07 octubre, 2007

De las ideologías y del origen de la explotación del trabajo ajeno

La ideología se puede definir como un sistema de ideas y conceptos que caracterizan a una persona, a un grupo, a una doctrina y hasta una época. Pero hay de ideologías a ideologías: cuando esas ideas o "conceptos" se basan en la propaganda de los medios propiedad de los privilegiados como fuente de una verdad que no permite cuestionamientos ni dudas, entonces esa "ideología" no pasa de ser un mito, un dogma, o una religión.

Pero no se puede menospreciar esta clase de "mitos" que pasan como verdad en situaciones históricas que a veces son muy largas, como cuando dominaban los dogmas de la Iglesia Católica en la Edad Media y ni la Biblia misma dejaban leer. Hay otra ideología, sin embargo, que se basa en conceptos que no se basan en supercherías o en propaganda de los poderosos para dominar a los oprimidos, sino en verdades nacidas del proceso racional, usando métodos científicos que tienen a la "duda" como regla constante y perpetua. Esa ideología basada en la búsqueda objetiva y no en los deseos subjetivos, es mucho más difícil de adquirir que aquella que usan con el objetivo de engañar y confundir pues, para ello, hay que dejar a un lado la pereza mental y cuestionarnos e investigar todo, nosotros mismos.

Según los apologistas burgueses, por ejemplo, la diferencia entre ricos y pobres siempre ha existido, y lo dicen como si fuera una verdad que se demuestra por sí misma y debemos aceptar a rajatabla, pero la verdad es que apenas unos 12 mil años atrás, más o menos, el hombre no tenía herramientas ni conocimientos de agricultura. La productividad era sumamente baja porque el hombre "no producía", sino que "sólo recogía" comida que le ofreciera la naturaleza, incluso animales muertos que no podía cazar pues ni el hacha o cuchillo de piedra habían aparecido, y mucho menos el arco y la flecha o la simple lanza.

En esas circunstancias, si aparecía algún conflicto entre grupos por lugares con comida u otras razones, los vencedores no tomaban prisioneros de guerra, sino que los mataban a todos o integraban a algunos vencidos en su tribu, pero no como esclavos, sino como miembros de la tribu. ¿Por qué era así? Por la sencilla razón de que no podían aprovechar el trabajo esclavo, no podían apropiarse ningún excedente que estuviera por encima de las necesidades básicas porque, sencillamente, NO había excedente por no tener herramientas ni conocimientos agrícolas.

Sólo cuando a través de la experiencia diaria, se empezó a descubrir y usar ciertas herramientas, que al principio fueron de piedra, cuando se empezó a notar la germinación de semillas y con ello la agricultura, se empezó a hacer guerras para tomar prisioneros y ponerlos a trabajar, obligados, para que produjeran sus sustento diario (salario) más un excedente que era usado por los nuevos dueños de herramientas y tierras.

Hay que notar que, antes de eso, no había división de clases sociales porque era imposible sustraer trabajo excedente dado la poca productividad, y sólo cuando esta productividad aumenta, la explotación del trabajo ajeno se hace posible, aparecen las clases sociales y la sociedad se divide.

La necesidad de mantener a los esclavos como esclavos, aunada al deseo de tomar más prisioneros de guerra, hace aparecer una organización represiva nunca vista antes en la historia humana. Esta organización es lo que llamamos "Estado" y lo que dijimos anteriormente es lo que provocó su aparición. En los días en que no existía el Estado, la experiencia de la vida diaria había dado una tradición, hábitos y normas que se observaban para poder vivir como grupo. La solución a los problemas no se imponía violenta o coercitivamente, sino que, en su mayor parte, se discutían y se tomaban acuerdos democráticos. Claro, a veces había que castigar, pero esta determinación era tomada entre todos y no existía un órgano especial, permanente de represión, o cárceles, como ahora existen en el mundo "civilizado".

Sin embargo, esta situación termina al desaparecer aquella antigua sociedad sin clases, aquel "comunismo primitivo"... que es como lo llaman los historiadores: Aparece el Estado, el órgano de represión de los beneficiados con el trabajo ajeno. Nacen imperios enormes basados en la esclavitud y en la guerra permanente por obtener esclavos. También sucede que el ocio de los esclavistas, y la necesidad de dividir la tierra, hacer construcciones y comprender los ciclos agrícolas, hacen avanzar a las matemáticas, la astronomía e incluso aparece el arte y la escritura que antes no había existido. El hombre avanza, pues, a pesar de que pierde humanidad, de que pierde moral.

