largo del tiempo, de los abortos discretos -discretísimos- a los que se han sometido muchachas, hijas de las mismas familias vociferantes. Pero a ellas les fue practicado en hospitales en toda regla. Tenían los medios económicos para hacerlo.

Me parece que el asunto tiene que ver con la indefensión de la pobreza que exacerba el machismo y que tantas veces orilla a las mujeres a buscar este último recurso ante un embarazo no deseado, pero que alterará lamentablemente su vida. Sea éste producto de violación, prepotencia de la pareja o, simplemente, de la mala suerte.

Pretender afirmar que el aborto es una forma rutinaria del control natal es muy tramposo. Nadie -ni hombre ni mujer- gusta de someterse a una intervención que agravie su cuerpo y que, tal como se hacen las cosas, ponga en peligro de muerte.

Pero la balanza suele inclinarse siempre del lado del fuerte que ciega su entendimiento para imponer las sinrazones de su fuerza. Y habría que volver a subrayar la tan lenta aceptación de la ciencia por la jerarquía religiosa, que, bien sabemos, no busca almas para llevar al cielo, sino el poder que anula la voluntad de quienes se viven cautivos. Y mandar sobre el cuerpo es mandar. ¿Dónde más si no?, mientras no se demuestre la presencia inequívoca del alma y el castigo eterno.

¿Por qué el tratamiento que se da a la pederastia clerical es tan diferente? ¿No es peor lesionar la dignidad indefensa de un niño que defender a rajatabla el freno de células en su incipiente desarrollo? ¿Por qué si a lo largo de los siglos han cambiado los criterios acerca de la incursión de esa alma indemostrable, no aceptar lo sensato?

De cualquier forma, cada individuo es libre para regir sobre su cuerpo, cuando de esta elección depende todo su futuro (la amputación de un miembro que salva de la gangrena). Además, ¿qué hay del futuro del niño no querido que es obligado a llegar al mundo para después acabar vendido para la prostitución, por ejemplo, o de acólito de un cura pederasta? Digamos Maciel, que ahora, libre de otras obligaciones, ¿descansa tranquilo en la vejez? ¿Qué es más terrible: el freno al crecimiento celular, que al cabo de los muchos meses será un ser humano, o el abandono del ser humano a su muy triste suerte desde que abre los ojos? ¿Y qué hay del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo? La excomunión para ellas y para el médico que las ayude. Pero, ¿acaso esa misma excomunión se extendió a los sacerdotes que no destruyeron un tejido celular en fase inicial, sino la vida de quienes pervirtieron con dolo?

Además, nadie obliga a las mujeres a abortar si no están de acuerdo, pero ¿por qué obligar a quienes no participan de sus creencias a obedecerlas?

¿Será la despenalización del aborto la defensa de la vida o el ejercicio del poder?

Aline Pettersson. Tomado de La Jornada, 18-04-07

Mariana Selvas y la solidaridad encarcelada

La política de criminalización de los movimientos sociales que ha caracterizado a los gobiernos panistas nos ha llevado a familiarizarnos con números que hacen referencia a presos políticos o con los eufemismos que los describen como "desestabilizadores sociales" o grupos "radicales que atentan contra el Estado de derecho". Las detenciones masivas y sin órdenes de aprensión, de manifestantes o simples transeúntes, han tenido como objetivo sembrar el terror y desestimular la participación política. La detención de 207 personas en Atenco, en mayo de 2006, y de 141 personas en octubre y noviembre de ese mismo año durante las movilizaciones de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) son parte de esta renovada estrategia gubernamental de desarticulación de los movimientos sociales.

Las detenciones masivas y el uso de la violencia sexual durante los desalojos despertaron la indignación de un amplio sector de la sociedad que se manifestó públicamente contra la represión. Los presos políticos se fueron liberando a cuentagotas, muchas veces reconociendo la falta de cargos y la arbitrariedad de sus detenciones. Poco a poco, la opinión pública se fue silenciando y la "normalización" de la situación ha conllevado la indiferencia en torno a los presos políticos, a pesar de que a casi un año de la represión en Atenco, 29 de los 207 detenidos continúan presos, al igual que 64 de los detenidos en Oaxaca.

Las cifras nos han hecho olvidarnos que se trata de vidas que han sido truncadas. ¿Quién le va a reponer a Mariana Selvas los 11 meses de vida que le han robado injustamente encarcelándola? El 4 de mayo se cumplirá un año de su detención, y contra todas las pruebas judiciales, el gobierno del PAN ha decidido convertirla en una rehén más en su campaña contra los movimientos sociales.

Mariana Selvas era una brillante estudiante de etnología de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) cuando fue injustamente apresada en San Salvador Atenco. Su único delito fue tratar de ayudar a las víctimas del desalojo policíaco como integrante del equipo salud de la otra campaña y asistente de su padre, el doctor Guillermo Selvas. Al igual que varios de los detenidos, llegó a Atenco en la madrugada del 4 de mayo, respondiendo al llamado a la solidaridad del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. A ella y a su padre les tocó atender al estudiante de economía Alexis Benhumea y ver con impotencia cómo la falta de recursos médicos lo fue sumiendo en un estado de coma, que a los pocos días lo conduciría a la muerte.

Sus compañeros de la ENAH la recuerdan durante los recorridos de la otra campaña, combinando su apoyo práctico en salud con su tarea cómo investigadora social documentando las necesidades de los pueblos. Su objetivo era elaborar un diagnóstico que le permitiera hacer una propuesta alternativa de salud. Paralelamente, Mariana realizaba su tesis de licenciatura sobre la historia de vida de Magdalena García Durán, dirigente mazahua de las indígenas migrantes en la ciudad de México. Paradójicamente, la vida unió el destino de estas dos mujeres, pues Magdalena estaba con ella cuando se les dio aviso del desalojo violento contra los integrantes del Frente y fue también apresada bajo cargos falsos. Ninguna de las dos participó en el enfrentamiento con las fuerzas policíacas, ambas llegaron a Atenco movidas por la solidaridad, cuando la violencia gubernamental ya había cobrado varias víctimas. Una y otra están siendo acusadas, sin prueba alguna, de secuestro equiparado y ataque a las vías de comunicación, delitos mayores por los que no tienen derecho a fianza.

