Dos presos políticos mapuches fueron trasladados de recintos. Uno de ellos se encuentra en Huelga de hambre.
Liberación
- El día martes 17 de octubre fue trasladado a Santiago, a la Cárcel de Alta Seguridad, el comunero mapuche Waikilaf Cadin Calfunao, hijo de la lonko de la Comunidad Juan Paillalef, Juana Calfunao. Cadin se encontraba en el Penal de Temuco desde el 16 de agosto de este año, imputado por los delitos de secuestro, hurto y Maltrato de Obra a Carabineros. Cadin fue detenido en el marco de las protestas que realizaba su comunidad en contra la expropiación de sus tierras y contra la tala de árboles que realizaba la empresa eléctrica FRONTEL en sus territorios.
En la misma semana la organización internacional Amnistía Internacional realizó un llamado urgente señalando su preocupación por la salud y por la vida del prisionero político. Cadin Calfunao había sido quemado, semanas atrás, con agua hirviendo por otros internos del penal y además se encontraba en Huelga de Hambre desde el 8 de octubre reciente.
Mientras su comunidad se reunía en la intendencia de Temuco con las autoridades regionales para dialogar sobre el conflicto que tienen con el Ministerio de Obras Públicas por un camino que atraviesa por sus territorios y que ha sido expropiado por el Estado, a sus espaldas, "estaban sacando a Waikilaf Cadin Calfunao, a viva fuerza, del penal de Temuco golpeándolo con brutalidad encontrándose él en huelga de hambre".
Pero no solamente ocurrió esto. También fue traslado desde el Hospital de Temuco hasta el Penal de Victoria el prisionero político mapuche Patricio Marileo Saravia. El mismo día el Seremi de Justicia, Cristian Dulansky, se comprometía, frente a su familia y el lonko José Cariqueo, de trasladarlo al Centro de Estudio y Trabajo (CET) de Angol en el mes de diciembre. Sin embargo, como nos dice a Liberación la vocera de Cadin, Elizabeth Antilef, nuevamente "no respetaron su palabra y no respetaron a las autoridades mapuches".
- ¿Cómo fue el traslado del prisionero Waikilaf Cadin?
- Las condiciones de su traslado fueron inhumanas porque lo tiraron engrillado de manos y pies, amarrado, boca abajo sobre el piso del carro. Él vomitó por el movimiento del vehículo corriendo riesgo de ahogarse con su propio vomito. Dice que aceleraban el carro y que paraban bruscamente y que lo azotaban dentro del carro celular. Súmale a eso, la presión psicológica que ejercían. Hablaban fuerte y decían: "hasta aquí llego este huevón".
- ¿Usted lo ha podido ver, actualmente?
- Yo pude verlo el miércoles a expreso pedido de su madre y del lonko José Cariqueo y lo visite en el CAS. Lo encontré sentado en una silla, que me causo ternura. Me di inmediatamente cuenta de su mal estado psicológico en que estaba. Lo encontré arrollado en la silla, en posición fetal, algo desorientado. Estaba muy demacrado. Me mostró su cuerpo, las huellas de los golpes. Sus pies estaban reventados por los grilletes que le dañaron los tobillos. Gendarmería, cuando llegó a Santiago no hizo constatación de lesiones como correspondía hacerlo. Si fuera otro miembro de la sociedad chilena, esto no estaría pasando. Anteriormente, lo habían quemado con agua caliente en una riña que se armó entre los presos comunes. A Waiquilaf prácticamente lo tiraron a los leones y gendarmería no hizo nada para proteger la integridad física de él pese a que tiene la obligación de segregarlo por su condición de ser prisionero político.
- El diario El Gong señaló que Waiquilaf golpeo a dos Gendarmes…
- Eso es falso. Tú, al ver a este muchacho no puedes bajo ningún punto de vista, considerando sus condiciones físicas y de salud, pensar que él agredió a dos gendarmes, a dos hombres supuestamente preparados. Esa es una mentira del porte de un buque. Yo le pregunte al respecto a Waiquilaf sobre esta acusación y él se sorprendió porque no tenia idea, él no sabia nada de estas acusaciones. Se uso ese argumento para trasladarlo. Él, se entero por mí de esa acusación.
Quiero decir que aquí los medios de comunicación solamente hablan de la violencia de los mapuche, que se habla de la supuesta violencia de la lonko Juana Calfunao, de la violencia de su hijo pero tapan el verdadero motivo de todas estas cosas, de todas estas protestas, que es el tema de las comunidades y principalmente el atropello que hacen las transnacionales en las tierras ancestrales de los mapuche y cuando los mapuche defendimos lo nuestro nos tachan de terroristas. La prensa nada dice de todas las injusticias que hemos vivido el Pueblo Mapuche.
- El gobierno tenía un compromiso de buscar una solución legal a la situación de los presos políticos mapuche…
- Han roto con ese compromiso. La Ley Navarro no se aprobó en el Senado principalmente por la falta de compromiso del gobierno y de la Concertación. Yo no sé como mapuche en quién ya puedo confiar. Ellos firmaron un documento, una carta en donde todos los senadores de Concertación se comprometían y que nunca cumplieron. Especialmente, Soledad Alvear, que quiere ser Presidenta de la República por favor, no cumplió su palabra. El gobierno se mostró débil frente a los chantajes de la DC y la derecha y no alineó a sus parlamentarios para que ese Proyecto de Ley fuera aprobado como era el compromiso que ellos tenían con nosotros. Si ellos no respetan su palabra en qué situación quedamos entonces los mapuches. El voto de confianza que le dimos los mapuches ha fracasado. Después que no digan que los mapuches no quieren dialogar, que no digan que los mapuches no quieren conversar, que no digan después que los mapuches somos cerrados. Esas traiciones, nos hacen perder la confianza. Por otro lado, la modificación a la Ley Antiterrorista duerme en el Senado. Definitivamente no hay voluntad política con las demandas de nuestro pueblo.
- ¿Sientes que se esta acumulando mucha rabia en el Pueblo Mapuche?
- Absolutamente. Te esta hablando una mujer mapuche. Te estoy hablando yo desde la individualidad de mapuche discriminada y que hasta el día de hoy tengo rabia en mi piel por todos estos hechos. Me rebelo a tantas injusticias. Yo creo que mi sentimiento es el de muchos mapuches que sentimos una tremenda impotencia frente al estado opresor y represor. Hago un llamado urgente, desde mi alma, a los mapuches y no mapuches, a denunciar esta situación. Aquí en Chile hay un cerco comunicacional casi imposible de romper y que es avalado por la administración y los dueños de todo. Para ellos todo para nosotros nada. Hago un llamado a la sociedad conciente que tiene sueños. Nosotros también tenemos sueños, nosotros soñamos en vivir tranquilos en las comunidades. Soñamos en ser respetados y no discriminados. Ayúdennos a construir nuestros sueños.
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