Pronunciamiento de La Otra Campaña en el estado de Veracruz
A LAS AUTORIDADES DE GOBIERNO ESTATAL Y FEDERAL
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LA OPINIÓN PÚBLICA
La injusticia e impunidad imperan en el caso de la señora Ernestina Ascensión Rosario, quien, según distintas investigaciones fue violada y asesinada por elementos del Ejército Mexicano en el municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, ubicado en la sierra de Zongolica, el 7 de febrero de 2007. Por ello, diversos ciudadanos y organizaciones adherentes a La Otra Campaña en el estado, denunciamos estos hechos y rechazamos las conclusiones de las instituciones oficiales, incluyendo la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Una vez más hemos constatado cómo la justicia es ultrajada junto con el pueblo, para protección de quienes se encuentran en el poder.
Condenamos la actitud cobarde y mezquina del gobernador del estado Fidel Herrera Beltrán, así como de los demás funcionarios que finalmente avalaron el juicio del "presidente" de la república Felipe Calderón, quien afirma que la señora Ernestina, indígena de 73 años, murió de muerte natural, no obstante que diversas indagaciones encontraron una violación y un asesinato donde hubo fractura de cráneo y costillas, así como rompimientos en el ano y la vagina. Asimismo, no obstante que el gobierno hizo perdidizas las muestras de semen, en otras investigaciones se asegura la existencia de una hormona masculina que comprueba dicha violación. Más aún, según la prensa, en la clínica donde se atendía doña Ernestina fue extraído su expediente, pero el personal afirma que ella no tenía antecedentes de gastritis y parasitosis, enfermedades que se le achacan como causa de su muerte.
Sin embargo, ahora resulta que todos los implicados en el gobierno, y la CNDH, que es un organismo supuestamente autónomo para defender los derechos humanos de la población civil ante los abusos de las autoridades, cambian su veredicto para solapar al primer responsable de las fuerzas armadas, el "presidente" Felipe Calderón Hinojosa, a quien nosotros responsabilizamos indirectamente de estos crímenes. De esta manera, observamos de nueva cuenta cómo el poder se agrupa y solapa sin distinciones partidistas a los represores, con el objetivo común de resguardar sus propios intereses, pasando por encima de la justicia y de la dignidad humana.
En efecto, esta denuncia pública incluye a ese otro cobarde, el señor José Luis Soberanes, quien en la conducción de la CNDH se arrodilló también ante el "presidente", seguramente con la justificación de salvaguardar las instituciones y la figura presidencial, esas que son fuente de todo tipo de atrocidades. Ahora dicen que doña Ernestina no fue violada, que no fue asesinada, que no intervino el ejército y que murió de gastritis, desacreditando el testimonio de la misma anciana antes de fallecer... por ser indígena, por ser pobre, por ser mujer, porque ya está muerta. "Sólo falta que digan que también se suicidó", como falsamente dijeron de Digna Ochoa.
Esto es una burla para el entendimiento de los mexicanos. ¿En verdad creen que el pueblo va a tragarse tanta mentira? ¿Cuánto dinero ofertó el gobierno federal para cambiar los veredictos?, ¿por cuánto se vendieron los funcionarios?, ¿cuántas amenazas e intimidaciones hicieron falta?, ¿cómo hicieron para callar la indignación de los familiares, de la comunidad? Esa ha sido la "justicia" del gobierno mexicano, donde todo puede arreglarse con dinero. ¿Qué credibilidad le queda al poder judicial?, ¿qué credibilidad le queda al gobierno todo y sus instituciones? Denunciamos que los familiares de doña Ernestina hayan sido prácticamente secuestrados por el gobierno de Veracruz para impedir que se manifiesten ante los medios de comunicación y para que prescriba el tiempo de inconformarse legalmente. Una vez más vemos como se cierran las puertas a la justicia y la paz.
El Ejército mexicano reconoció los delitos en varias investigaciones, y hubiera sido realmente digno de esa institución castigar a los culpables que en lugar de honrarla, nuevamente la denigran, pues no es la primera vez que esto sucede; se trata de una práctica habitual del Ejército Mexicano dondequiera que se instala: violando mujeres, generando prostitución, acabando con los recursos naturales, intimidando a la población, cerrando caminos, entrenando grupos paramilitares, matando mexicanos... ¡ésta no es una institución al servicio del pueblo como la Constitución lo indica y actuando así no está al resguardo del país!
Como adherentes de La Otra Campaña, no podemos pasar por alto la violación que realizó el Ejército Mexicano en la persona de Ernestina Ascensión Rosario porque es una ofensa para el pueblo pobre y oprimido de México. Por ello, esta denuncia no sólo escupe en la cara al "presidente" de la república Felipe Calderón, al "gobernador" Fidel Herrera Beltrán y a José Luis Soberanes, cómplices, sino que anuncia que estos hechos, así como los de San Salvador Atenco, Oaxaca, Coahuila, Michoacán y muchos otros, no quedarán sin castigo.
¡Abajo y a la izquierda!
¡Por una nueva forma de hacer política!
¡Libertad, justicia, democracia!
Mayo de 2007.
Por La Otra Campaña en el estado de Veracruz:
"La "Otra Huasteca-Totonacapan".
"Zapateando, Equipo de Comunicación Alternativa", de Teocelo y Jalapa, Ver.
"Red Unidos por los Derechos Humanos", en el norte de Veracruz.
"Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos (LIMEDDH-Ixuatlán).
Partido de los Comunistas.
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LA OPINIÓN PÚBLICA
La injusticia e impunidad imperan en el caso de la señora Ernestina Ascensión Rosario, quien, según distintas investigaciones fue violada y asesinada por elementos del Ejército Mexicano en el municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, ubicado en la sierra de Zongolica, el 7 de febrero de 2007. Por ello, diversos ciudadanos y organizaciones adherentes a La Otra Campaña en el estado, denunciamos estos hechos y rechazamos las conclusiones de las instituciones oficiales, incluyendo la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Una vez más hemos constatado cómo la justicia es ultrajada junto con el pueblo, para protección de quienes se encuentran en el poder.
Condenamos la actitud cobarde y mezquina del gobernador del estado Fidel Herrera Beltrán, así como de los demás funcionarios que finalmente avalaron el juicio del "presidente" de la república Felipe Calderón, quien afirma que la señora Ernestina, indígena de 73 años, murió de muerte natural, no obstante que diversas indagaciones encontraron una violación y un asesinato donde hubo fractura de cráneo y costillas, así como rompimientos en el ano y la vagina. Asimismo, no obstante que el gobierno hizo perdidizas las muestras de semen, en otras investigaciones se asegura la existencia de una hormona masculina que comprueba dicha violación. Más aún, según la prensa, en la clínica donde se atendía doña Ernestina fue extraído su expediente, pero el personal afirma que ella no tenía antecedentes de gastritis y parasitosis, enfermedades que se le achacan como causa de su muerte.
Sin embargo, ahora resulta que todos los implicados en el gobierno, y la CNDH, que es un organismo supuestamente autónomo para defender los derechos humanos de la población civil ante los abusos de las autoridades, cambian su veredicto para solapar al primer responsable de las fuerzas armadas, el "presidente" Felipe Calderón Hinojosa, a quien nosotros responsabilizamos indirectamente de estos crímenes. De esta manera, observamos de nueva cuenta cómo el poder se agrupa y solapa sin distinciones partidistas a los represores, con el objetivo común de resguardar sus propios intereses, pasando por encima de la justicia y de la dignidad humana.
En efecto, esta denuncia pública incluye a ese otro cobarde, el señor José Luis Soberanes, quien en la conducción de la CNDH se arrodilló también ante el "presidente", seguramente con la justificación de salvaguardar las instituciones y la figura presidencial, esas que son fuente de todo tipo de atrocidades. Ahora dicen que doña Ernestina no fue violada, que no fue asesinada, que no intervino el ejército y que murió de gastritis, desacreditando el testimonio de la misma anciana antes de fallecer... por ser indígena, por ser pobre, por ser mujer, porque ya está muerta. "Sólo falta que digan que también se suicidó", como falsamente dijeron de Digna Ochoa.
Esto es una burla para el entendimiento de los mexicanos. ¿En verdad creen que el pueblo va a tragarse tanta mentira? ¿Cuánto dinero ofertó el gobierno federal para cambiar los veredictos?, ¿por cuánto se vendieron los funcionarios?, ¿cuántas amenazas e intimidaciones hicieron falta?, ¿cómo hicieron para callar la indignación de los familiares, de la comunidad? Esa ha sido la "justicia" del gobierno mexicano, donde todo puede arreglarse con dinero. ¿Qué credibilidad le queda al poder judicial?, ¿qué credibilidad le queda al gobierno todo y sus instituciones? Denunciamos que los familiares de doña Ernestina hayan sido prácticamente secuestrados por el gobierno de Veracruz para impedir que se manifiesten ante los medios de comunicación y para que prescriba el tiempo de inconformarse legalmente. Una vez más vemos como se cierran las puertas a la justicia y la paz.
El Ejército mexicano reconoció los delitos en varias investigaciones, y hubiera sido realmente digno de esa institución castigar a los culpables que en lugar de honrarla, nuevamente la denigran, pues no es la primera vez que esto sucede; se trata de una práctica habitual del Ejército Mexicano dondequiera que se instala: violando mujeres, generando prostitución, acabando con los recursos naturales, intimidando a la población, cerrando caminos, entrenando grupos paramilitares, matando mexicanos... ¡ésta no es una institución al servicio del pueblo como la Constitución lo indica y actuando así no está al resguardo del país!
Como adherentes de La Otra Campaña, no podemos pasar por alto la violación que realizó el Ejército Mexicano en la persona de Ernestina Ascensión Rosario porque es una ofensa para el pueblo pobre y oprimido de México. Por ello, esta denuncia no sólo escupe en la cara al "presidente" de la república Felipe Calderón, al "gobernador" Fidel Herrera Beltrán y a José Luis Soberanes, cómplices, sino que anuncia que estos hechos, así como los de San Salvador Atenco, Oaxaca, Coahuila, Michoacán y muchos otros, no quedarán sin castigo.
¡Abajo y a la izquierda!
¡Por una nueva forma de hacer política!
¡Libertad, justicia, democracia!
Mayo de 2007.
Por La Otra Campaña en el estado de Veracruz:
"La "Otra Huasteca-Totonacapan".
"Zapateando, Equipo de Comunicación Alternativa", de Teocelo y Jalapa, Ver.
"Red Unidos por los Derechos Humanos", en el norte de Veracruz.
"Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos (LIMEDDH-Ixuatlán).
Partido de los Comunistas.
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