15 enero, 2009

Corrupción transgénica al descubierto

Silvia Ribeiro

Después de siete años del artículo de Ignacio Chapela y David Quist en la revista Nature, mostrando que existía contaminación transgénica en el maíz campesino de Oaxaca, un nuevo artículo científico comprueba que no sólo existía contaminación en ese momento –pese a que los mencionados autores fueron objeto de una de las más vergonzosas cazas de brujas de la historia delestablishment científico– sino que años después, aún seguía existiendo y representa un riesgo actual y futuro contra el maíz, uno de los más importantes patrimonios genéticos y alimentarios de México

Titulado Presencia de transgenes en maíz mexicano: evidencia molecular y consideraciones metodológicas para la detección de organismos genéticamente modificados, este artículo se publicó en noviembre 2008 en la revista científica Molecular Ecology y es responsabilidad de un equipo liderado por Elena Alvarez-Buylla de la UNAM.

Más allá de una controversia científica, el artículo es sumamente relevante porque, aunque no haya sido su objetivo, pone de manifiesto el contubernio existente entre la industria biotecnológica, científicos y funcionarios gubernamentales, así como las fallas de las empresas de detección de transgénicos, muy útiles a las trasnacionales.

Cuando se publicó el artículo de Chapela y Quist, la industria de los transgénicos, a través de sus vinculacione$ con científicos y publicaciones, dedicó considerables recursos a tratar de demostrar que no era verdad que había contaminación transgénica del maíz campesino y posteriormente que si existía era algo positivo (!) o al menos fácilmente manejable. En lo último fue altamente funcional a la industria un artículo “científico” publicado en 2005 por Sol Ortiz García et al, donde afirmaban que ya no había transgenes “detectables” en Oaxaca.

El nuevo artículo demuestra que sí existía contaminación en Oaxaca en 2001, pero también en 2004 e incluso en las muestras en las que se basa el artículo de Ortiz García et al.

Ortiz García y co-autores, en lugar de proseguir con los estudios independientes que eran necesarios para una comprobación rigurosa, enviaron las muestras de Oaxaca, con recursos públicos, a un laboratorio comercial (Genetic ID), que tiene certificación del gobierno de Estados Unidos para detección de transgénicos. Esta empresa dijo que “según sus estándares”, no existía contaminación en esas muestras. Pero esos estándares, que Sol Ortiz y co-autores tomaron como aceptables para anunciar al mundo que la contaminación transgénica en Oaxaca había “desaparecido”, tienen un umbral comercial, es decir, que aunque exista contaminación, si es en pequeños porcentajes, no se considera. Esto lo demuestra en forma contundente el nuevo artículo de Álvarez Buylla, que además agrega que los porcentajes no necesariamente deben ser bajos, sino que la propia metodología de detección de las empresas no es adecuada para la contaminación en áreas campesinas, no comerciales, donde luego del cruzamiento por polen, las construcciones transgénicas pueden sufrir modificaciones que no son reconocidas.

Por supuesto, a la industria de transgénicos, a las empresas que lucran con la detección y a los gobiernos que fijan los estándares, no les interesa lo que pueda suceder en la producción campesina, de donde no esperan obtener jugosas ganancias.

Es muy grave, además de la propia contaminación del maíz campesino en su centro de origen (un crimen histórico de proporciones), que el artículo del 2005, que livianamente adoptó como propios esos estándares comerciales engañosos, fue firmado entre otros por Sol Ortiz, Exequiel Ezcurra y Jorge Soberón, en ese entonces todos funcionarios de gobierno, encargados de velar por la bioseguridad en México. Incluso Sol Ortiz García, luego de esta muestra de negligencia científica y ética tan útil a la industria, fue designada para su cargo actual en la Dirección de Políticas y Normatividad (muy apropiado) en la Comisión de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem). Desde ese puesto, juega un papel clave en el aval que podría dar la Cibiogem a la liberación de maíz transgénico en México.

