11 noviembre, 2006

Guerra en Oaxaca

La guerra de baja intensidad que inició Diódoro Carrasco Altamirano contra los indígenas zapotecos de la región Loxicha, hace 10 años, asoma su rostro de terror y muerte en todo el estado, pero en Loxicha se vive una guerra sorda, lejos de los reflectores y quienes se consideran el mundo civilizado, la sociedad del siglo 21.

Su última expresión fue el asesinato del compañero Alejandro LÓPEZ LÓPEZ a manos de los mismos paramilitares que hace 2 años asesinaron, al también compañero, Lino ANTONIO ALMARAZ; Lino, estorbaba a quienes deseaban llegar a la presidencia del municipio de San Agustín Loxicha; Alejandro, es la confirmación de que pueden operar con absoluta impunidad, la impunidad que amparada por el poder caciquil, son en Oaxaca la comparsa del priismo neopanista que mueve los hilos de quienes, faltos de toda ética, tiran la piedra y esconden la mano, hacen trabajo de contrainsurgencia y dicen trabajar en pos de la unidad y defender las causas populares.

Alejandro es el último eslabón de una larga cadena de ejecuciones extrajudiciales que ha dejado a más de 80 familias enlutadas a lo largo de estos 10 años de represión y muerte a una de las culturas más significativa en nuestro país, etnia para la que a punta de bayoneta, cárcel, tortura y muerte se ha intentado borrar de la faz de la tierra.

Región que alcanza los más altos índices de marginación y pobreza y dónde el tan cacareado estado de derecho, las tan llevadas y traídas instituciones han cumplido con la encomienda de callar todo intento organizativo, de encarcelar, desaparecer y asesinar a quienes en su sangre llevan el germen del anhelo libertario y transformador, a quienes en sus épocas de gloria nos legaron las más ricas tradiciones y enseñanzas, quienes en sus magníficas construcciones plasmaron su huella indeleble que permanecerá por siglos; hoy la tumba, la cárcel el destierro vagabundo, la migración o desplazamiento forzado en busca de la sobrevivencia parece ser su destino, destino que para el hombre blanco, para los neocolonizadores los reduce a menos de fieras salvajes, pues no puede explicarse de otro modo que después de más de 24 horas de su ejecución, el cuerpo de Alejandro LÓPEZ LÓPEZ haya permanecido a la orilla del camino, sin que las autoridades correspondientes cumplieran con las diligencias que permitieran a su familia velar el cuerpo inerme, de quien deja en la orfandad a la compañera Crispina LOPEZ JUÁREZ y sus 5 hijos.

Deja truncada la lucha por la libertad de sus 2 tíos encarcelados injustamente, como injustamente hemos sido encarcelados más de 200 indígenas zapotecos en estos 10 años; la persecución de una escurridiza justicia que castigue no sólo a quienes torturaron y encarcelaron a su propio padre, sino que cancelara las fabricadas órdenes de aprehensión en contra de él y un cada día creciente número de indígenas, paisanos suyos; por una ley de amnistía no sólo para presos y perseguidos políticos y de conciencia en nuestro Estado, sino a lo largo y ancho de nuestro país; sus anhelos de ver a sus hijos crecer y multiplicarse, ver en ellos multiplicados sus deseos de una patria socialista, de un socialismo entendido para él como la sana convivencia de la colectividad en sus comunidades indígenas, la armonía entre el hombre y la naturaleza.

Pensaba su participación en la construcción de la Asamblea Popular de los Pueblos de Loxicha como el referente aglutinador de los distintos esfuerzos comunitarios por arrancar a sus comunidades de la miseria y el abandono, por encontrar en la unidad desde los más pequeños núcleos comunitarios la proyección de la exigencia milenaria a una vida digna, a una verdadera igualdad de los seres humanos; su asesinato confirma que la lucha por la transformación de la sociedad pasa también por las comunidades indígenas y que este movimiento no es como lo pregonan los personeros del poder: un movimiento que se circunscribe al centro de la Ciudad. Buscamos, sobre todo, la transformación profunda de nuestras desigualdades.

