11 noviembre, 2006

Ejercicios para ser mejor amante

¿Sabías que la espalda es uno de los mayores disparadores sexuales tanto para hombres como para mujeres? Pues es así, y por eso te enseñamos la mejor forma de fortalecerla, para "rendir al máximo"
La espalda se compone de varios grupos de músculos diferentes. Este ejercicio se concentra en los músculos laterales, ubicados en la mitad y en los costados inferiores de la espalda.
Pasos
1. Utiliza un banco de entrenamiento bien acolchado y una mancuerna liviana (de 7 kilos o menos). Los principiantes deberían empezar con un peso de 1,5 a 3 kilos.
2. Ubica la mancuerna en el piso delante del costado izquierdo del banco.
3. Párate entre a la mancuerna y el banco.
4. Mueve tu pierna izquierda, dando un paso hacia atrás y alejándote del banco. Tu pierna izquierda debería poder girar sobre la parte superior y estar plantada en el suelo.
5. Ubica tu rodilla derecha de lleno sobre el borde frontal del banco.
6. Inclínate hacia delante con la cintura, manteniendo la espalda y la pierna izquierda rectas y relajadas.
7. Apoya tu mano derecha en el banco frente a ti. Apoya toda la palma manteniendo el brazo erguido.
8. Mantén la espalda en línea paralela al piso, tu brazo izquierdo debe colgar perpendicular al piso a un costado. Los hombros se mantienen al mismo nivel que el resto de la espalda.
9. Toma la mancuerna con la mano derecha, de modo que la palma de la misma se muestre hacia el torso. Si no logras alcanzar la mancuerna, flexiona un poco la rodilla izquierda de modo que puedas bajar el torso y acercarte a la misma. Ahora, no deberías tener problemas para hacerte de la misma.
10. Lentamente, rota el hombro derecho (el antebrazo debe moverse en contra de las agujas del reloj) y flexiona el codo. Sube el peso hasta que la mancuerna toque el costado exterior de tu pecho.
11. Sostén la posición durante 2 ó 3 segundos. Concéntrate en contraer el músculo lateral de la espalda durante todo el ejercicio.
12. Baja el peso lentamente hacia el piso. Sin soltarlo, repite el movimiento entre 8 y 12 veces para completar una serie. Cada repetición debe durar, al menos, 6 ó 7 segundos.
13. Invierte tu posición y repite pero del otro lado.
14. Realiza dos o tres series del ejercicio de cada lado.
Claves
* Si experimentas problemas en la espalda, no importa cuán leves sean, ve a ver a un traumatólogo antes de realizar cualquier ejercicio que involucre la zona afectada.
* Las máquinas de peso ofrecen otras posibilidades para ejercitar la espalda. Contacta a un terapeuta físico o a un entrenador personal licenciado que pueda sugerirte otros ejercicios que trabajen las partes inferior y superior de la espalda.
* Realiza pull-ups para efectuar una rutina más completa sobre tu espalda.
* Para ganar fuerza en forma más veloz, levanta los pesos más lentamente. Esto permite que tus músculos trabajen más sobre la fuerza que sobre la velocidad del movimiento.

Sabías que... (Sólo para mujeres)
·Tonificar y apretar los músculos inferiores de la espalda, así como los glúteos, puede ayudarte a conseguir una mejor posición para que tu pelvis alcance el máximo placer.
·Durante el acto, empuja hacia abajo con los músculos inferiores de la espalda para atraer la pared frontal de la vagina con el fin de que se encuentre con el pene.
·Acuéstate con las piernas dobladas y apoyando bien los hombros sobre el suelo. Mece suavemente la pelvis hacia arriba y hacia abajo, al ritmo de tu respiración. Los glúteos deben ser los únicos que se levanten del piso. Repítelo 20 veces, a diferentes velocidades. Finalmente relaja la pelvis.
·El músculo pubo-coccígeo es un triple grupo muscular que se distribuye como una suerte de hamaca a partir de la columna, envolviendo la vagina y el ano. Ellos son los que se encargan de detener el flujo de la orina. Ciertas investigaciones han demostrado que existen relaciones entre su fuerza y el orgasmo. Mientras más desarrollados, mejor el clímax.
Durante el momento de plenitud estos músculos se contraen. El adiestramiento clásico se conoce como el ejercicio de Kegel. Acuéstate con las rodillas dobladas y los pies apoyados sobre el piso. Suavemente mueve los músculos, como cuando estás tratando de retener la orina. Mantenlos firmes mientras cuentas hasta tres, y luego relájate lentamente. Repítelo diez veces, tratando de hacerlo en dos ocasiones durante el día.
Advertencia
Si tienes alguna condición que puede imposibilitar o limitar tu capacidad de realizar actividad física, consulta a un especialista antes de ponerte a hacer este ejercicio. Esta información no pretende, de ninguna manera, ser un sustituto del tratamiento o del consejo médico.

Una derrota singular en una lucha desigual

Alejada de las cámaras de televisión y de las cámaras fotográficas, en el Periférico, a la altura de las calles Independencia, Hidalgo, Rayón y Arteaga, tuvo lugar otra batalla, cuyos protagonistas fueron, por un lado, tres nutridas hileras de elementos de la Policía Federal Preventiva, apoyados desde el aire por helicópteros; y del otro, un singular contingente integrado por niños, jóvenes, mujeres y ancianos, quienes con coraje y decisión inquebrantables, evitaron que Radio Universidad cayera en manos de la PFP.