Siguiendo las mismas líneas “éticas”, el 11 de diciembre del 2008, la Comisión de Mejora Regulatoria emitió un dictamen avalando una propuesta de Sagarpa que pretende eliminar el Régimen de Protección Especial al Maíz (que según la ley de bioseguridad debe establecer antes de permitir ninguna forma de experimentación con maíz transgénico en México), sustituyéndolo por unos cuantos artículos decorativos en el reglamento de dicha ley. Aún más agresivas, las transnacionales de transgénicos, cansadas de artículos y normativas, decidieron pasar a la acción, facilitando la contaminación intencional del maíz en Chihuahua y otros estados.

Hay un renovado esfuerzo concertado de gobierno, trasnacionales y seudocientíficos para imponer el maíz transgénico en México y legalizar la contaminación en 2009. Comen lumbre. El maíz está en el corazón de las culturas y economías campesinas e indígenas y frente a este, como ante muchos otros ataques que pretenden la extinción de esos pueblos, continuará la resistencia.

Silvia Ribeiro es investigadora del Grupo ETC

Tomado de "América Latina en Movimiento" http://alainet.org/active/28312

A 15 Años del levantamiento zapatista

EZLN
Los zapatistas, los pueblos indígenas que nos propusimos luchar por un mundo mejor y más humano, empezamos a ser más perseguidos y golpeados en todos los aspectos por los malos gobernantes de nuestro país y por los poderosos y los partidos políticos.

Y así durante 15 años hemos sufrido amenazas, hostigamientos, persecusiones, ataques militares y paramilitares. El mal gobierno, los partidos políticos y sus aliados, aunque sean gente pobre, no cesan sus ataques de muchas formas con el fin de detener el avance de nuestra lucha y destruir nuestra base que son todos los pueblos en resistencia.

El mal gobierno durante 15 años ha fundado, financiado y entrenado a los grupos paramilitares en todos los pueblos, que tienen la tarea de provocar, amenazar y dividir a nuestros pueblos.

Para debilitar y destruir nuestras bases sociales el mal gobierno ha estado repartiendo limosnas a través de sus programas asistenciales a las familias afiliadas a los partidos políticos con el fin de contentar, acallar y calmar el hambre de la gente pobre.

El mal gobierno ha tratado de convencer y comprar la conciencia de nuestras bases de apoyo, prometiéndoles mejores condiciones de vida para olvidar a sus muertos y a sus justas demandas. Desgraciadamente hay hermanos indígenas que han caido en las trampas del mal gobierno creyendo que con esto van a mejorar sus condiciones de vida sin luchar.

Sin embargo, nosotros los zapatistas no nos levantamos en armas para pedir migajas o que nos traten como limosneros. Nosotros luchamos por una verdadera democracia, libertad y justicia para todos. Luchamos por el bien de la humanidad y contra el neoliberalismo. Luchamos por otro mundo más justo y más humano. Por un mundo donde quepamos todos los que habitamos nuestro planeta.

Pero los malos gobernantes, los poderosos, los que se consideran señores y dueños de todo, se empeñan en saquear las riquezas de nuestros pueblos, en destruir a la naturaleza y en destruir a la humanidad.

Es necesario y es urgente que toda la gente buena y honesta de nuestro país y de todos los países del mundo unamos nuestra palabra, nuestras luchas, nuestra resistencia y nuestra digna rabia. Tenemos esperanza de que otro mundo es posible.

Por eso, a todos los hermanos y hermanas, compañeros y compañeras de México y del mundo les pedimos y los invitamos a organizarse y unirse cada quien en sus pueblos en contra de un enemigo común. Pero debemos buscar la forma y los mecanismos de cómo unir y globalizar nuestras luchas, nuestras resistencias y nuestra rebeldía.

Pero sólo será pósible si nos proponemos caminar juntos y luchar juntos sin importar los tiempos y las distancias que nos encontremos.

Hermanos y hermanas, compañeros y compañeras, llevemos pues adelante nuestras banderas de lucha, hagamos fuerte y grande nuestra lucha, nuestra resistencia, nuestra digna rabia y rebeldía.

Nosotros los zapatistas, los pueblos originarios de estas tierras vamos a seguir adelante en la lucha que hemos iniciado. Vamos a seguir resistiendo con dignidad y rebeldía los golpes del mal gobierno.