Cuando la voluntad popular es burlada una vez más, cuando por encima de los intereses de la colectividad se imponen los intereses personales, de partidos o de grupos, cuando los acuerdos cupulares prevalecen por encima de los derechos de los mexicanos, cuando los 15 minutos de Fox llegan a su fin y se nos impone mediante el fraude y el autoritarismo a un operador de la ultraderecha y el Fondo Monetario Internacional: la igualdad, la paz, la fraternidad, la justicia y la libertad son palabras sin sentido para quienes acostumbrados a la explotación, suponen en la existencia de toda oposición a sus planes neocolonizadores, el enemigo a vencer para adueñarse de las riquezas y mano de obra barata en un mundo globalizado, son los pueblos originarios.

Donde acabar con la pobreza para ellos significa acabar con los pobres, donde los pueblos originarios son sólo el folklore para el gran turismo.

En un país donde se dejan pudrir los conflictos o la suma de nuestros muertos es sólo una cifra sin importancia para quienes no piensan en el hombre sino en la economía, para quienes rescatan banqueros, exoneran a políticos y encarcelan a la inerme población, donde las justas demandas de la población no son escuchadas, ni por los falsos políticos, ni por los jerarcas católicos.

Nos reconocemos como parte fundamental de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y le recordamos al licenciado Abascal que nuestros 12 presos del Fuero Federal no pueden ser la herencia de este sexenio que termina, que los 12 indígenas presos por delitos del fuero común también esperan justicia y libertad y que junto con la libertad de los presos de las otras organizaciones sociales, de los perseguidos de esta etapa y anteriores, sería la muestra de su voluntad para resolver un conflicto no generado por nosotros sino por quienes faltos de oficio político y sensibilidad humana han hecho del fascismo una particular forma de gobernar.

Los presos indígenas sentenciados por delitos del fuero federal que no cometieron, encarcelados desde hace 10 años: Fortino ENRÍQUEZ HERNÁNDEZ, Ricardo MARTÍNEZ ENRÍQUEZ, Urbano RUIZ CRUZ, Justino HERNÁNDEZ JOSÉ, Cirilo AMBROSIO ANTONIO, Agustín LUNA VALENCIA, Abraham GARCÍA RAMÍREZ, Estanislao MARTÍNEZ SANTIAGO, Mario AMBROSIO MARTÍNEZ, Álvaro SEBASTÍAN RAMIREZ, Zacarías Pascual GARCÍA LÓPEZ, Eleuterio HERNÁNDEZ GARCÍA.

Los compañeros procesados con expedientes fabricados principalmente en esta administración ulisista: Isabel ALMARAZ MATÍAS, Epigmeneo LÓPEZ MENDOZA, Cástulo LÓPEZ MENDOZA, Tomás LÓPEZ ALMARAZ, Felipe RUIZ CRUZ, Nereo ALONZO VALENCIA, Jonás ALONZO SANTIAGO, Fernando SANTIAGO ENRÍQUEZ, Bernardo HERNÁNDEZ SANTIAGO, Jesús ángel CRUZ SANTIAGO, Gonzalo LÓPEZ CORTÉS, Pedro CASTILLO ARAGÓN,

Y nuestros compañeros asesinados Alejandro LÓPEZ LÓPEZ, Lino ANTONIO ALMARAZ, Leoncio LUNA ANTONIO y tantos más exigen ¡JUSTICIA Y LIBERTAD! ¡ALTO A LA REPRESIÓN! ¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS Y DE CONCIENCIA DEL PAÍS! ¡CASTIGO A LOS RESPONSABLES MATERIALES E INTELECTUALES DE LA MUERTE DE NUESTROS HERMANOS! ¡CÁRCEL PARA DIÓDORO CARRASCO ALTAMIRANO, JOSÉ MURAT CASAB Y ULISES RUIZ ORTIZ!

Por una Ley de Amnistía Federal

Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos/Frente Nacional de Lucha por el Socialismo

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