Nadie que a eso de las diez de la mañana hubiera pasado por ese rumbo del Periférico, habría podido imaginarse, que un puñado de personas, que más bien parecían espectadores, creciera de manera desmesurada y no sólo se enfrentara a los soldados improvisados como policías federales, sino que los hiciera retroceder y abandonar precipitadamente el campo de batalla.
Y es que las familias de oaxaqueños que estaban escuchando Radio Universidad, no pudieron desentenderse de lo que estaba ocurriendo a unos cuantos metros de distancia. Aun cuando la voz de la conductora trataba de ser serena, hacía notar que la PFP estaba preparando el asalto a Radio Universidad y pedía a los oaxaqueños que no dejaran solos a los universitarios.
A partir de ese momento ya nadie pudo estar en paz. Aguijoneados por su conciencia, cientos de ellos, abandonaron sus casas y como pudieron llegaron a las inmediaciones del campus universitario. No pudieron avanzar más, porque las vallas formadas por la PFP se lo impedían. Entonces, en el Periférico, empezaron a ocurrir cosas insólitas.
El ejemplo de dos mujeres que desde su llegada se dieron a la tarea de golpear con piedras, un poste metálico de luz, fue imitado por los demás. El ruido, entonces, se hizo ensordecedor. Y como esperaban, los soldados embutidos en uniformes de policías, empezaron a sentirse inquietos, agredidos, mientras desde el aire los helicópteros lanzaron más bombas lacrimógenas.
Entonces, alguien de manera espontánea cantó a capela "Venceremos", el himno del magisterio y las gargantas que estaban alrededor hicieron un formidable eco. Luego, se escuchó la consigna:"El pueblo unido jamás será vencida", y entonces, algo inexplicable ocurrió.
Un viejo campesino, de huaraches y manos callosas, se metió al deshuesadero, que estaba a un costado y haciendo un esfuerzo sobrehumano, cargó un desvencijado carro y lo puso en la calle. Regresó al deshuesadero y sacó otro destartalado automóvil, mientras las manos le sangraban por el esfuerzo. Acto seguido, los incendió.
Las mujeres no se quedaron atrás. Entre todas, movieron dos camionetas nuevas, blancas, que estaban estacionadas y las atravesaron en el Periférico. Y también les prendieron fuego. Los elementos de la PFP fueron tras los manifestantes, en tanto, la tanqueta les disparaba un chorro de agua.
Los vecinos que viven a un costado del Periférico, observaban todo desde sus azoteas, sin embargo, los helicópteros que no cesaban de sobrevolar, les lanzaron bombas lacrimógenas, obligándolos a bajar a la carrera. La gente de abajo, repuestos de la carrera, se reorganizó y coreó:
-Somos un chingo y vamos a poder contra ellos.
Tanto las tanquetas como la policía continuaban avanzando. La gente, incluido los ancianos corrían, para no ser alcanzados por el agua turbia o el humo picante de las bombas lacrimógenas.
-Hay que movilizar las tanquetas- demandaban algunos jóvenes.
-No nos vamos a dejar. No nos vamos a dejar- coreaban por su parte las mujeres y ancianos.
Una señora de lo más humilde, que llevaba en el regazo un ramo de flores de cempazúchitl, no paraba de restregárselos a los federales. Y con mucho coraje les decía:
-¡Malditos! ¡Malditos! No nos vamos a dejar- y más les pegaba con sus flores de cempazúchitl.
Los carros ardían a lo largo de ese tramo del Periférico. El helicóptero volaba rasante, arrojando bombas a diestra y siniestra. Abajo, casi no había niño, joven, mujer o anciano que no tuviera los ojos rojos y anegados de lágrimas por los gases. Una mujer que había llevado una enorme Coca cola, mientras le duró el líquido, los ayudó a sobrellevar el ardor de los ojos.
Pero apenas se reponían, volvían a la carga. Sobre todo los niños y las mujeres, recogían piedras, palos, hierros retorcidos y los dejaban muy cerca de donde pasaban los muchachos. Del deshuesadero sacaron cabinas de vehículos, escuchándose el ruido, cuando las dejaban caer sobre el Periférico.
Entre los jóvenes comenzaron a maquinar cuál era el mejor plan a seguir.
-Provóquenlos. Provóquenlos para que se vengan para acá, y luego los rodeamos- sugirió alguno de ellos, refiriéndose a los elementos de la PFP.
La gente que estaba con ellos, entendió que de lo que se trataba era de mantener entretenido a esas tres filas de policías para impedir que atacaran Radio Universidad, así que entraron nuevamente al deshuesadero y sacaron más chatarra. Pero más tardaban en ponerla sobre el Periférico que, las tanquetas de la PFP en hacerlas a un lado.
Entonces, un policía de la PFP aventó su tolete, pegándole a uno de los muchachos, lo que enardeció más aún a los manifestantes, quienes tratando de vengar a su compañero, se le fueron encima a la PFP, derribando a su paso a un camarógrafo canadiense. Fue tal la ira de la gente, que por primera vez la PFP tuvo que replegarse. Sin embargo, una vez que ésta se reagrupó, los volvieron a echar para atrás, logrando por un instante cundiera el desánimo entre ellos.
-¡Qué impotencia! Pero no nos vamos a dejar. Vamos a ganar- repuso enseguida.
De todos los rumbos la gente continuaba llegando y de inmediato se sumaban a la lucha. A su vez, los helicópteros, para desalentar la resistencia, lanzaba un arsenal de bombas, haciendo retroceder al foco de resistencia.
De repente se quedaban a la expectativa. Entonces surgían las voces de alerta:
-¡Ya vienen otra vez!
-Ahí viene el tanque. Hay que inmovilizarlo.
-Nosotros somos más que ellos. Y cuando lleguen los agarramos. Nos toca como de a uno por cada diez de nosotros.
Pero cuando parecía que la resistencia finalmente se iba a imponer, surgían los chorros de agua o caían del cielo las bombas de gas. Aun así, nadie se amilanaba, ni siquiera el viejo campesino.
-Somos un chingo. Nosotros podemos más.
Entonces, los jóvenes se reanimaban.
-Sí, somos más. Somos más. Somos un chingo.
Se prendieron tanto, al advertir que nadie se acobardaba, que a cada embate que emprendían, vociferaban:
-Pinche gobierno, pero por el PRI no vamos a volver a votar, ni por el PAN. Son la misma mierda. Nos la van a pagar. No se nos va a olvidar. Tenemos buena memoria. Esto nos lo vamos a cobrar bien caro... Esperen sus votos.
Y desde abajo le hacían señas obscenas al helicóptero.
Cerca de las dos de la tarde, tanta presión del pueblo en contra de la PFP dio resultado. Los policías fueron retrocediendo, hasta abandonar finalmente el campo de batalla. La resistencia del pueblo se había impuesto.
Guerreros populares a bordo de motos y con el rostro cubierto vigilaban las barricadas de la APPO en inmediaciones de Cinco Señores.