En 15 años que nos han venido golpeando hemos aprendido a resistir y a sobrevivir, pero es también porque hemos contado con el apoyo y la solidaridad de muchos hermanos y hermanas de México y el mundo.

Es así que hemos comenzado a construir nuestras autonomías en los distintos niveles, como la salud, la educación, en la comercialización y en el autogobierno de nuestros pueblos.

Con esfuerzo y dificultad hemos tratado de dar unos pasos pero aún no ha sido suficiente para resolver los problemas y las grandes necesidades de nuestros pueblos.

Nuestras autoridades han tratado de resolver los problemas de nuestros pueblos y algunas de las múltiples necesidades de nuestras comunidades, pero la gran parte de nuestras necesidades siguen sin soluciones. El hambre, la miseria y las enfermedades van aumentando día con día.

A pesar de todo esto seguimos adelante en nuestra lucha porque no traicionaremos la sangre de nuestros caídos, que lucharon hasta dar la vida por democracia, libertad y justicia. Seguiremos el ejemplo de ellos y ellas, y seguir nuestra consigna de luchar por la patria o morir por la libertad.

Comité Clandestino Revolucionario Indígena, Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Desde el Caracol 2, Oventic, zona Altos de Chiapas, México.
1 de enero del año 2009

(Transcripción del mensaje leído en castellano por el comandante David, y en tzotzil por el comandante Javier).

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¿Ayuda para Gaza?: armas

Iñaki Gil de San Vicente
Ante el genocidio que sufre el pueblo palestino en Gaza a manos del ejército israelí, al autor reivindica ir más allá de la necesaria ayuda humanitaria.
Un ejemplo del retroceso de las «izquierdas» en las sociedades del capitalismo imperialista es la práctica desaparición en sus propuestas, reflexiones y debates de algo que fue esencial en las fuerzas revolucionarias hasta comienzos de la guerra de 1939-45, e incluso hasta bastante después en muchos casos: la ayuda práctica y armada a las luchas de los pueblos invadidos por potencias capitalistas, o arrasados por sublevaciones contrarrevolucionarias, militaristas y nazifascistas. No se trataba, ni se trata ahora tampoco, únicamente del principio ético-moral del deber humanitario de ayuda a la autodefensa del oprimido frente al opresor, que también; sino a la vez de un principio teórico-político de estrategia y de táctica ya considerado como tal por la mayoría de las fuerzas políticas desde la Antigüedad.

Sin ir muy lejos, las reaccionarias monarquías francesa y española ayudaron con armas, dinero y soldados a los yanquis insurrectos en su lucha contra el ocupante británico a finales del siglo XVIII. Sin las armas que los haitianos ya independientes tras vencer a las potencias colonialistas invasoras dieron a Simón Bolívar, sin este internacionalismo consecuente, la emancipación de los pueblos de las Américas se hubiera retrasado más tiempo multiplicándose las masacres brutales que el reino de España practicaba sin piedad.

Acercándonos al presente: ¿se nos han olvidado las ayudas en armas, municiones y repuestos que muchas izquierdas y fuerzas revolucionarias europeas, así como la URSS, prestaron a las naciones y a las clases trabajadoras atacadas por el franquismo con el apoyo de la Iglesia? Dicho de otro modo, ¿se nos ha olvidado la abrumadora ayuda militar en todos los sentidos, hasta el decisivo, el de la intervención directa -Durango, Gernika, Bilbo...- de los ejércitos nazifascistas, movidos por el petróleo de la ayuda yanqui a Franco, con la garantía de la «no intervención» del resto de potencias? ¿Se nos ha olvidado la modernización del Ejército franquista por los EEUU a partir de los 50 del siglo XX? Las «izquierdas» europeas se han acostumbrado a permanecer mudas, ciegas y sordas mientras los EEUU, la UE y otras potencias arman y rearman al Estado terrorista de Israel, con sus decenas de bombas nucleares, con sus servicios secretos con derecho a matar de forma selectiva o indiscriminada, con su fuerte control de la industria político-mediática yanqui, con su penetración en otros servicios secretos de medio mundo, especialmente en las dictaduras blandas y duras, y hasta en las «democracias», y con la astucia camaleónica de conceder prebendas a los colaboracionistas corruptos y a los «tontos útiles», como EITB, que van a Jerusalén a «informar neutralmente» en pleno solsticio de invierno, ¿o no tan «tontos» ni tan «neutrales»?

