Jóvenes activistas, defensores de derechos humanos, integrantes de colectivos y miembros de radios independientes, todos adherentes de la Otra Campaña, son detenid@s, golpead@s y vejad@s, para luego de siete u ocho horas de prisión ser liberad@s sin que sus captores hayan sido castigados por los abusos y las violaciones ejercidas durante los arrestos.
Una vez más, los gobiernos perredistas que tanto dicen y se desdicen para que la gente de a pie les crea eso de que son de izquierdas hacen alianza con el gobierno derechista de Vicente Fox y, próximamente en su cine favorito, de Felipe Calderón.
Ocupado en desplegar sus fuerzas represivas, famosas por sus incursiones en la UNAM, Atenco, Cancún, Sicartsa y nuevamente San Salvador Atenco y Texcoco, el cada vez más imbécil presidente de foxilandia negoció de algún modo con el hombre que en nombre de AMLO gobierna la ciudad de México para que mientras sus policías federales preventivos reprimen al valiente pueblo de Oaxaca, los miserables hombrecitos que vestidos de azul chambean de granaderos en la capital del país no permitieran que la chusma que APPOya la digna lucha que abajo y a la izquierda se mantiene en tierras magonistas llegara a su residencia presidencial.
Así, mientras miles de militares vestidos de verde olivo y otros disfrazados de gris "pefepo" se apostaban a las afueras de la capital oaxaqueña, decenas de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal impidieron el avance de la marcha que el 28 se dirigía a Los Pinos, desbloquearon el Eje Central y, vestidos de civiles, sin identificarse y sin presentar orden de aprehensión alguna, detuvieron a adherentes de la Otra Campaña luego de que se manifestaran frente a la Secretaría de Gobernación.
En un comunicado de Acción Urgente dirigido al jefe de gobierno capitalino, Alejandro Encinas; el procurador general de justicia del Distrito Federal, Bernardo Bátiz; el secretario de gobierno, Ricardo Ruiz Suárez y el secretario de seguridad pública local, Joel Ortega, la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh) y el Comité Cerezo México solicitaron que fuera garantizada la labor, integridad física, psicológica y jurídica de algunos de los detenidos, defensores de derechos humanos; la investigación de los hechos y negligencias a fin de deslindar responsabilidades por las arbitrarias detenciones en las calles de Revillagigedo, Ayuntamiento, Juárez y Doctor Mora, así como en la Biblioteca México, en contra de Beatriz Elena Chaires, Luz Isela Aquino Mendoza, Elizabeth Balladares Gómez, Iliana Camacho Coapio, Cinthia Castro Loredo, Adazahira Chávez Pérez, Jorge Augusto Chávez Vera, María Teresa Cordero Salgado, Pablo Antonio Dorantes Cruz, Víctor Duarte Alanís, Gerardo Florencio Casimiro, Damián Gómez Medina, Rolando Gutiérrez, Arturo Martínez González, Blanca Jazmín Ornelas Pérez, Heriberto Paredes Coronel, Jesús Rafael Vázquez, Cuauhtémoc Rueda Luna, Juan Luis Toledo y Christian Toledo Pineda; así como el respeto de su integridad física, psicológica y jurídica.
¿Qué habían hecho las compañeras y compañeros? En la prensa se hablaba de acusaciones de robo y la destrucción de una patrulla; nada más falso. Pero, además, para hacer las detenciones los agentes en cubierta, guardianes del orden, defensores del estado de derecho, operaron con violencia, golpeando y vejando a nuestros compañeros, rociándolos con pintura en aerosol, amedrentándolos con palos largos y bates de béisbol y toqueteando los senos y la entrepierna de algunas de nuestras compañeras.
Pero no hubieran sido los integrantes de la CND o su mentado FAP, a quienes este gobierno sí garantiza su derecho a manifestarse públicamente, porque les hubieran puesto hasta escolta. No, se trataba de jóvenes entre los 21 y 32 años de edad cuyo mayor delito no fue el de un falso robo o, mucho menos, el de la destrucción de una patrulla que nunca sucedió; sino ser de la Otra Campaña y, por ende, no rendirle pleitesía a López Obrador. Afortunadamente, por la acción oportuna de abogados, amigos y familiares, los 20 compañeros detenidos fueron liberados pasadas las 4 de la mañana de este lunes 30 de octubre. Sin embargo, aún queda pendiente el castigo a quienes emprendieron materialmente las aprehensiones y a quienes las ordenaron.
Todo parece que estos gobiernos no tienen, de tan miserables, llenadero; la sangre vertida en Atenco y ahora en Oaxaca no les basta para saciar la sed de poder que los ha vuelto a todos, amarillos, tricolores o blanquiazules, del mismo color verde con que Slim y sus socios les pagan, del mismo color verde con que sus títeres en el ejército federal visten… si es que no se disfrazan de policías.