Pascual Salanueva Camargo (Tomado de Noticias de Oaxaca)

Una batalla contra el poder

El jueves 2 de noviembre las fuerzas del pueblo organizado en cinco meses de lucha chocaron en la ciudad de Oaxaca con las fuerzas invasoras de la Policía Federal Preventiva (PFP) y se dieron batallas campales en al menos tres lugares aledaños a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO). Al mismo tiempo, la transmisión de Radio Universidad convocaba a vecinos y pueblo en general a salir a la calle a defender la radio tomada, las barricadas y la misma universidad, bastiones de resistencia del movimiento popular por la destitución del tirano Ulises Ruiz Ortiz (URO). Desde la mañana de ese Día de Muertos 2006, Radio Universidad alertaba del arribo al crucero de Cinco Señores de cientos de elementos de la militarizada PFP. Hacía varios días que los barricadistas de ese crucero habían colocado una ofrenda monumental a los caídos del movimiento. En el piso se hallaban dibujadas con arena, bordeadas de flores e iluminadas con velas las siluetas de cada una de las once personas que han sido asesinadas en el transcurso de esta lucha popular. Esa mañana, las huestes grises de la PFP coparon el crucero y desmantelaron la barricada de Cinco Señores. Luego, instalaron una valla policial sobre Av. Universidad. Rápidamente, cientos de personas llegaron al lugar para impedir el avance de la policía federal. Decenas de mujeres de tomaron de las manos y formaron una valla frente a los policías armados. Algunas mujeres increpaban valientemente a los policías, les gritaban que se fueran, que no había razón para venir a reprimir, que ellas luchaban por la destitución de un gobernante corrupto y asesino. Una mujer dijo a los pefepos: “¡váyanse a Israel!” Alguien más les preguntó: “¿cuánto les van a pagar por masacrar a su pueblo?” Varios agentes fotografiaban y tomaban video. Detrás de la valla de policías se paseaban los oficiales militares al mando, personeros de expresiones duras y cabello cano; más atrás llegaban refuerzos: dos camiones llenos de pefepos. Se atropellaban las consignas en contra de la presencia de la policía militar y separaban un bando del otro dos fogatas.
Esta acción represiva significaba la respuesta brutal del gobierno en contra de un movimiento popular cuya justeza y legitimidad son imbatibles.
Esa era la situación en Cinco Señores cuando se alertó del arribo de tropas de la PFP al otro extremo de Av. Universidad a la altura de Soriana. Estas tropas pretendían quitar la barricada del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE). Aquí la resistencia no se hizo esperar y de un momento a otro la escena era de intifada a la mexicana. De allá disparaban latas de gas hechas en Estados Unidos y con dedicatoria al pueblo oaxaqueño y de este lado carritos del mandado de la tienda departamental Chedrahui bien surtidos de piedras de todos calibres parapetaban a los jóvenes guerreros lanza piedras. La batalla comenzaba.
Los policías se posicionaron en valla humana, avanzaron lentamente, lanzaron piedras y luego se atoraron en los alambres de la barricada. La arremetida popular los hizo retroceder. Más tarde llegaron sus refuerzos, eran tropas uniformadas de camuflaje blanco y negro, éstas se posicionaron en la retaguardia de la policía gris y su comportamiento era más agresivo, de hecho intentaron capturar a los jóvenes luchadores. Fueron estos cuerpos los que entraron a los campos deportivos de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca para perseguir a los manifestantes.
La defensa popular con cohetones, piedras y molotov fue tan fuerte que los pefepos retrocedieron hasta más allá del crucero de Soriana, dejando al paso de su repliegue un cargador de fusil calibre 7.62 y toletes. En este punto se les mantuvo a raya hasta que soltaron a sus bólidos de acero, tanquetas veloces con pala de trascabo, cámara de video y cañones de agua con gas pimienta y otros químicos que expulsaban a presión. Detrás de esas máquinas venían los policías federales aventando piedras y gases.
Cabe mencionar que a pesar de que los policías venían muy bien equipados y armados y asemejaban a robots o conquistadores con armaduras, hubo muchas bajas entre ellos debido a que las piedras y los cohetones alcanzaban sus pies y las bombas molotov los incendiaban.
Ante el avance de las tanquetas, apoyadas por un helicópteros matrícula PF-302 desde donde lanzaban latas de gas lacrimógeno, los jóvenes manifestantes se metieron a la universidad y desde ahí siguieron defendiéndose para evitar que la PFP irrumpiera en el campus.
Posteriormente, nos enteramos de que la PFP estaba a una cuadra de la radio y avanzaba por la calle Reforma Agraria, aledaña a Ciudad Universitaria (CU). A ese punto llegaron muchos jóvenes y vecinos y se dio una férrea batalla calle por calle; los policías recurrieron al uso de sus toscas tanquetas y de los chorros de gas pimienta y agua a presión, así como de granadas de gas lacrimógeno. Del lado de la resistencia popular se lanzaron gran cantidad de cohetones, cócteles molotov y piedras. Poco a poco los elementos de la PFP fueron retrocediendo hasta la esquina de Av. Universidad y Reforma Agraria. Ahí se les atacó desde tres puntos: Av. Universidad, calle Reforma Agraria y el interior de la UABJO. La PFP lanzó gases que esparcían hacia nosotros con el viento de las hélices del helicóptero que volaba a baja altura. Muchos jóvenes se atragantaban por los gases y quedaban temporalmente cegados, pero sus compañer@s rápidamente los auxiliaban llevándoles botellas de coca-cola o cubetas de agua con vinagre para que se enjuagaran. En una ocasión