Aun a costa de poner en peligro su propia integridad física, Mariana fue de las primeras mujeres presas en denunciar las violaciones sexuales cometidas por las fuerzas gubernamentales y las agresiones que sufrió durante su detención. Fue ella quien denunció que las autoridades del Ministerio Público se rehusaron a tomar sus declaraciones con el objeto de que las pruebas físicas de las violaciones se borraran. Su conmovedor testimonio, junto con los de las estudiantes extranjeras deportadas, dio la vuelta al mundo y pusieron en evidencia las falacias de la democracia mexicana. Su valor ha sido castigado con 11 meses de cárcel, que pueden convertirse en años si no se logra presionar políticamente para obtener justicia.

Romper el silencio y confrontar con la denuncia las estrategias "normalizadotas" que pretenden ocultar el dolor y la impunidad tras cifras y discursos sobre paz social, puede ser una alternativa viable para lograr su liberación y la de los otros presos políticos de Atenco y Oaxaca.

R. Aída Hernández Castillo. Doctora en antropología e investigadora del CIESAS
Tomado de La Jornada jueves 19 de abril 2007

La tragedia que amenaza a nuestra especie

Abogados, estudiantes de leyes y otros ciudadanos cubanos protestaron por la liberación, en Estados Unidos, de Luis Posada Carriles Foto: Reuters No puedo hablar como economista o como científico. Lo hago simplemente como político que desea desentrañar los argumentos de los economistas y los científicos en un sentido u otro. También trato de intuir las motivaciones de cada uno de los que se pronuncian sobre estos temas. Hace sólo 22 años sostuvimos en Ciudad de La Habana gran número de reuniones con líderes políticos, sindicales, campesinos, estudiantiles, invitados a nuestro país como representantes de los sectores mencionados. A juicio de todos, el problema más importante en aquel momento era la enorme deuda externa acumulada por los países de América Latina en 1985. Esa deuda ascendía a 350 mil millones de dólares. Entonces los dólares tenían un poder adquisitivo muy superior al dólar de hoy.

De los resultados de aquellas reuniones enviamos copia a todos los gobiernos del mundo, con algunas excepciones como es lógico, porque habrían parecido insultantes. En aquel periodo los petrodólares habían inundado el mercado y las grandes trasnacionales bancarias prácticamente exigían a los países la aceptación de elevados préstamos. De más está decir que los responsables de la economía aceptaron tales compromisos sin consultar con nadie. Esa época coincidió con la presencia de los gobiernos más represivos y sangrientos que ha sufrido el continente, impuestos por el imperialismo. No pocas sumas se gastaron en armas, lujos y bienes de consumo. El endeudamiento posterior creció hasta 800 mil millones de dólares mientras se engendraban los catastróficos peligros actuales, que pesan sobre una población que en apenas dos décadas y media se ha duplicado y con ella el número de los condenados a vivir en extrema pobreza. En la región de América Latina la diferencia entre los sectores de la población más favorecida y los de menos ingresos es hoy la mayor del mundo.

Mucho antes que lo que ahora se debate, las luchas del Tercer Mundo se centraban en problemas igualmente angustiosos, como el intercambio desigual. Año tras año se fue descubriendo que las exportaciones de los países industrializados, elaboradas generalmente con nuestras materias primas, se elevaban unilateralmente de precio mientras el de nuestras exportaciones básicas se mantenía inalterable. El café y el cacao -para citar dos ejemplos- alcanzaban aproximadamente 2 mil dólares por tonelada. Una taza de café, un batido de chocolate, se podían consumir en ciudades como Nueva York por unos centavos; hoy se cobra por ellos varios dólares, quizás 30 o 40 veces lo que costaba entonces. Un tractor, un camión, un equipo médico, requieren hoy para su adquisición varias veces el volumen de productos que se necesitaba entonces para importarlos; parecida suerte corrían el yute, el henequén y otras fibras producidas en el Tercer Mundo y sustituidas por las de carácter sintético. Mientras, los cueros curtidos, el caucho y las fibras naturales que se usaban en muchos tejidos eran sustituidos por material sintético de sofisticadas industrias petroquímicas. Los precios del azúcar rodaban por el suelo, aplastados por los grandes subsidios de los países industrializados a su agricultura.

Las antiguas colonias o neocolonias, a quienes se les prometió un porvenir maravilloso después de la Segunda Guerra Mundial, no despertaban todavía de las ilusiones de Bretton Woods. El sistema estaba diseñado de pies a cabeza para la explotación y el saqueo.

Al inicio de esta toma de conciencia no habían aparecido todavía otros factores sumamente adversos, como el insospechado derroche de energía en que caerían los países industrializados. Estos pagaban el petróleo a menos de dos dólares el barril. La fuente de combustible, con excepción de Estados Unidos donde era muy abundante, estaba fundamentalmente en países del Tercer Mundo, principalmente en el Oriente Medio, además de México, Venezuela y ulteriormente en África. Pero no todos los países calificados en virtud de otra mentira piadosa como "países en desarrollo" eran petroleros, 82 de ellos son los más pobres y como norma necesitan importar petróleo. Les espera por tanto una situación terrible si los alimentos se transforman en biocombustibles, o agrocombustibles como prefieren llamarlos los movimientos campesinos e indígenas de nuestra región.