Sebastián López
Una vez más, los gobiernos perredistas que tanto dicen y se desdicen para que la gente de a pie les crea eso de que son de izquierdas hacen alianza con el gobierno derechista de Vicente Fox y, próximamente en su cine favorito, de Felipe Calderón.
Ocupado en desplegar sus fuerzas represivas, famosas por sus incursiones en la UNAM, Atenco, Cancún, Sicartsa y nuevamente San Salvador Atenco y Texcoco, el cada vez más imbécil presidente de foxilandia negoció de algún modo con el hombre que en nombre de AMLO gobierna la ciudad de México para que mientras sus policías federales preventivos reprimen al valiente pueblo de Oaxaca, los miserables hombrecitos que vestidos de azul chambean de granaderos en la capital del país no permitieran que la chusma que APPOya la digna lucha que abajo y a la izquierda se mantiene en tierras magonistas llegara a su residencia presidencial.
Así, mientras miles de militares vestidos de verde olivo y otros disfrazados de gris "pefepo" se apostaban a las afueras de la capital oaxaqueña, decenas de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal impidieron el avance de la marcha que el 28 se dirigía a Los Pinos, desbloquearon el Eje Central y, vestidos de civiles, sin identificarse y sin presentar orden de aprehensión alguna, detuvieron a adherentes de la Otra Campaña luego de que se manifestaran frente a la Secretaría de Gobernación.
En un comunicado de Acción Urgente dirigido al jefe de gobierno capitalino, Alejandro Encinas; el procurador general de justicia del Distrito Federal, Bernardo Bátiz; el secretario de gobierno, Ricardo Ruiz Suárez y el secretario de seguridad pública local, Joel Ortega, la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh) y el Comité Cerezo México solicitaron que fuera garantizada la labor, integridad física, psicológica y jurídica de algunos de los detenidos, defensores de derechos humanos; la investigación de los hechos y negligencias a fin de deslindar responsabilidades por las arbitrarias detenciones en las calles de Revillagigedo, Ayuntamiento, Juárez y Doctor Mora, así como en la Biblioteca México, en contra de Beatriz Elena Chaires, Luz Isela Aquino Mendoza, Elizabeth Balladares Gómez, Iliana Camacho Coapio, Cinthia Castro Loredo, Adazahira Chávez Pérez, Jorge Augusto Chávez Vera, María Teresa Cordero Salgado, Pablo Antonio Dorantes Cruz, Víctor Duarte Alanís, Gerardo Florencio Casimiro, Damián Gómez Medina, Rolando Gutiérrez, Arturo Martínez González, Blanca Jazmín Ornelas Pérez, Heriberto Paredes Coronel, Jesús Rafael Vázquez, Cuauhtémoc Rueda Luna, Juan Luis Toledo y Christian Toledo Pineda; así como el respeto de su integridad física, psicológica y jurídica.
¿Qué habían hecho las compañeras y compañeros? En la prensa se hablaba de acusaciones de robo y la destrucción de una patrulla; nada más falso. Pero, además, para hacer las detenciones los agentes en cubierta, guardianes del orden, defensores del estado de derecho, operaron con violencia, golpeando y vejando a nuestros compañeros, rociándolos con pintura en aerosol, amedrentándolos con palos largos y bates de béisbol y toqueteando los senos y la entrepierna de algunas de nuestras compañeras.
Pero no hubieran sido los integrantes de la CND o su mentado FAP, a quienes este gobierno sí garantiza su derecho a manifestarse públicamente, porque les hubieran puesto hasta escolta. No, se trataba de jóvenes entre los 21 y 32 años de edad cuyo mayor delito no fue el de un falso robo o, mucho menos, el de la destrucción de una patrulla que nunca sucedió; sino ser de la Otra Campaña y, por ende, no rendirle pleitesía a López Obrador. Afortunadamente, por la acción oportuna de abogados, amigos y familiares, los 20 compañeros detenidos fueron liberados pasadas las 4 de la mañana de este lunes 30 de octubre. Sin embargo, aún queda pendiente el castigo a quienes emprendieron materialmente las aprehensiones y a quienes las ordenaron.
Todo parece que estos gobiernos no tienen, de tan miserables, llenadero; la sangre vertida en Atenco y ahora en Oaxaca no les basta para saciar la sed de poder que los ha vuelto a todos, amarillos, tricolores o blanquiazules, del mismo color verde con que Slim y sus socios les pagan, del mismo color verde con que sus títeres en el ejército federal visten… si es que no se disfrazan de policías.
Sebastián López
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