Los colores a menudo dicen sobre la salud y animo de las personas. Es difícil ver a un niño lleno de juventud y vitalidad con tonos grises o una persona deprimida con tonos primaverales, así mismo una vivienda también se viste con determinadas ropas según las personas que la habitan
En general las personas nerviosas, hiperactivas, dispersas o excitables tienen que evitar colores en exceso Yang: Rojos, amarillos, anaranjados o muy chillones. Son más acertados colores neutros y suaves que serenan y tranquilizan. Las estadísticas observan que los automóviles más accidentados son de color rojo, la relación estrés y rapidez es patente.
Si la habitación la ocupa una persona tímida, apática, friolera o con tendencia a la depresión evitaremos colores muy Yin. El negro, el azul oscuro, el verde sin luz, o tonos grises hundirían a la persona mas profundamente.
Los colores más cálidos representados en la primavera como los salmones, amarillos, o tonos luminosos pueden estimular el movimiento y resultar adecuados.
La actividad de una zona particular
En un dormitorio de pareja hay que ser prudente con la presencia excesiva de colores como el negro, verde oscuro, gris que pueden resultar demasiados fríos. Para un dormitorio de pareja suelen aconsejarse tonos basados en el rosa pálido, ámbar o melocotón en tonalidades pastel. Los colores neutros y blancos pueden estar bien si el conjunto muestra detalles de cierta calidez.
En el comedor no conviene abusar de colores chillones que no permiten relajarse ni tampoco de tonos oscuros que dan un toque de tristeza al lugar. Pueden ser interesantes colores cremosos, amarillos en tonos suaves. Estos consejos siempre se adaptan a la luz natural así como al mobiliario y decoración.
En la cocina de una vivienda pueden utilizarse tonos basados en la tierra (ocres, teja, beige, etc.) evitando la frialdad que no estimula el placer de cocinar. En una cocina industrial donde se da gran importancia a la facilidad de higiene y la pulcritud la presencia del elemento Metal es más tolerable.
En un recibidor puede ser un consejo decantarse por colores claros, luminosos, alegres que inventen a entrar con buen ánimo. Un recibidor oscuro y penumbroso produce un Qi decaído al entrar a la vivienda.
Sobre el gusto personal
No es aconsejable imponer ningún color que incomode o disguste a la persona que va a utilizar el espacio. El Feng Shui busca el equilibrio y utilizar cualquier información de forma fanática o estricta puede causar peor resultado que una corrección en si misma. En una casa familiar hay que hacer votos de unidad para llegar a un buen acuerdo, intentando respetar los espacios individuales.
También hay que decir, que un cambio fuera del gusto habitual a veces es necesario, pues a menudo cristalizamos malos hábitos o aspectos relacionados con endurecimiento de la sensibilidad. Es similar a quien se adapta a escuchar el sonido muy alto, al humo de salas cargadas, al exceso de sal o en el caso que nos ocupa a ciertos colores que influyen negativamente. Pueden empezarse con pequeños cambios que dan cabida a otros mayores.
Es posible que si usted sugiere pintar toda la casa de nuevo, alguien de la familia se ponga en guardia, pero si empieza por algo más pequeño se acoja la propuesta. También es posible introducir el color a través de cambios menores en la decoración como colchas de cama, cortinas, una lámina o pintura, etc. Si los cambios tienen éxito darán pie a tratar otras áreas por la necesaria integración.
Elsy Mata Marcano
En general las personas nerviosas, hiperactivas, dispersas o excitables tienen que evitar colores en exceso Yang: Rojos, amarillos, anaranjados o muy chillones. Son más acertados colores neutros y suaves que serenan y tranquilizan. Las estadísticas observan que los automóviles más accidentados son de color rojo, la relación estrés y rapidez es patente.
Si la habitación la ocupa una persona tímida, apática, friolera o con tendencia a la depresión evitaremos colores muy Yin. El negro, el azul oscuro, el verde sin luz, o tonos grises hundirían a la persona mas profundamente.
Los colores más cálidos representados en la primavera como los salmones, amarillos, o tonos luminosos pueden estimular el movimiento y resultar adecuados.
La actividad de una zona particular
En un dormitorio de pareja hay que ser prudente con la presencia excesiva de colores como el negro, verde oscuro, gris que pueden resultar demasiados fríos. Para un dormitorio de pareja suelen aconsejarse tonos basados en el rosa pálido, ámbar o melocotón en tonalidades pastel. Los colores neutros y blancos pueden estar bien si el conjunto muestra detalles de cierta calidez.
En el comedor no conviene abusar de colores chillones que no permiten relajarse ni tampoco de tonos oscuros que dan un toque de tristeza al lugar. Pueden ser interesantes colores cremosos, amarillos en tonos suaves. Estos consejos siempre se adaptan a la luz natural así como al mobiliario y decoración.
En la cocina de una vivienda pueden utilizarse tonos basados en la tierra (ocres, teja, beige, etc.) evitando la frialdad que no estimula el placer de cocinar. En una cocina industrial donde se da gran importancia a la facilidad de higiene y la pulcritud la presencia del elemento Metal es más tolerable.
En un recibidor puede ser un consejo decantarse por colores claros, luminosos, alegres que inventen a entrar con buen ánimo. Un recibidor oscuro y penumbroso produce un Qi decaído al entrar a la vivienda.
Sobre el gusto personal
No es aconsejable imponer ningún color que incomode o disguste a la persona que va a utilizar el espacio. El Feng Shui busca el equilibrio y utilizar cualquier información de forma fanática o estricta puede causar peor resultado que una corrección en si misma. En una casa familiar hay que hacer votos de unidad para llegar a un buen acuerdo, intentando respetar los espacios individuales.
También hay que decir, que un cambio fuera del gusto habitual a veces es necesario, pues a menudo cristalizamos malos hábitos o aspectos relacionados con endurecimiento de la sensibilidad. Es similar a quien se adapta a escuchar el sonido muy alto, al humo de salas cargadas, al exceso de sal o en el caso que nos ocupa a ciertos colores que influyen negativamente. Pueden empezarse con pequeños cambios que dan cabida a otros mayores.
Es posible que si usted sugiere pintar toda la casa de nuevo, alguien de la familia se ponga en guardia, pero si empieza por algo más pequeño se acoja la propuesta. También es posible introducir el color a través de cambios menores en la decoración como colchas de cama, cortinas, una lámina o pintura, etc. Si los cambios tienen éxito darán pie a tratar otras áreas por la necesaria integración.
Elsy Mata Marcano
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