La idea del calentamiento global como terrible espada de Damocles que pende sobre la vida de la especie, hace apenas 30 años ni siquiera era conocida por la inmensa mayoría de los habitantes del planeta; aún hoy existe gran ignorancia y confusión sobre estos temas. Si se escucha a los voceros de las trasnacionales y su aparato de divulgación, vivimos en el mejor de los mundos: una economía regida por el mercado, más capital trasnacional, más tecnología sofisticada, igual a crecimiento constante de la productividad, del PIB, del nivel de vida y todos los sueños del mundo para la especie humana; el Estado no debe interponerse en nada, no debiera inclusive existir, excepto como instrumento del gran capital financiero.

Pero las realidades son tercas. Uno de los países más industrializados del mundo, Alemania, pierde el sueño ante el hecho de que 10 por ciento de la población está desempleada. Los trabajos más duros y menos atractivos son desempeñados por los inmigrantes que, desesperados en su creciente pobreza, penetran en la Europa industrializada por todos los agujeros posibles. Nadie saca al parecer la cuenta del número de habitantes del planeta, que crece precisamente en los países no desarrollados.

Más de 700 representantes de organizaciones sociales se acaban de reunir en La Habana para discutir sobre varios de los temas que en esta reflexión se abordan. Muchos de ellos expusieron sus puntos de vista y dejaron entre nosotros imborrables impresiones. Hay material abundante sobre el cual reflexionar, además de los nuevos sucesos que ocurren cada día.

Ahora mismo, como consecuencia de la puesta en libertad de un monstruo del terror, dos personas jóvenes que cumplían un deber legal en el Servicio Militar Activo, aspirando a disfrutar del consumismo en Estados Unidos, asaltaron un ómnibus, forzaron con su impacto una de las puertas de entrada de la terminal de vuelos nacionales del aeropuerto, llegaron hasta un avión civil y penetraron en él con los rehenes, exigiendo el traslado al territorio estadounidense. Días antes habían asesinado a un soldado que estaba de posta, para robar dos fusiles automáticos, y en el propio avión privaron de la vida con cuatro disparos a un valiente oficial que, desarmado y capturado como rehén en el ómnibus, intentó evitar el secuestro de la nave aérea. La impunidad y los beneficios materiales con que se premia desde hace casi medio siglo toda acción violenta contra Cuba, estimula tales hechos. Hacía muchos meses no ocurría nada parecido. Bastó la insólita liberación del conocido terrorista, y de nuevo la muerte visitó nuestros hogares. Los autores no han sido juzgados todavía, porque en el transcurso de los hechos ambos resultaron heridos, uno de ellos por los disparos que hizo el otro dentro del avión, mientras luchaban contra el heroico oficial de las fuerzas armadas. Ahora muchas personas en el exterior esperan la reacción de los Tribunales y el Consejo de Estado ante un pueblo profundamente indignado con los acontecimientos. Hace falta una gran dosis de serenidad y sangre fría para enfrentar tales problemas.

El apocalíptico jefe del imperio declaró hace más de cinco años que las fuerzas de Estados Unidos debían estar listas para atacar preventiva y sorpresivamente 60 o más países del mundo. Nada menos que un tercio de la comunidad internacional. No le bastan, al parecer, la muerte, las torturas y el destierro de millones de personas para apoderarse de los recursos naturales y los frutos del sudor de otros pueblos.

Mientras tanto, el impresionante encuentro internacional que acaba de tener lugar en La Habana reafirmó en mí una convicción personal: toda idea siniestra debe ser sometida a críticas demoledoras sin concesión alguna.