una de las tanquetas se comenzó a incendiar, a otra se le acabó el agua. En esa esquina la lucha fue larga y en todo momento sobrevolaron a muy baja altura dos helicópteros de la PFP, desde ahí varios agentes arrojaron cientos de latas de gas lacrimógeno. Los efectivos no tan efectivos de la PFP retrocedieron con todo y tanquetas hasta el crucero de Cinco Señores. Allí se dieron varias escaramuzas de avance y retirada con heridos de ambos bandos. En las líneas anteriores, se observó como cuatro compañeros eran sometidos y arrestados por la policía. La indignación de los luchadores creció y al ritmo de varias descargas humanas muy parecidas a las descargas villistas de la Revolución Mexicana, se logró arrinconar a la PFP en el crucero. Como los policías federales aún intentaran avanzar y como el vuelo de los helicópteros no cesaba, varios compañeros incendiaron un autobús para crear una cortina de humo y dirigieron sus cócteles molotov hacia las bombas de gasolina de la gasolinera del crucero. Al poco rato los pefepos tiraron una gran cantidad de gas lacrimógeno y huyeron “tácticamente” por el periférico, creando detrás de ellos una cortina blanca de gas lacrimógeno y cubiertos por el sobrevuelo de los helicópteros que inundaron el lugar de gas dispersado con el viento de sus hélices. Hubo cohetones dirigidos hacia los helicópteros pero ninguno de ellos dio en el blanco. Quienes observaron la retirada de la PFP comentan que iban exhaustos y con la moral decaída. La gente que estuvo en la batalla se reunió en el crucero, tímidamente comenzaron a acercarse vecinos, estudiantes y pueblo en general. En poco tiempo éramos miles reunidos allí. Desde los helicópteros intentaban sin éxito dispersarnos con gases, pero ya no nos afectaba tanto como al principio. A lo lejos vimos a una multitud acercándose justo por donde se habían ido los de la PFP y por un momento creímos que los policías regresaban. Varios compañeros empezaron a regar gasolina y aceite en la calle, pero pronto nos percatamos de que lo que venía era una marcha de manifestantes de otras colonias. El encuentro de las dos multitudes fue muy emotivo, el júbilo reinaba y las consignas, unánimes, nuevamente se amontonaban: ¡el pueblo unido, jamás será vencido; ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó; sí se pudo; libertad, libertad, a los presos por luchar; no has muerto camarada... lucha, lucha, lucha, por un gobierno obrero, campesino y popular!
Hay varios aspectos de esta gesta que destacan, uno de ellos fue el papel de los estudiantes de medicina, médicos y socorristas voluntarios. Ellos estuvieron ahí en la batalla y auxiliaron a los heridos y los rescataron, inclusive cargándolos a cuestas. De la batalla resultaron compañeros descalabrados, intoxicados, quemados, cortados y golpeados. Otro aspecto importante fue que la inmensa mayoría de compañeros que estuvieron defendiendo con lo que pudieron la universidad autónoma, la radio tomada y a sí mismos fueron hombres y mujeres jóvenes. De las mujeres hay que destacar el arrojo y valentía con que desde las primeras líneas del encuentro lanzaban piedras y molotov. La creatividad para la autodefensa del pueblo fue inconmensurable; desde el uso de piedras, resorteras y hondas, pasando por el icónico “caballero appista” equipado con escudo de madera, tubo lanza-cohetones, y munición pirotécnica; hasta las molotov. Hubo varios que decididamente capturaban las latas de gas lacrimógeno y las devolvían a los policías, claro que éstos últimos contaban con máscaras anti-gas. Escenas ilustrativas de la unidad en la acción fueron cuando se trasladaban objetos pesados para que sirvieran de barricada, así se cargaron carros en vilo y se arrastraron con el concurso de muchos pies y manos postes y grandes estructuras que cerraban el paso a las tanquetas. La masividad de esta defensa fue impresionante, el operativo militar de asalto de la PFP no hizo sino avivar la resistencia y unió a todos los que comparten coraje, dignidad y causa, gente de todas edades, vecinos, estudiantes, maestros, padres de familia, libertarios, marxistas, anticapitalistas, internacionalistas, luchadores todos. Las calles rebozaban de gurerrer@s que al grito de: ¡Aquí no es Atenco! Corrían hacía los pefepos y los hacían retroceder. El apoyo de los vecinos fue determinante, eran ellos quienes proveían las piedras, agua con vinagre, objetos para levantar las barricadas y agua para beber. Fueron miles los del pueblo que luchó esta batalla... y la ganaron.
Al paso de los días es extraño estar fuera de Oaxaca, se siente la nostalgia por la comuna, es extraño tener que utilizar dinero nuevamente, escuchar un helicóptero y sentir alarma vana, es extraño no tener suficiente comida porque en la comuna nunca faltaron frijoles, mole, tortillas, tamales, pan, atole, café y fruta en abundancia que el pueblo oaxaqueño tiernamente traía. Era común ver llegar gente del pueblo que decía: “aquí traigo este botellón de agua” o “tengo una panadería, aquí esta una caja de pan y si quieren también tengo un tanque grande de gas”, -“sí lo podemos poner de barricada”. En otra ocasión llegó un señor que dijo: “aquí les traigo estos cohetones, los utilizan de esta manera, yo los hago, también estoy en el movimiento, ahorita vengo a buscar a mi hija”. Es extraño encender un cerillo... para prender la estufa.
