Compañeras y compañeros de la otra campaña:
28 de octubre de 2006, Ayutla, Guerrero.
Se intensifica el hostigamiento de militares a la comunidad indígena Barranca de Guadalupe y miembros de la Organización del Pueblo Indígena Mepha`a, adherentes a la otra campaña, en la sierra de Ayutla Guerrero.
Militares rodean una casa en Barranca de Guadalupe y buscan a indígenas de la organización mepha`a que tienen en una lista negra.
Soldados del Ejército rodearon dos días la casa de un compañero de la comunidad de Barranca de Guadalupe, municipio de Ayutla, además pretendían obligar a compañera a que les vendiera refrescos, y le enseñaron una lista de unos 20 compañeros, a los que los militares buscan, sin decir el motivo.
La casa del compañero Paulino Felipe Rafael fue sitiada por elementos del ejército federal, del 48 Batallón de Infantería con sede en Cruz Grande, los días 23 y 24 de octubre, los soldados se instalaron durante dos días en el patio de su casa y en su alrededor sin el permiso de la comunidad y el compañero permiso, produciéndome miedo y zozobra en el hogar de Paulino y en la Comunidad de Barranca de Guadalupe.
El día 23 de octubre, cuenta el compañero Paulino Felipe Rafael que salió de su casa a las 9 de la mañana, a trabajar en la reparación de la cerca de alambre de púas de su huerta, la cual se encuentra a aproximadamente 150 metros de distancia de su casa. En la huerta ya se encontraba también trabajando su papá, Agustín Felipe Aurelio.
Como a las 10 de la mañana, vio desde su huerta que llegaron a su casa unos 36 elementos del Ejército, portando armas largas y vestidos con uniforme pinto (camuflajeado) y que inmediatamente rodearon su casa. Unos 10 militares se acercaron a la puerta de la casa, donde el campesino tiene una tienda de abarrotes, y le dijeron a su esposa, Guillermina Feliciano Cariño, que les vendiera refrescos, pero la joven indígena no sabe hablar español, sólo lo entiende, y por eso no les contestó. Entonces el militar le ordenó: yo soy comandante, contésteme. La mujer le contestó en su idioma me’phaa que no le entendía bien lo que le estaba diciendo pero que no le iba a vender refrescos. El militar al no entender lo que la indígena le decía, le volvió hablar en español frases que ella no entendió, y le enseñó una lista con unos 20 nombres de personas que llevaba en un cuaderno. La mujer le dijo en me’phaa que no sabe leer y no podía leer los nombres que estaban ahí escritos. Ante la imposibilidad de entender, los militares se alejaron de la puerta de la casa, pero siguieron ocupando los alrededores.
Ante la presencia de los soldados, Paulino Felipe Rafael y su papá ya no pudieron regresar a su casa, por temor a que les hicieran algo. Paulino se fue a refugiar a la casa de su vecino Vicente Díaz Luciano, quien le dijo que los militares eran del 48 Batallón de Infantería, y su papá se fue a refugiar a la casa de su hija Margarita Felipe Rafael. Desde sus refugios, a las 5 de la tarde vieron que los militares se retiraron, y una hora después pudieron regresar a su casa para ver lo que había pasado y cómo estaba la mujer y la familia.
Al otro día, a las 6 de la mañana, Paulino Felipe Rafael se fue con su esposa a la casa de su tío Raymundo Santiago Regin, a comentarle que habían llegado los militares y que rodearon su casa todo el día, y le pidió que estuvieran al pendiente porque creía que los militares les iban hacer algo. Después, dejó a su esposa Guillermina Feliciano en la casa de sus papás, y se fue a trabajar a su huerta.
El día, 24 de octubre, a las 11 de la mañana, vio que los militares volvieron a rodear su casa, y ahí estuvieron hasta las 3 de la tarde. Durante cuatro horas, el campesino estuvo escondido en su huerta con el temor de que los militares lo encontraran y le hicieran daño.
La familia agredida y la Organización del Pueblo Indígena mepha`a pedimos ya no vuelvan a rodear casas y que no vuelvan a estar en lo territorios de la comunidad, pues en estos días también han rodeado las casas de otros compañeros y que todo el pueblo está asustado con la presencia de los militares, porque siempre sólo van a causarnos daños.
Esta situación no esta aislada y es parte del acoso militar que se esta intensificando en nuestra contra, desde hace varias semanas, cuando se reforzó la presencia de militares en nuestros territorios indígenas de la costa chica y montaña de Guerrero, hechos que hemos estado denunciando y ante los cuales seguimos pidiendo su solidaridad.
Organización del Pueblo Indígena Mepha´a.