Fidel Castro Ruz. Texto publicado en Granma

La farsa de las zonas protegidas

En retrospectiva, en la década de los años noventas, gran parte de la región de Centro Americana y los estados sureños de México, que hoy están contemplados en el Plan Puebla Panamá (PPP), fueron condicionados por organismos internacionales (FMI y BM) asumir políticas proteccionista para convertir los hábitats de los pueblos indígenas en áreas resguardadas, negándoles en aquel tiempo todos los derechos de usufructo de esas tierras. Hoy esas mismas áreas forman parte del megaproyecto PPP, distante de la esencia de la conservación naturalista que predicaron dichos organismos en el pasado.
Con la realización y proyección de las obras infraestructurales que requiere el PPP como carreteras, vías férreas, puertos marítimos, aeropuertos y ciudades industriales (como puede observarse en los mapas y gráficos en la siguiente dirección electrónica http://www.geocities.com/autogestion/mapas/index.html), las obras vienen a destruir un sinnúmero de áreas protegidas, dejando al descubierto que el llamado “Corredor Biológico Mesoamericano” no fue más que un sistema de apropiación de enormes extensiones de territorios que pasan a incluirse ahora como zonas que serán explotadas y saqueadas.
Un ejemplo de ello son las presas y represas como la del Patuca (Honduras); Tigre (Honduras-Salvador); Boruca (Costa Rica); Teribe (Panamá); La Angostura, Chicoasén, Malpaso (Chiapas); Miguel Alemán, Temazcal, el Cerro de Oro, la del Marqués, Yosocuta (Oaxaca); Presa Binacional "Boca del Cerro", (Chiapas-Tabasco y Guatemala); Presa "Chumpán" (Campeche); entre otras. Que han experimentado cambios dramáticos en sus ecosistemas afectando de forma directa a sus poblaciones, las cuales nunca fueron consultadas para la realización de dichos proyectos, como también se da el famoso caso de la Presa la Parota. Esos pueblos poseen una larga historia de lucha por la defensa de sus territorios y han manifestado con vehemencia estar en contra de los megaproyectos del ALCA.
Por otro lado, la exploración y explotación de los hidrocarburos se cierne por todo el litoral de las costas que van desde el caribe panameño hasta del Istmo de Tehuantepec. Lo que dará lugar a una red de gasoductos y oleoductos a lo largo de las selvas hondureñas, salvadoreñas hasta llegar a la región de Tehuacan en el estado de Puebla, México. El trazo y tendido de las tuberías desde estos países hasta México causara enormes perdidas a los sistemas ecológicos de esas regiones, con la perdida irremediable de especies de animales y plantas como la contaminación de vasos hidrológicos.
El maga proyecto PPP contempla la construcción de una megarefinería que se construirá posiblemente en Panamá, el Salvador u Honduras, y al mismo tiempo se construirá el oleoducto Cartagena-Panamá que servirá como vehículo de exportación de los hidrocarburos venezolanos.
Debemos señalar que el Plan Puebla Panamá está enmarcado en el modelo de globalización económica, que ve a la naturaleza como una simple mercancía a la disposición del mejor postor. Esta visión contrasta con la retórica que predicaron el BM y FMI al crear el Corredor Biológico Mesoamericano, el cual avizoraba un proceso de conservación fundamentalista, pero a los intereses del gran capital.
Recordemos que a inicio de la década de los años noventas, se inició el proceso de reconversión y entrega de las recién designadas áreas protegidas a fundaciones privadas, aduciendo la incapacidad de los gobiernos Federales, Estatales (Provincias) o municipales (de todos esos países) de poder garantizar un manejo efectivo de las zonas y sus recursos.
Ello generó la expulsión de grandes contingentes de pobladores, que marcó innumerables fricciones entre la población local e instituciones gubernamentales, vulnerando los derechos humanos de esos ciudadanos.
Aunque existieron esfuerzos por parte de algunas organizaciones para frenar la depredación a hacia esas zonas como fue el caso del Fondo Mundial para la Conservación (WWF), que prohibió el buceo artesanal y turístico en algunos arrecifes del mar caribeño, ello motivo la violación de los derechos humanos de ciertas poblaciones que utilizaban esos esteros como modus vivendis.
Aunque la WWF diseñó planes para el manejo de esas zonas, los cuales planteaban una rezonificación de la pesca, que a la vez generó un abandono de esas zonas que fueron aprovechadas por las grandes cadenas hoteleras trasnacionales para asentar complejos turísticos que destruyeron los arrecifes y especies marítimas.
Sucede que en la mayoría de las áreas protegidas de mesoamérica, existe una política de reprimir a las poblaciones locales para lograr aplicar los planes de manejo de esas zonas. Con la implementación del Plan Puebla Panamá se diluyen las pretensiones de conservación, y se afinan las estrategias de saqueos de los territorios de los pueblos indígenas quienes durante siglos han preservado los hábitats.
El pretextos de preserva y crear zonas de protección solo fue una farsa que permitió que las grandes compañías trasnacionales prepararan el terreno para que ahora y en un par de años más, puedan llevar acabo el mayor saqueo en la historia de la humanidad. Sin duda en los próximos años estaremos viendo el despliegue de tropas norteamericanas es estos territorios para cuidaran los intereses de sus amos, bajo el pretexto de combatir al terrorismo o los enemigos del progreso.

Por Ricardo García Jiménez

Exposición del Cacique Guaicaipuro Cuatemoc

Ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea (08/02/2002).

Con lenguaje simple, que era trasmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea, el Cacique logró inquietar a su audiencia cuando dijo:

"Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatemoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro. Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años. Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.
El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo. También puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses.

Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!
¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea, se deben a la inundación de metales preciosos.
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Guaicaipuro Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.
Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan 'MARSHALLTESUMA", para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos:
¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no. En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos les cobran a los pueblos del Tercer Mundo.

Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado solo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?
Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica...”


Cuando el Cacique Guaicaipuro Cuatemoc dio su conferencia ante la reunión de JEFES DE ESTADO DE LA COMUNIDAD EUROPEA, no sabía quizás que estaba exponiendo una tesis de Derecho Internacional para determinar LA VERDADERA DEUDA EXTERNA... ahora sólo resta que algún gobierno latinoamericano tenga el valor suficiente para hacer el reclamo ante los Tribunales Internacionales.

Haz conocer este discurso. Nosotros también somos parte de la mercadería que ha sido vendida.

Enviado por Amalia B. Domínguez
Santiago del Estero, Argentina

AL: ¿Existe una situación revolucionaria en América Latina?

1. La interrogante más política de América Latina

Probablemente la pregunta política más trascendental de América Latina en este momento se refiere a si se encuentra en una situación revolucionaria o no. Es la pregunta estratégica más importante porque la viabilidad de las tres megapropuestas del futuro latinoamericano -el desarrollismo regional, el socialismo del siglo XXI y la alianza orgánica entre los Pueblos y los Estados progresistas- depende esencialmente de su realismo frente al statu quo.

Para responder a la interrogante usamos un sencillo modelo, que reduce el complejo concepto situación revolucionaria a dos parámetros decisivos: a) La fisonomía del poder de la vanguardia revolucionario y b) La institucionalidad de ruptura que pretenden establecer las fuerzas revolucionarias. Determinando los atributos (valores) de ambos parámetros para las revoluciones burguesas y socialistas del pasado, obtenemos un paradigma o modelo histórico de la situación revolucionaria en la época moderna, que permite clasificar el contenido revolucionario de la actualidad latinoamericana.

2. La fisonomía del poder revolucionario

2.1. El poder revolucionario es un poder de facto frente a la institucionalidad y las fuerzas del antiguo régimen. Tiene que ser un poder de facto, porque desde la legalidad establecida es la ruptura del orden constitucional. La legalización de este poder es post festum. La espada se vuelve ley sobre el hecho consumado de la victoria. Los vencedores, constituidos en Asamblea Constituyente originaria, se conceden una nueva Magna Carta Libertatum, una “Gran Carta de las Libertades”, hecha a su medida. La fase de transición entre el poder bruto y el poder normativo varía. La primera constitución soviética se hizo en 1918, la china en 1954 y la cubana en 1976.

2.2. En su esencia, el poder revolucionario no puede ser legislativo ni judicial ni mediático. La precondición de su triunfo es la índole ejecutiva-político-militar. Es el ejército de Cromwell, el new model army de los Ironsides, que le permite derrotar, primero, a la contrarrevolución monárquica y, después, acabar con el parlamentarismo corrupto. Es el Comité de Salud Pública de los jacobinos que liquida a la aristocracia feudal. Son los soviets, el Partido y el germen del Ejército Rojo que permiten la toma del Palacio de Invierno y la disolución de la Asamblea Constituyente, para -después de ser instruido por treinta mil exoficiales zaristas- derrotar a los ejércitos blancos e intervencionistas.