Las «izquierdas» han dejado la cansina tarea de condenar el complejo industrial-militar por su apoyo permanente al terrorismo sionista en manos de sus pacifistas ONG de turno, para dedicarse ellas, las «izquierdas», a tareas más rentables parlamentaria y económicamente.

Bastaría una orden de los EEUU y de la UE a Israel en la que se le dijera que le cierran el caudal de ayudas de todo tipo que mantienen viva a esta máquina exterminadora, para que se detuviera de inmediato. Pero las potencias saben que existe una simbiosis entre sus respectivas trituradoras por el creciente empeoramiento del panorama mundial en problemas vitales para la civilización burguesa.

Israel es un portaaviones nuclear terrestre de los EEUU en esa zona estratégica para el fundamentalismo judeocristiano. Pero la nación palestina, troceada y encarcelada en guetos diferentes, es mucho más que un simple peligro para el poder establecido en la región; es un símbolo, es decir, un doble peligro: el inmediato para la zona y el de largo alcance como fuerza concienciadora para el resto de la humanidad.

Al margen de las diferencias religiosas, culturales y políticas que puedan existir entre las organizaciones populares palestinas en Gaza y entre las izquierdas revolucionarias en el capitalismo imperialista, éstas no pueden echar por la borda la experiencia histórica y la teoría acumuladas durante dos siglos de internacionalismo entre las luchas de los pueblos y de las clases explotadas. Hacerlo, cometer este error, es empezar a cavar la tumba de la autoderrota y desaparición como organizaciones.

Maquiavelo dijo con razón que los suizos eran libres e independientes porque tenían armas. Hizbullah venció al Ejército invasor sionista en verano de 2006 porque disponía de las armas adecuadas, había aprendido los métodos, tácticas y disciplinas necesarias, con una estrategia adecuada a sus objetivos históricos. Desconocemos si Hamas dispone del armamento necesario para luchar contra Israel, y otro debate es si puede vencer aun teniendo los recursos de Hizbullah. Recordemos lo que le costó a Israel vencer a los palestinos en Beirut en 1982, buscando al final un acuerdo internacional que permitió salir al grueso de los palestinos dirigidos por Arafat, moral y políticamente victoriosos tras 88 días de combate con armas ligeras.

La indecisión, el poco control del miedo y hasta la cobardía son frecuentes en los ejércitos imperialistas, educados en las comodidades urbanas, con tropas acostumbradas a la aplastante superioridad de fuego, que esquivan la lucha cercana con el enemigo, casi viéndolo, y que tienen pánico al combate cuerpo a cuerpo. La creación de tropas especiales, sociópatas y asesinas, mercenarias de hecho por los altos sueldos que cobran aunque no sean profesionales de ejércitos privados, esos condottieri modernos que torturan, violan y degüellan por dinero, es una necesidad burguesa desde que surgieron las batallas de desgaste en grandes ciudades.

En Europa, hasta hace pocas décadas, las izquierdas se caracterizaban por integrar en su praxis lo relacionado con el arte de la guerra, siguiendo el argumento de que la guerra es la continuidad de la política por otros medios y la política es la continuidad de la guerra por otros medios. Dentro de esta dialéctica la explicación teórica y pedagógica del por qué, para qué y cómo del «socorro rojo», de las «brigadas internacionales», de la solidaridad internacionalista activa, de la guerra justa y de la violencia defensiva, son mediaciones que articulan en los hechos la interacción entre política y guerra, y viceversa.

Desarrollando a Maquiavelo, solamente quien puede defenderse activamente ante un agresor está en condiciones de evitar su ataque llegando a acuerdos negociados, si hay posibilidades y si es necesario. El pueblo palestino de Gaza necesita la ayuda efectiva de la izquierda del mundo entero.
http://www.gara.net/paperezkoa/20090113/116116/es/ayuda-para-gaza-armas

Tomado de Kaos en la Red
www.kaosenlared.net/noticia/ayuda-para-gaza-armas