El esclavismo, sin embargo, empezó a conocer sus límites de productividad: El esclavo no tenía ninguna motivación y, por tanto, ninguna inventiva y no contribuía a desarrollar el proceso de producción.

Pero, pronto aparece un modo de producción nuevo: al esclavo lo vuelven dueño de un pedazo de tierra del señor feudal, pero a cambio, tiene que dar parte de su cosecha, primero en especie y después en dinero; también sucedía que lo dejaban trabajar sólo un día o dos en "su" tierra y otros 6 o 5 días en la tierra del señor. Tampoco es libre de irse a su antojo, sino que está sujeto a la tierra, a la "gleba." Esa parte que tiene que dar el sirviente feudal, es equivalente al trabajo excedente que le arrancan al esclavo antiguo o al obrero moderno. Pero, de cualquier manera, aumenta la productividad pues ahora el campesino está motivado para que, la parte que le toca a él de la cosecha, sea más grande que antes. Así que se desarrollan los instrumentos de labranza y la técnica de la agricultura, la ganadería y las artesanías.

En el capitalismo, el trabajador industrial pierde por completo su dominio sobre el proceso del trabajo, la máquina-herramienta le impone un ritmo que está por encima de su voluntad, su trabajo se simplifica al máximo, al grado que el ser humano no se desarrolla como ser humano, sino que se atrofia y se convierte en un miembro de la maquinaria. Asimismo, al igual que antes, el obrero está privado de propiedad y la famosa "propiedad privada", sólo existe para una minoría. Domina en este capitalismo la relación asalariado-patrón y el sistema salarial no es otra cosa que un esclavismo más sutil.

El obrero, o el campesino asalariado, no trabajan para ellos, sino para el beneficio de los dueños y encuentran trabajo, sólo en la medida en que su trabajo pueda acrecentar el capital de los dueños. Esos asalariados son libres de cambiar de patrón, pero no son libres respecto de la clase dueña de los medios, pues al no poseer "propiedad privada" que les permita trabajar en provecho propio, forzosamente tienen que trabajar en beneficio de los que sí la tienen, en beneficio de la clase propietaria.

Claro que el capitalismo de hoy, lleno de regulaciones, normas y leyes sobre la producción, no es el mismo que el del siglo XIX, cuando imperaba aquel capitalismo sin freno que se fue al bote de la basura de la historia:

Resulta que la producción capitalista no pudo crear su propia demanda y eso provocó que la producción no se pudiera vender completamente, dando lugar a las crisis periódicas de superproducción. Fue en la crisis que empezó en 1929, cuando el capitalismo estuvo a punto de desaparecer y hubo que ponerle reformas de tipo socialista (concesiones de la clase poseedora) para crear demanda artificialmente. Así se dio el seguro de desempleo, las pensiones, la prohibición del trabajo infantil, etc.

Pero hoy las masas toman conciencia de que es posible lograr una organización democrática del trabajo, de dejar atrás la relación patrón-asalariado y acabar con la base del sojuzgamiento, dominio y opresión a que da lugar esa relación capitalista.

Es irónico, pero se puede observar que la falta de productividad provocó la desaparición del comunismo primitivo de antes de la agricultura y en los primeros tiempos del surgimiento de la agricultura y la ganadería, e hizo surgir a la sociedad dividida en clases; ahora, en cambio, el increíble nivel que ha alcanzado la productividad no ha beneficiado, sin embargo, a las mayorías, y entonces surge la necesidad política y económica de que ese beneficio alcance a las masas, junto a la necesidad de alcanzar la democracia acabando con la relación que permite sojuzgar a las masas y explotarlas... la relación patrón-asalariado, o propietario-desposeído. Ahora las necesidades del desarrollo económico y político, exigen la conversión de los asalariados en socios. Exige, también, la transformación de la plutocracia en democracia participativa, donde el pueblo sea el que tenga todo el poder político y donde la producción sea para los que la producen y no para los que "trabajan" haciendo que los demás trabajen en beneficio de ellos.

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