2.3. El poder es originario, porque se levanta sobre los escombros de las Fuerzas Armadas del ancien régime. En la práctica, esta propiedad confiere una amplia discrecionalidad al nuevo poder. En lo normativo, es la destrucción física del viejo orden lo que faculta a la Asamblea Constituyente a establecer el nuevo orden constitucional sin miras hacia la legislación y Magna Carta anterior, es decir, de actuar como originaria, no como derivativa.

3. Poder revolucionario e Institucionalidad de ruptura

So pena de ser derrotado, el poder real de la vanguardia no puede desligarse de la perspectiva estratégica y teórica de una nueva institucionalidad política y económica que rompa el orden institucional del pasado. Son precisos un nuevo modo de producción y una nueva superestructura.

Cromwell sustituye las tres instituciones dominantes del viejo régimen, la monarquía, el Vaticano y la aristocracia, con el parlamento, la iglesia nacional protestante y la economía de mercado desarrollista. Lenin reemplaza el parlamentarismo burgués por la dictadura del proletariado a través del Partido y la economía de mercado por la economía centralmente administrada del “comunismo de guerra”. Mao actúa sobre el mismo parangón modificándolo con los (fracasados) intentos del gran salto adelante y de las Comunas.

4. ¿Existe una situación revolucionaria en América Latina?

Si comparamos ese paradigma histórico con la situación actual latinoamericana tenemos que concluir que no existen los criterios característicos de una situación revolucionaria de este tipo en la Patria Grande. Y, de hecho, en América Latina, en los últimos 55 años, se han dado solo tres veces: la Revolución Boliviana de 1952, la Revolución Cubana de 1959 y la Sandinista de 1979.

Son marcadas las diferencias entre lo histórico y lo actual. Todos los gobiernos del cambio, los de Evo Morales, Hugo Chávez o Rafael Correa, comparten las siguientes características: a) Son gobiernos de iure, es decir, legalmente constituidos y que llegaron a la Presidencia y al parlamento a través de la institucionalidad del viejo régimen; b) En el proceso de la toma del poder no destruyeron físicamente la institución castrense establecida, sino que encontraron un modus vivendi negociado con ella y c) No disponen del poder característico y originario de las vanguardias de las revoluciones de la modernidad burguesa y socialista.

5. ¿Situación revolucionaria, pre-revolucionaria o coyuntura de normalidad en la Patria Grande?

La no coincidencia de la realidad de los gobiernos de transformación bolivariana con el paradigma de una revolución de la época moderna permite dos inferencias: 1. El modelo sigue vigente y, por lo tanto, no hay una situación revolucionaria en la Patria Grande. Si se usa esta inferencia habrá que determinar si la realidad latinoamericana es pre-revolucionaria -es decir, conducente a una situación revolucionaria- o si las políticas desarrollistas y protosocialistas observables se mantienen dentro de la “desviación estándar” de las medidas de tendencia central del modo de producción capitalista. Es decir, que sí son una desviación significativa frente a la media neoliberal, pero no frente al capitalismo keynesiano o desarrollista; 2. La segunda inferencia posible es que el paradigma de la situación revolucionaria moderna ya no es aplicable a la realidad contemporánea latinoamericana porque ésta ha cambiado demasiado. En tal caso, se podría sustituir este sencillo modelo de dos parámetros (fisonomía del poder/institucionalidad de ruptura) por otros más complejos, por ejemplo, de la física moderna, en los cuales el “cambio de fase” (“revolución”) opera a través de múltiples cambios microscópicos en el comportamiento del sistema hasta generar una masa crítica que produce su cambio macroscópico.

El juicio sobre el carácter revolucionario o no de la situación actual latinoamericano reviste cierta urgencia, porque de la calidad del diagnóstico de la realidad depende la terapia, diseñada para mejorarla. Y es en la calidad del diagnóstico latinoamericano donde se encuentra uno de los mayores obstáculos a la construcción de la vanguardia latinoamericana y su teoría libertadora.

Por: Heinz Dieterich. Rebelión

Carta de los papás Cerezo

A quien corresponda:

Sabedora de la velada censura que ejerce el gobierno panista y la autocensura por temor a algunos dueños de los medios de comunicación por el riesgo de perder sus empleos, de algunos reporteros, corresponsales, líderes de opinión y directores de algunos diarios, generalizaré mi correspondencia para evitarles molestias innecesarias, producidas por esa situación.
Sin embargo, no dejaré de enviarles las cartas que escribimos a nuestros hijos con la esperanza de que se ocupen de ellas y las conviertan en una prueba más de la crítica situación que viven los prisioneros políticos y de conciencia en los penales de Alta seguridad, una prueba más de las infinitas formas que encuentran estas “autoridades”para violar sus derechos humanos.
No les basta con mantenerlos prisioneros, les es necesario mantenerlos como rehenes en tan indigna situación para escarmiento de los demás luchadores sociales del país, en un intento de detener el movimiento popular que camina hacia una unidad cada vez más necesaria para acabar con la injusticia y la inequidad.
Con nuestro más sincero agradecimiento a su atención.
Emilia Contreras Rodríguez y Francisco Cerezo Quiroz.

20 de abril del 2007

Mis amores: Antonio y Héctor aún rehenes del Estado y ahora de Felipe Calderón Hinojosa, a 5 años y 8 meses de injusta prisión, Emi, Paco y Ale que continúan luchando por alcanzar la libertad de sus hermanos.