Sin embargo, hay varias cosas que se pueden analizar a la luz de la distancia física. Este movimiento es de bases, el poder del pueblo se expresa cotidianamente en cada acción de lucha, a veces muy a pesar de la voluntad mediatizante de las dirigencias. Aquí las dirigencias no tienen la opción de traicionar porque son aislados como el dirigente magisterial Enrique Rueda Pacheco y el veto popular se impone. En los hechos han sido las iniciativas surgidas en el seno del pueblo las que han tenido los éxitos más rotundos, como la marcha caminata de la ciudad de Oaxaca al DF, la toma del canal 9 de televisión por veinte mil mujeres oaxaqueñas el 1 de agosto, esto a pesar de que en sus inicios hayan sido censuradas por voceros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Hubo casos en donde desde arriba se dictaron directrices sin consultar a las bases. Las bases cuestionaron estas decisiones y en muchos casos no las acataron, como ejemplo de esto está el regreso de los autobuses tomados para servir de barricadas y proteger las radios tomadas. Otro caso paradigmático es el de las consultas a maestros para el regreso a clases sin que la demanda de la salida de URO haya sido satisfecha y sin condiciones de seguridad para maestros y alumnos debido a que en Oaxaca actúan la PFP como fuerza de ocupación y grupos paramilitares priístas cobijados en la impunidad. La PFP tiene resguardados el zócalo y el palacio de gobierno de la ciudad y tiene presencia significativa en el Parque del Amor, su base de operaciones está en el aeropuerto de la ciudad de Oaxaca. Desde su llegada a Oaxaca, la PFP ha actuado como fuerza de ocupación al destruir y saquear comercios en el centro, al defecar en plazas públicas y dañar el patrimonio cultural, al acosar sexualmente a mujeres transeúntes, al arrojar gases lacrimógenos a niños e inválidos, al detener arbitrariamente y golpear a periodistas y transeúntes, amenazándolos con hacerlos desaparecer.
El papel de las radios tomadas por el movimiento ha sido esencial, la radio es un órgano vital de este movimiento. Por medio de la radio libre, de frecuencia, comunitaria, se abre un espacio de denuncia de la represión de estado y paramilitar, se comunica el movimiento entre sí, se dan las voces de alarma cuando hay peligro, se convoca al pueblo a solidarizarse, se solicita apoyo específico de acuerdo a necesidades específicas y se promueve la cultura latinoamericana de resistencia. La programación musical está fuertemente influida por las canciones de Unidad Popular chilena, pero también hay música de inspiración propia. El estado, sabedor de esta fortaleza, ha ido desmantelando las radios tomadas, ya sea mediante atentados directos, tales como balaceras para dañar el equipo de transmisión o mediante el uso de la tecnología, ampliando la señal de otras radios para crear interferencia y disminuir o bloquear el alcance de la radio popular. Otra metodología ha sido la creación de radios reaccionarias como la radio patito y el uso de la amenaza directa a locutores de las radios del movimiento, como en el caso de los locutores de La Ley del Pueblo 710 AM. Después del bloqueo total de la señal las radios ORO y La Ley han sido devueltas por la APPO.
Estas acciones por parte del estado son parte de una campaña que busca aislar política y físicamente al movimiento popular por la salida de URO. Con el operativo de la PFP en las inmediaciones de la UABJO, se buscó acorralar al movimiento en CU y “liberar” el resto de la ciudad para “restaurar el orden”. De hecho, bajo el cobijo de la PFP, “grupos ciudadanos” se han dedicado a borrar las pintas de repudio al tirano. Además, se han dado mini-marchas de priístas y afines a URO, que con leyendas como: “bienvenida PFP” y “Ulises aguanta” han logrado marchar hasta el mismo zócalo, cerrado al resto de la ciudadanía. Pero más preocupante es el accionar de los grupos paramilitares que ya han cobrado víctimas fatales, estos grupos han atacado a balazos la universidad y las barricadas en promedio cada dos noches o a veces al despuntar el día o incluso a plena luz del día, como en el caso del ataque a la barricada de Calicanto en donde perdieron la vida tres compañeros, uno de ellos corresponsal de la red medios libres Indymedia.
La campaña mediática oficialista ha sido sumamente agresiva y maniquea, tratando en todo momento de criminalizar al movimiento y aislarlo políticamente, endilgándole una etiqueta de violento e intolerante, de perturbador de la paz social, de secuestradores de la niñez, e incluso de guerrilla urbana. En reiteradas ocasiones, los gobiernos federal y estatal han declarado que hay grupos guerrilleros detrás del movimiento popular, asesorándolo y que el movimiento popular de la APPO es una guerrilla urbana. De hecho el gobierno federal implementa, y por primera vez acepta que lo hace, el Plan DN-II, un plan regional de contención de grupos insurgentes, como si de una guerra civil se tratase. De ahí que se militarice y sitie la ciudad de Oaxaca y que se utilicen contra el movimiento las armas y técnicas de guerra sicológica más sofisticadas. Un ejemplo es el sobrevuelo día y noche de la aeronave de fabricación suiza, Schweizer, equipada con la más alta tecnología de espionaje. Todo esto es parte de la expresión militar de una solución que debiera de ser política y que el senado canceló al no declarar la desaparición de poderes en Oaxaca. El estado crea un clima de tensión permanente, de hostilidades, en donde los grupos paramilitares tienen un amplio margen de acción, esta inseguridad es lo que ellos llaman “control de población”, nosotros la llamamos guerra sucia y de ella son parte los asesinatos, desapariciones, secuestros, ataques, torturas y amenazas. Recuerdo al compañero que al salir de la UABJO me dijo al despedirme: “ten cuidado que está la guerra sucia”. A pesar de todo esto, la victoria se acerca y será el poder del pueblo el que predomine.