Coordinadora Costa Chica-Montaña.
28 de octubre de 2006, Ayutla, Guerrero.
Se intensifica el hostigamiento de militares a la comunidad indígena Barranca de Guadalupe y miembros de la Organización del Pueblo Indígena Mepha`a, adherentes a la otra campaña, en la sierra de Ayutla Guerrero.
Militares rodean una casa en Barranca de Guadalupe y buscan a indígenas de la organización mepha`a que tienen en una lista negra.
Soldados del Ejército rodearon dos días la casa de un compañero de la comunidad de Barranca de Guadalupe, municipio de Ayutla, además pretendían obligar a compañera a que les vendiera refrescos, y le enseñaron una lista de unos 20 compañeros, a los que los militares buscan, sin decir el motivo.
La casa del compañero Paulino Felipe Rafael fue sitiada por elementos del ejército federal, del 48 Batallón de Infantería con sede en Cruz Grande, los días 23 y 24 de octubre, los soldados se instalaron durante dos días en el patio de su casa y en su alrededor sin el permiso de la comunidad y el compañero permiso, produciéndome miedo y zozobra en el hogar de Paulino y en la Comunidad de Barranca de Guadalupe.
El día 23 de octubre, cuenta el compañero Paulino Felipe Rafael que salió de su casa a las 9 de la mañana, a trabajar en la reparación de la cerca de alambre de púas de su huerta, la cual se encuentra a aproximadamente 150 metros de distancia de su casa. En la huerta ya se encontraba también trabajando su papá, Agustín Felipe Aurelio.
Como a las 10 de la mañana, vio desde su huerta que llegaron a su casa unos 36 elementos del Ejército, portando armas largas y vestidos con uniforme pinto (camuflajeado) y que inmediatamente rodearon su casa. Unos 10 militares se acercaron a la puerta de la casa, donde el campesino tiene una tienda de abarrotes, y le dijeron a su esposa, Guillermina Feliciano Cariño, que les vendiera refrescos, pero la joven indígena no sabe hablar español, sólo lo entiende, y por eso no les contestó. Entonces el militar le ordenó: yo soy comandante, contésteme. La mujer le contestó en su idioma me’phaa que no le entendía bien lo que le estaba diciendo pero que no le iba a vender refrescos. El militar al no entender lo que la indígena le decía, le volvió hablar en español frases que ella no entendió, y le enseñó una lista con unos 20 nombres de personas que llevaba en un cuaderno. La mujer le dijo en me’phaa que no sabe leer y no podía leer los nombres que estaban ahí escritos. Ante la imposibilidad de entender, los militares se alejaron de la puerta de la casa, pero siguieron ocupando los alrededores.
Ante la presencia de los soldados, Paulino Felipe Rafael y su papá ya no pudieron regresar a su casa, por temor a que les hicieran algo. Paulino se fue a refugiar a la casa de su vecino Vicente Díaz Luciano, quien le dijo que los militares eran del 48 Batallón de Infantería, y su papá se fue a refugiar a la casa de su hija Margarita Felipe Rafael. Desde sus refugios, a las 5 de la tarde vieron que los militares se retiraron, y una hora después pudieron regresar a su casa para ver lo que había pasado y cómo estaba la mujer y la familia.
Al otro día, a las 6 de la mañana, Paulino Felipe Rafael se fue con su esposa a la casa de su tío Raymundo Santiago Regin, a comentarle que habían llegado los militares y que rodearon su casa todo el día, y le pidió que estuvieran al pendiente porque creía que los militares les iban hacer algo. Después, dejó a su esposa Guillermina Feliciano en la casa de sus papás, y se fue a trabajar a su huerta.
El día, 24 de octubre, a las 11 de la mañana, vio que los militares volvieron a rodear su casa, y ahí estuvieron hasta las 3 de la tarde. Durante cuatro horas, el campesino estuvo escondido en su huerta con el temor de que los militares lo encontraran y le hicieran daño.
La familia agredida y la Organización del Pueblo Indígena mepha`a pedimos ya no vuelvan a rodear casas y que no vuelvan a estar en lo territorios de la comunidad, pues en estos días también han rodeado las casas de otros compañeros y que todo el pueblo está asustado con la presencia de los militares, porque siempre sólo van a causarnos daños.
Esta situación no esta aislada y es parte del acoso militar que se esta intensificando en nuestra contra, desde hace varias semanas, cuando se reforzó la presencia de militares en nuestros territorios indígenas de la costa chica y montaña de Guerrero, hechos que hemos estado denunciando y ante los cuales seguimos pidiendo su solidaridad.
Organización del Pueblo Indígena Mepha´a.
Coordinadora Costa Chica-Montaña.
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