Por fin pude leer las cartas que han escrito, tu valiente denuncia Héctor y tus cartas Toño y como siempre he tenido que hacer de tripas corazón y una vez más ser consecuente y asimilar que la lucha social por la justicia nos enfrenta a todos los que en ella estamos, si bien nos va, a los peligros de la prisión –con todo lo que ésta conlleva- y si mal nos va, a la desaparición forzada o la muerte, como siempre lo ha dicho papá.

En este año hice un pastel para celebrar todos los cumpleaños que no hemos pasado juntos, lo hice porque precisamente cumpliste ya 30 años, 30 años desde que llegaste a mis brazos y te amamanté con todo el amor que es posible tener, y te recordé regordete con color arena de mar, como diría una entrañable compañera, tus gracias, tus primeras palabras, cuando me orinaste la cara al cambiarte el pañal, tu llanto a las 6 am. que como relojito emitías cuando -más grandecito- no te daba rápido tu biberón y después tus primeros pasos y más adelante cuando le sostenías el biberón a Hértor, que es como lo llamabas o cuando siempre desde pequeño querías ayudar a otros más pequeños a pronunciar las palabras ¿te recuerdas? Y cuando entraste a la primaria a los cinco años y ¡descubriste! que un vecino no sabía leer y muy docto le dijiste que tú ya sabías y serías su maestro y le enseñarías. Mi toño, ¿cómo olvidar las lecturas que hacíamos, o las que yo hacía y después les trasmitía como historias para enseñarles que todo era posible o casi todo, si se lo proponían? ¿cómo olvidar?

Y después llegó Hértor (como le decías), con su cara afiladita, tan calladito, casi no lloraba por nada, paciente y observador, un bebé chiquitito, güerejito, que a toda costa querías cargar porque tú “ya eras grande”.

Héctor, mi chiquito con 28 años ya y más de cinco en prisión, tan observador desde pequeño, también me “bautizaste” no una sino varias veces, tan serio después y tan empecinado en todo lo que hacías, recuerdo que cuando nació Ale, y regresé a casa con otro chiquito, te encontré enfermo y hubo necesidad de que regresara al hospital pero ahora contigo, te pusieron suero y te atendieron como era necesario pero a la hora en que la enfermera trató de ponerte el pañal, no lo permitiste y con tus apenas dos años le dijiste enojado: yo no uso pañal porque ya no soy bebé y cuando te dieron la leche en un biberón, mayor fue tu descontento porque tú no tomabas ya en biberón porque ya eras grande y durante tu estancia no lo hiciste, pero al llegar a casa te pregunté que querías tomar y me dijiste leche, te la dí y como un náufrago bebe el agua tomaste tu leche, y cómo nos costó trabajo que aprendieras a perder cuando jugábamos, y tan arrojado ¿recuerdas cuando a los tres años te fuiste sólo del kinder a la casa porque no llegué a tiempo por ti? y después cuando en el pentatlón corrías casi como los mayores tomándote del cinturón de Emi para aguantar las subidas? y cuando desfilaste con el penta a los cuatro años y te cargaban en hombros para que aguantaras y al llegar a donde estaban las autoridades tomaras tu lugar como sargento y dieras las órdenes a tu pelotón, quienes antes te habían ayudado. ¿Y más tarde cuando en el nacional de lucha olímpica representaron a la UNAM y no te rendiste porque “ya eras universitario” y no podías perder? Mis amores, cuántos recuerdos de su infancia, cuántos recuerdos de todos los años en que estuvimos juntos, ¿cómo olvidar?

No, jamás. Sería necesario enloquecer de dolor o morir y aún así los recuerdos permanecerían en todos nosotros y en quienes nos conocieron para bien o para mal. Aunque lo que creo es que más para bien porque el tiempo como bien lo dices Toño ayuda a reflexionar y a madurar poniendo las cosas en su lugar, asumiendo las responsabilidades que corresponden a cada quien y superar agravios reales o supuestos agravios. El tiempo todo lo cura a menos que no lo desees o no tengas salud mental.

Mis amores, ¿y qué decir de ti Emi, de Paco y de Ale? No terminaría, así que baste por ahora porque hay cosas mucho más importantes que los recuerdos personales, ya habrá tiempo para eso y más, aunque seguiremos hablando de la memoria, pero de la memoria colectiva, esa que intenta el Estado borrar a toda costa como por ejemplo: la muerte de Pável González un 19 de abril como ayer, debo decirles que yo esperaba que alguien lo mencionara y no he encontrado referencia al respecto, lo cual lamento porque ha sido una muerte producto de la lucha por la justicia. Esto no debe suceder, por lo que hago un llamado a todos los luchadores sociales comprometidos para que no dejen de mencionarlo y envío un abrazo fuerte, muy fuerte a Mario y Lourdes padres de Pavel y mi completa e incondicional solidaridad por tan significativa e irreparable pérdida para ellos y para la sociedad, ya que al Estado le conviene más que mueran los jóvenes por sobredosis o en el ajuste de cuentas de la delincuencia organizada a que se involucren en las luchas sociales del pueblo mexicano.

Vaya también un emotivo abrazo para Angel y Graciela padres de Alexis Benhumea, otro joven ejemplar, que también perdió la vida en manos de las fuerzas represoras del Estado, en la represión al indómito y valeroso pueblo de San Salvador Atenco, en este primer aniversario de su muerte, toda mi solidaridad incondicional y la de mi familia.

Y para los familiares de doña Ernestina Ascencio Rosario, mis condolencias sinceras, porque independiente del alegato en el que se han metido las autoridades veracruzanas y el titular de la CNDH, bien sabemos los antecedentes del proceder de los militares que actualmente han retomado la violación a hombres y mujeres como una escalada más de su estrategia de Guerra de Baja Intensidad (GBI), con la cual su intención es atemorizar a la población, vejarla a tal grado que se paralice. Lo que no lograrán ni ahora ni nunca porque jamás podrán entender que para los padres, los hijos, la familia, el pueblo, la voluntad de alcanzar la justicia es indomable.