¡Viva la Comuna de Oaxaca!
¡Fuera el corrupto y asesino Ulises Ruiz Ortiz!

Emiliano Velasco 8/11/2006 (tomado de Chiapas. Indymedia)
http://chiapas.indymedia.org/display.php3?article_id=138507

Oaxaqueños: el verano de su descontento

Noches atrás, un reportero de televisión los llamaba "sujetos", para diferenciarlos de sí mismo y de la policía robocópica que los agredía en ese momento, para quienes reservaba el "personas" y el "nosotros". Y pensé en lo mal repartidas que están las cosas.
Los "sujetos", que la pantalla presenta como una mera emanación del caos, están en la primera línea de la resistencia de todo un pueblo, aunque el tirano lo intente borrar con una arbitraria reducción de cifras (unos "3 mil revoltosos", "una sola avenida", como aquellos "tres o cuatro municipios" de 1994) a quienes llevaron adelante el verano de su descontento y hoy sufren el asedio de batallas que, aunque insistan los represores, distan de ser finales.
"Les van a faltar cárceles", desafiaba un maestro en el Zócalo oaxaqueño hace ya tres meses. Detrás de esos "sujetos" arrojando piedras y cocteles incendiarios contra tanquetas electrificadas y líneas grises de agentes blindados que vienen a desalojarlos, se encuentra un pueblo. Mejor dicho, muchos pueblos, pues Oaxaca es el mosaico de pueblos y culturas más diverso del país (y con sus 16 lenguas me atreverá a decir que del continente). Tal es la evidencia que la policía federal, el ministerio público, los discursos de Presidencia y el gobernador, los pistoleros y policías disfrazados, los medios de comunicación y el futuro presidente pretenden borrar.
Si en verdad fueran "centenares de sujetos", un día hubiera bastado para someterlos. Es toda una ciudad. Y más que eso. La resistencia en la capital de Oaxaca la hacen millares de pobladores de allí, y campesinos, maestros y estudiantes de todo el estado que, como se sabe, es muy grande. La ciudad refleja a la entidad, la contiene. Si el gobierno priísta amaga con soltar 20 mil adeptos para instaurar su orden, es posible que los tenga. Y qué. No hacían falta las elecciones del 2 de julio para probar que la resistencia oaxaqueña la respaldan centenares de miles, quizá millones. El priísmo decrépito sólo aspira a aumentar el dolor de su pueblo (que es lo último que importa a estos nuevos próceres dispuestos a sobrevivir aún sobre un campo de muertos: se llama fascismo).
Cosificar al pueblo, reducirlo, criminalizarlo, son intentos desesperados por quebrar algo inédito: la sublevación de pueblos enteros, respaldados por su extensísima diáspora en el país y Estados Unidos. ¿Dónde queda la lógica de un estadista legítimo en quien se comporta como un enfermo mental a la vista de todos?
La desigualdad en México es desesperante, espantosa, asquerosa. E invisible para quienes no la padecen. Las malas noticias del movimiento popular oaxaqueño es que eso existe. Que el sistema político y económico es criminal. Destruye el campo, y con él los pueblos. Aniquila los tejidos comunitarios, las costumbres de nuestra riqueza plural. Más que proletarizar, lumpeniza a las personas, las machaca y desconstruye. Detrás de la escenografía urbana de centros comerciales, avenidas y zonas residenciales que uniforman y americanizan el paisaje urbano, de norte a sur existe el México de la pobreza, pero también de la comunalidad y la resistencia.
Los mediáticamente desdeñables "appos", que para colmo no respetan a los reporteros mentirosos y vendidos (y les regalan la oportunidad farisea de mostrarse en sus propias pantallas como "héroes de la libertad de expresión"), componen, por millares, una estructura social inédita en nuestro país (cuando menos). Estamos hablando de Oaxaca, la tierra del tequio o trabajo colectivo gratuito para el bien general, y de la comunalidad, esa riqueza civilizatoria profunda (Guillermo Bonfil dixit) de los pueblos mesoamericanos que 500 años de colonización no han logrado quebrar, y hoy levanta barricadas.
Oaxaca prueba, como lo hacen los mayas de Chiapas desde la década pasada, que la comunalidad es una forma elevada de convivencia, y que llegados al extremo de no dejarse más y no morir, es un instrumento de la resistencia, un arma casi invencible, no importa cuantos ejércitos o policías los aplasten y sobrevuelen. Ante la determinación de los oaxaqueños, también les van a faltar cementerios. Si los foxes y calderones, los mandos de la Policía Federal Preventiva y los cerebros de la "seguridad nacional" (que al verlos "operar" uno se pregunta si cuidan la de México o la de Washington) no entienden que lastimar a un pueblo que se defiende, con razón y con razones, les asegura la ignominia histórica en un plazo no lejano, mal nos irá en lo inmediato.
La ficción neoliberal, su peña de millonarios obscenamente ricos y su nube de clases medias hipnotizadas en la Jauja virtual de los patrones han encontrado en el heroísmo de los indígenas y mestizos oaxaqueños -purititos mexicanos de bien abajo- la horma de su zapato. Insistan en su intocable Ulises y su chuequísimo "estado de derecho". Anden, coman lumbre. La historia no los absolverá, y mucho menos la memoria del pueblo mexicano.

Hermann Bellinghausen

Guerra en Oaxaca

La guerra de baja intensidad que inició Diódoro Carrasco Altamirano contra los indígenas zapotecos de la región Loxicha, hace 10 años, asoma su rostro de terror y muerte en todo el estado, pero en Loxicha se vive una guerra sorda, lejos de los reflectores y quienes se consideran el mundo civilizado, la sociedad del siglo 21.

Su última expresión fue el asesinato del compañero Alejandro LÓPEZ LÓPEZ a manos de los mismos paramilitares que hace 2 años asesinaron, al también compañero, Lino ANTONIO ALMARAZ; Lino, estorbaba a quienes deseaban llegar a la presidencia del municipio de San Agustín Loxicha; Alejandro, es la confirmación de que pueden operar con absoluta impunidad, la impunidad que amparada por el poder caciquil, son en Oaxaca la comparsa del priismo neopanista que mueve los hilos de quienes, faltos de toda ética, tiran la piedra y esconden la mano, hacen trabajo de contrainsurgencia y dicen trabajar en pos de la unidad y defender las causas populares.

Alejandro es el último eslabón de una larga cadena de ejecuciones extrajudiciales que ha dejado a más de 80 familias enlutadas a lo largo de estos 10 años de represión y muerte a una de las culturas más significativa en nuestro país, etnia para la que a punta de bayoneta, cárcel, tortura y muerte se ha intentado borrar de la faz de la tierra.

Región que alcanza los más altos índices de marginación y pobreza y dónde el tan cacareado estado de derecho, las tan llevadas y traídas instituciones han cumplido con la encomienda de callar todo intento organizativo, de encarcelar, desaparecer y asesinar a quienes en su sangre llevan el germen del anhelo libertario y transformador, a quienes en sus épocas de gloria nos legaron las más ricas tradiciones y enseñanzas, quienes en sus magníficas construcciones plasmaron su huella indeleble que permanecerá por siglos; hoy la tumba, la cárcel el destierro vagabundo, la migración o desplazamiento forzado en busca de la sobrevivencia parece ser su destino, destino que para el hombre blanco, para los neocolonizadores los reduce a menos de fieras salvajes, pues no puede explicarse de otro modo que después de más de 24 horas de su ejecución, el cuerpo de Alejandro LÓPEZ LÓPEZ haya permanecido a la orilla del camino, sin que las autoridades correspondientes cumplieran con las diligencias que permitieran a su familia velar el cuerpo inerme, de quien deja en la orfandad a la compañera Crispina LOPEZ JUÁREZ y sus 5 hijos.

Deja truncada la lucha por la libertad de sus 2 tíos encarcelados injustamente, como injustamente hemos sido encarcelados más de 200 indígenas zapotecos en estos 10 años; la persecución de una escurridiza justicia que castigue no sólo a quienes torturaron y encarcelaron a su propio padre, sino que cancelara las fabricadas órdenes de aprehensión en contra de él y un cada día creciente número de indígenas, paisanos suyos; por una ley de amnistía no sólo para presos y perseguidos políticos y de conciencia en nuestro Estado, sino a lo largo y ancho de nuestro país; sus anhelos de ver a sus hijos crecer y multiplicarse, ver en ellos multiplicados sus deseos de una patria socialista, de un socialismo entendido para él como la sana convivencia de la colectividad en sus comunidades indígenas, la armonía entre el hombre y la naturaleza.