Pero, aún no termino. Me falta señalar que los responsables de estas atrocidades lo seguirán siendo quienes en su momento estuvieron en el gobierno mexicano sirviendo al sistema y al Estado, a Felipe Calderón Hinojosa, a Francisco Ramírez Acuña, al general Guillermo Galván Galván, a Genaro García Luna, y a José Luis Lagunes López quien funge como Director del Sistema penitenciario federal como usurpadores, ilegítimos y responsables directos de mantener a mis hijos como rehenes en la prisión de alta seguridad del Altiplano y a todos los presos políticos y de conciencia que ha generado su servilismo y autoritarismo al continuar criminalizando la lucha social en nuestro México.

Por medio de la presente hago un ferviente llamado a todas las fuerzas políticas y sociales de izquierda para que haciendo a un lado viejas rencillas y contradicciones de cualquier tipo alcancen un acuerdo general para la conmemoración de este primero de mayo y el paro general, ya que si la derecha a pesar de sus contradicciones se une en un momento dado en contra de los intereses de la mayoría, la izquierda o las izquierdas como gusten llamarle tenemos no sólo la obligación moral sino el deber de unirnos en defensa de los mismos y escribir la historia de los pasos que habremos de dar unidos para transformar esta sociedad en una mejor en donde la justicia, la dignidad y la solidaridad no sean solo principios ni letra muerta sino una realidad.

Vaya también, un saludo a doña Trini esposa de Ignacio del Valle y a su hija América, así como a Mariana Selvas, perseguida política una y prisionera la otra de este régimen, a todas las presas de Atenco y Oaxaca, y a todos sin excepción los que se encuentran librando una batalla más por la libertad de todos los presos políticos del país, un saludo al Segundo Foro Universitario por la Libertad de todos los Presos Políticos, que tiene lugar en este día, y un saludo al Comité Cerezo, (faltaba más).

Para finalizar, hago expresa mi invitación al C. Representante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que en su próxima visita de Mayo, entreviste, no sólo visite las prisiones de Máxima Seguridad en México, a los presos políticos y de conciencia que en ellas se encuentran, les salude –aunque le quede la mano oliendo a huevo- y compruebe de motu propio las violaciones y vejaciones que a diario sufren los mismos.

¡Por la libertad de todos los presos políticos y de conciencia!

Emilia Contreras Rodríguez y Francisco Cerezo Quiroz, papás de Antonio y Héctor Cerezo, rehenes del Estado aún prisioneros y de Emiliana, Francisco y Alejandro Cerezo del Comité Cerezo.

06 mayo, 2007

Presos políticos en México

Este fin de semana, el juez primero penal de Toluca, estado de México, José Blas Hernández, sentenció a Ignacio del Valle Medina, Héctor Galindo y Felipe Álvarez, líderes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), a 67 años y seis meses de prisión por el delito de secuestro equiparado, por la retención de varios funcionarios, en febrero y abril de 2006. Este fallo, contrario a derecho, resultado de un juicio repleto de irregularidades, revela una de las caras de la brutal represión lanzada en los años recientes por las autoridades contra los movimientos sociales del país. Confirma la existencia de presos políticos en territorio nacional y ratifica que el Estado mexicano es discrecional en la aplicación de la justicia: a unos se les castiga severamente en tanto a otros se les achaca sólo faltas administrativas, como a los policías acusados de uso excesivo de la fuerza, tortura y violación contra pobladores de San Salvador Atenco en mayo del año pasado.

Se trata de una sentencia desproporcionada de origen. El Código Penal del Estado de México equipara al secuestro la acción de quien "detenga en calidad de rehén a una persona para obligar a la autoridad a realizar o dejar de realizar un acto de cualquier naturaleza; en tal caso se impondrán las penas señaladas" en el artículo 259, "de 30 a 60 años de prisión y de 700 a 5 mil días de multa". Es decir que, en este contexto, los delitos cometidos por El Mochaorejas son similares a las acciones efectuadas por activistas. Este caso muestra, además, la falta de canales institucionales para atender reivindicaciones sociales.

Desafortunadamente, lo sucedido en el caso Atenco no es una excepción. La criminalización de las luchas sociales es un hecho no sólo por la creación de leyes tramposas sino por prácticas viciadas como el invento de cargos, conductas aberrantes de parte de policías y autoridades, represión selectiva contra activistas y afectación a ciudadanos que nada tenían que ver con protestas. Esto último es más frecuente de lo que se percibe.

De hecho, sucede con mucha frecuencia que alguna movilización social termine con detenidos, heridos y torturados. De acuerdo con activistas y analistas, las detenciones arbitrarias y violentas abundan en el estado de México, Puebla, Tamaulipas, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Hidalgo y Jalisco. En Yucatán se ha detenido a 40 jóvenes sólo en este año. En Oaxaca decenas de personas viven escondidas, algunas con secuelas físicas por la represión de las fuerzas del Estado. La otra campaña ha encontrado en su recorrido por el país decenas de presos políticos.

La represión estatal en el México de hoy nos remite a la época de la guerra sucia -en los años 60 y 70-, cuando se acabó prácticamente con los movimientos sociales surgidos en ese tiempo. Las víctimas del brazo autoritario del poder, entonces, eran militantes de izquierda, obreros, campesinos, intelectuales, académicos o simples ciudadanos hartos del asfixiante e injusto sistema político.

Este mismo patrón de conducta ha sido retomado por las administraciones panistas. Según el Comité Cerezo, Vicente Fox dejó a Felipe Calderón una herencia de más de 400 presos políticos. Pero lo peor, señala dicha organización civil, es que la cifra se ha incrementado en los cinco meses de esta administración federal a causa de la represión de movimientos sociales. El número de presos políticos y de conciencia ha alcanzado niveles no vistos desde hace tres décadas. Aunque no existen cifras exactas del número de detenidos por motivos políticos en México, el Comité Cerezo considera que al menos 500 personas estarían en tal caso.

Ante este panorama, es urgente exigir a las autoridades que den certidumbre al estado de derecho y dejen de hostigar a los movimientos sociales que, después de todo, lo que quieren es construir un México mejor, sin injusticias, sin corrupción ni impunidad y con oportunidades de desarrollo para todos. Para ello, el papel de los medios de comunicación es vital, así como la perseverancia de la asediada sociedad civil organizada.

Editorial de La Jornada 06-05-07

Crece a "niveles históricos" la cifra de presos políticos y de conciencia

La muerte de activistas alcanza una tasa no vista en el país en casi cuatro décadas

En años recientes, acentuadamente en el último del sexenio foxista y los cinco meses que van del gobierno de Felipe Calderón, el número de presos políticos y de conciencia ha alcanzado niveles históricos. Se trata de participantes (en ocasiones ni siquiera eso) de movimientos sociales y expresiones de inconformidad colectiva. Esto ocurre en prácticamente toda la República. Algunos alcanzan cierta difusión en los medios comerciales, los más sonados y ejemplares. Otros apenas son reportados por medios alternativos y organismos no gubernamentales de derechos humanos.

Centenares de personas han sido detenidas y encarceladas desde 2005 en agresiones de carácter violento de las policías, lo que ha afectado a millares de personas, en especial indígenas, jóvenes urbanos, maestros democráticos y campesinos. Esto, además de las tumultuosas represiones en Guadalajara (mayo de 2005), San Salvador Atenco (mayo de 2006), Oaxaca (entre mayo y diciembre de 2006) y Mérida (2007).

Las muertes de activistas sociales y políticos alcanzan una tasa no vista en casi cuatro décadas. No sólo están los casos televisados de Oaxaca, Atenco o la siderúrgica Lázaro Cárdenas. Están algunos no aclarados en Matamoros, Ciudad Guzmán y la sierra triqui. Dos delegados del Congreso Nacional Indígena sufrieron emboscadas mortales en mayo de 2006 cuando se dirigían a una reunión nacional: Concepción Gabino, de Cosalapa, Jalisco, y Faustino Acevedo, de San Blas Atempa, Oaxaca.

La represión "selectiva" contra jóvenes, bajo el pretexto de su indumentaria y comportamiento, se ha generalizado. Parece haber "consigna" contra los anarcos, punks y similares. La más reciente, este primero de mayo en la ciudad de San Luis Potosí.

Un dato es el crecimiento exponencial de conductas aberrantes (por lo visto cumpliendo órdenes, o "permisos" al menos) de las policías en capitales y municipios, a lo que se agregan hostiles custodios, agentes del Ministerio Público y jueces: violaciones, vejaciones, tortura, amagos de muerte.

Analistas y activistas subrayan la criminalización de la lucha social. Se inventan cargos, se "siembran" armas o droga. Los medios electrónicos obran como jueces o han incitado a un "restablecimiento del orden" por regla violento, inconstitucional e impune. A esto se suma una atonía de las comisiones estatales y Nacional de Derechos Humanos, que a veces rayan en complicidad con los verdugos.

La otra campaña encontró el año pasado decenas de presos políticos en todo el país, la mayoría ignorados. Por ejemplo, Adolfo y Miguel Andrade Ibarra, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria en Guanajuato, víctimas de la cúpula panista (Carlos Abascal, Ramón Muñoz y el ex gobernador Juan Carlos Romero Hicks) según los familiares y compañeros.

En el penal El Amate, en Chiapas, meses atrás se denunciaron agresiones y tortura contra los reos Aureliano Álvarez y Tiburcio Gómez, indígenas de Huitiupán. Uno de ellos "apareció" muerto en el penal posteriormente. En Chiconautla está Gloria Arenas. Su compañero, Jacobo Silva Nogales, recluido en La Palma, es un caso extremo, que recuerda lo peor del apartheid de Sudáfrica. Tiene 23 horas de encierro al día, no se le permite pintar. Sus óleos son una denuncia extraordinaria.

A ellos se suma la saga, combativa y lúcida, de los hermanos Cerezo. En Tacotalpa (Tabasco), Ángel Pérez Gutiérrez y Francisco Pérez Vásquez, bases zapatistas, hace 10 años están presos injustificadamente. En Ixcotel (Oaxaca) está recluido desde antes de las protestas de 2006 Pedro Castillo Aragón; es compañero de Catarino Torres Pereda, quien pasó varios meses en el penal de alta seguridad de La Palma, aislado y tratado peor que los narcotraficantes y secuestradores. También los detenidos de Loxicha y Santiago Xanica. Y Juan Díaz Gómez, zoque de Chiapas, quien paga el delito de no hablar castellano.

La estela carcelaria ha pasado por la Comarca Lagunera, tanto en Coahuila como en Durango. Pobladores de San Blas Atempa sufren penas de cárcel desde 2005 en Tehuantepec; otros han sido liberados. Se multiplican las órdenes de aprehensión, unas ejecutadas, otras resueltas con fianza, muchas más pendientes (y reactivables en cualquier momento). En Oaxaca decenas de personas viven escondidas, en ocasiones gravemente heridas y mal atendidas (como si los presos fueran bien atendidos por las autoridades; la enfermedad y las lesiones sin atención son parte del castigo). En Hermosillo están los campesinos pimas Ramón Rodríguez Galaviz, José, Leonardo y Francisco Coyote Duarte, Pedro Monte Coyote y Julio Coyote Monte.

Las detenciones arbitrarias y violentas abundan en el estado de México, Puebla, Tamaulipas, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Hidalgo, Jalisco (los casos de Guadalajara, Sayula y Ciudad Guzmán). En Yucatán 39 mayas fueron detenidos en julio de 2006. Más de 40 jóvenes en 2007. En San Luis Potosí está el preso político más antiguo del país: Juan Valdez Pérez, quien lleva 15 años recluido "por organizar a trabajadores".

HERMANN BELLINGHAUSEN. Tomado de La Jornada 06-05-07