Pensaba su participación en la construcción de la Asamblea Popular de los Pueblos de Loxicha como el referente aglutinador de los distintos esfuerzos comunitarios por arrancar a sus comunidades de la miseria y el abandono, por encontrar en la unidad desde los más pequeños núcleos comunitarios la proyección de la exigencia milenaria a una vida digna, a una verdadera igualdad de los seres humanos; su asesinato confirma que la lucha por la transformación de la sociedad pasa también por las comunidades indígenas y que este movimiento no es como lo pregonan los personeros del poder: un movimiento que se circunscribe al centro de la Ciudad. Buscamos, sobre todo, la transformación profunda de nuestras desigualdades.

Cuando la voluntad popular es burlada una vez más, cuando por encima de los intereses de la colectividad se imponen los intereses personales, de partidos o de grupos, cuando los acuerdos cupulares prevalecen por encima de los derechos de los mexicanos, cuando los 15 minutos de Fox llegan a su fin y se nos impone mediante el fraude y el autoritarismo a un operador de la ultraderecha y el Fondo Monetario Internacional: la igualdad, la paz, la fraternidad, la justicia y la libertad son palabras sin sentido para quienes acostumbrados a la explotación, suponen en la existencia de toda oposición a sus planes neocolonizadores, el enemigo a vencer para adueñarse de las riquezas y mano de obra barata en un mundo globalizado, son los pueblos originarios.

Donde acabar con la pobreza para ellos significa acabar con los pobres, donde los pueblos originarios son sólo el folklore para el gran turismo.

En un país donde se dejan pudrir los conflictos o la suma de nuestros muertos es sólo una cifra sin importancia para quienes no piensan en el hombre sino en la economía, para quienes rescatan banqueros, exoneran a políticos y encarcelan a la inerme población, donde las justas demandas de la población no son escuchadas, ni por los falsos políticos, ni por los jerarcas católicos.

Nos reconocemos como parte fundamental de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y le recordamos al licenciado Abascal que nuestros 12 presos del Fuero Federal no pueden ser la herencia de este sexenio que termina, que los 12 indígenas presos por delitos del fuero común también esperan justicia y libertad y que junto con la libertad de los presos de las otras organizaciones sociales, de los perseguidos de esta etapa y anteriores, sería la muestra de su voluntad para resolver un conflicto no generado por nosotros sino por quienes faltos de oficio político y sensibilidad humana han hecho del fascismo una particular forma de gobernar.

Los presos indígenas sentenciados por delitos del fuero federal que no cometieron, encarcelados desde hace 10 años: Fortino ENRÍQUEZ HERNÁNDEZ, Ricardo MARTÍNEZ ENRÍQUEZ, Urbano RUIZ CRUZ, Justino HERNÁNDEZ JOSÉ, Cirilo AMBROSIO ANTONIO, Agustín LUNA VALENCIA, Abraham GARCÍA RAMÍREZ, Estanislao MARTÍNEZ SANTIAGO, Mario AMBROSIO MARTÍNEZ, Álvaro SEBASTÍAN RAMIREZ, Zacarías Pascual GARCÍA LÓPEZ, Eleuterio HERNÁNDEZ GARCÍA.

Los compañeros procesados con expedientes fabricados principalmente en esta administración ulisista: Isabel ALMARAZ MATÍAS, Epigmeneo LÓPEZ MENDOZA, Cástulo LÓPEZ MENDOZA, Tomás LÓPEZ ALMARAZ, Felipe RUIZ CRUZ, Nereo ALONZO VALENCIA, Jonás ALONZO SANTIAGO, Fernando SANTIAGO ENRÍQUEZ, Bernardo HERNÁNDEZ SANTIAGO, Jesús ángel CRUZ SANTIAGO, Gonzalo LÓPEZ CORTÉS, Pedro CASTILLO ARAGÓN,

Y nuestros compañeros asesinados Alejandro LÓPEZ LÓPEZ, Lino ANTONIO ALMARAZ, Leoncio LUNA ANTONIO y tantos más exigen ¡JUSTICIA Y LIBERTAD! ¡ALTO A LA REPRESIÓN! ¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS Y DE CONCIENCIA DEL PAÍS! ¡CASTIGO A LOS RESPONSABLES MATERIALES E INTELECTUALES DE LA MUERTE DE NUESTROS HERMANOS! ¡CÁRCEL PARA DIÓDORO CARRASCO ALTAMIRANO, JOSÉ MURAT CASAB Y ULISES RUIZ ORTIZ!

Por una Ley de Amnistía Federal

Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos/Frente Nacional de Lucha por el Socialismo

Fox en Oaxaca: las contradicciones de Dios

Seis páginas de El Evangelio según Jesucristo dedicó el Nóbel de Literatura José Saramago a documentar la lista de atrocidades que en nombre de Dios se cometieron contra los herejes y apóstatas; actos por los cuales la Iglesia católica superó resquebrajamientos y escisiones, afianzó poderes y consolidó una permanencia de siglos. En su devastadora obra, Tratado de ateología (2006), el filósofo francés Michel Onfray hace un recuento completo del carácter intolerante del cristianismo y de sus contrapartes, el Islam y el judaísmo, que desde hace 2 mil 500 años se disputan, literalmente a sangre y fuego, la exclusividad de la creencia religiosa de este infortunado mono autollamado el Homo sapiens.

Más allá del gas con anestésicos con el que la Iglesia católica intenta fumigar las memorias, la eliminación de quienes se niegan a creer en el "único Dios verdadero", ha sido un fenómeno recurrente desde que Constantino, emperador romano, autoproclamado el "décimo tercer apóstol", se convirtió al cristianismo en el año 312, y desde que Teodosio volvió el catolicismo una religión de Estado en 380. En nombre de la nueva creencia, los sucesores de Constantino prohibieron toda religión que no fuera la cristiana, quebrando una tradición en que las religiones "paganas" habían coexistido pacíficamente porque ninguna se planteaba el monopolio de la fe. Onfray señala los rasgos del nuevo Estado cristiano: "... el uso de la coerción, persecuciones, torturas, actos de vandalismo, destrucción de bibliotecas y de lugares simbólicos, asesinatos impunes, omnipresencia de la propaganda, poder absoluto del jefe, exterminio de los opositores, monopolio de la violencia legal y de los medios de comunicación..."
Desde la guerra contra los cátaros de Francia (1209 a 1229) ­secta cristiana cuyo prestigio puso en jaque el poder de Roma representado por el papa Inocencio III, y en la cual se masacró a una población entera (Béziers con 20 mil habitantes) ­ hasta las Cruzadas contra los sarracenos, la Inquisición contra los herejes y las conquistas etnocidas de América, esta sucesión de ignominias termina en la complicidad del Vaticano con el nazismo. Como corolario, están los silencios de la Iglesia católica a las masacres perpetradas por las dictaduras latinoamericanas y asiáticas, y en la cumbre del podio la defensa que hizo Juan Pablo II de los hutus de Ruanda en su guerra genocida contra los tutsis (un millón de muertos solamente en 1994).
En México, a partir de las avanzadas reformas liberales de Juárez y Lerdo de Tejada en el siglo XIX, la política quedó desligada de la religión por décadas, lo que permitió cierta salud individual y colectiva. Este fue un aporte de la nación al mundo. Desde que tengo memoria, los políticos mexicanos, independientemente de sus acciones, siempre tuvieron cuidado de mantener sus creencias religiosas, cualesquiera que fueran, alejadas de la esfera de lo público, evitando involucrar a sus respectivas deidades en sus actos terrenales.
2000 marcó el fin de ese acuerdo histórico cuando una nueva generación de "políticos mochos" llegó al poder utilizando su mano derecha indistintamente para persignarse, firmar acuerdos, realizar negocios, saludar a reyes, magnates y estadistas, y reprimir movimientos sociales y políticos. A la antigua transformación de la clase política en clase empresarial inaugurada por De la Madrid, por la cual los ciudadanos ya no alcanzamos a distinguir si se está frente a un político que realiza negocios o frente a un empresario que juega a la política, se agregó un nuevo ingrediente: el retorno de Dios a la arena pública. Con ello la institución gubernamental se volvió la representación de un triple poder: el burocrático, el plutocrático y el teocrático.
En estos días en que el Presidente defiende con vigor (y un poco de desesperación y coraje) su derecho a expresar abiertamente sus creencias, en que el secretario de Gobernación compromete su palabra de que no habrá de asesinar en nombre de Dios, y en que el cardenal Rivera, máxima autoridad eclesiástica, aprueba la furiosa represión en Oaxaca, las dudas y las interrogantes saltan desesperadas.
Hoy, cuando estos abnegados "siervos de Dios" (que no de la nación) defienden su derecho a exhibir en público su fe, la sociedad civil puede en consecuencia invocar su derecho a interrogarles. Porque cuando los ojos registran las imágenes de violencia represiva en Oaxaca, no es posible dejar de preguntarse si esas decisiones que fueron tomadas por un cristiano convencido, fueron resultado de un consejo de su Dios o de una divina inspiración, o son una decisión estrictamente personal y laica. Si fuera lo segundo, ¿por qué ese Dios no ha tenido el poder de convencerle de lo contrario, durante sus encuentros más íntimos? Y si no fuera ninguna, ¿qué sentido tiene un Dios que no se comunica con su creyente en los momentos decisivos?
Sea represor, indiferente o mudo, el Dios del Presidente se parece más al del papa Inocencio o al de los inquisidores, que al dios misericordioso, indulgente y justo en el que creen los millones de sus conciudadanos. ¿Cuántos millones de creyentes legítimos, de párrocos comprometidos, de jesuitas o franciscanos heroicos, de prelados que ponen ante todo la imagen de un Dios justiciero (como el que movió a Morelos) estarán dispuestos aceptar la existencia de un Dios represor?
El caso de Oaxaca, con sus muertos, sus decenas de desaparecidos, sus flagrantes violaciones a la ley, y cierto odio implícito del poder (blanco, elitista, hacendario, empresarial, moderno) hacia los pobres (morenos, rurales, indígenas, tradicionales) no hace más que extender la misma rabia milenaria de unos miembros de la especie humana sobre otros miembros de la humanidad. ¿En el nombre, con la anuencia, con la indiferencia o contra la voluntad de Dios? Del emperador Constantino a Vicente Fox, 2 mil años de contradicciones divinas nos contemplan.

Víctor M. Toledo: vtoledo@oikos.unam.mx (Tomado de La Jornada 9-XI-06)

Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba

El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba observa con extrema preocupación y profunda indignación las atrocidades que viene cometiendo el Gobierno de Israel en la Franja de Gaza y Cisjordania desde el pasado 28 de junio, en particular la masacre perpetrada el 7 de noviembre en el poblado de Beit Hanoun, al norte de ese territorio palestino ocupado, con el saldo de 18 civiles salvajemente asesinados, entre ellos 8 niños.
Como resultado de la brutal ofensiva del ejército israelí contra la indefensa población Palestina en las últimas semanas, ya suman más de 200 los civiles muertos, de ellos 60 niños, y casi 1 000 heridos, lo que demuestra la naturaleza criminal del agresor, que goza del apoyo político, económico y militar de los Estados Unidos de América.
Cuba se suma a las voces que se levantan en el mundo para que el Consejo de Seguridad de la ONU condene este acto criminal y le exija a Israel poner fin a tales acciones violatorias de todas las normas del Derecho Internacional, y del Derecho Internacional Humanitario, y para que cese el permanente veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que asegura su impunidad.
La única vía para alcanzar una paz justa y duradera en la región es respetar el derecho inalienable del pueblo palestino al establecimiento de su estado independiente y soberano, con su capital en Jerusalén Oriental, el retorno de los refugiados y la devolución incondicional de todos los territorios árabes ocupados en junio de 1967.
En esta hora crucial, Cuba reafirma su plena solidaridad con el heroico pueblo palestino que sufre la agresión continuada e inmoral del régimen de Tel Aviv, cuyos actos laceran la conciencia de la humanidad.

La Habana, 10 de noviembre de 2006.