02 marzo, 2007

Atención a la Salud Organizada desde Abajo

La Experiencia Zapatista

Los Recursos y la Educación Son Todavía Las Principales Luchas para Mejorar la Salud en las Comunidades Zapatistas
Por Ginna Villarreal

11 de enero de 2007 http://www.narconews.com/Issue44/articulo2502.html
En su comunicado del 24 de Diciembre, el Comandante Moisés del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) invitó gente de todo el mundo al primer “Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo”. Dijo: “Sólo estamos tratando de mostrar lo que estamos construyendo, con muchas dificultades, pero también con muchos deseos de construir otro mundo, en el cual aquellos que manden, manden obedeciendo.”
Estas reuniones – sostenidas en Oventic, Chiapas, del 30 de Diciembre a Enero 2 – marcaron el primer intercambio formal de experiencias entre los cinco concejos de buen gobierno de las comunidades Zapatistas y sus visitantes desde los alrededores del mundo. Llegaron más de 2000 personas de 48 diferentes países, de acuerdo a la cuenta oficial de registro. Los Zapatistas fueron anfitriones de seis sesiones coordinadas para dialogar acerca de la autonomía y auto-gobierno, asuntos femeninos, educación, tierra y territorialidad, arte y comunicación alternativa, y por supuesto de salud.
La Atención a la Salud en las comunidades indígenas de Chiapas ha sido durante mucho tiempo despreciada por el gobierno Mexicano. La escasez de abastecimientos médicos y de transportación, la pérdida del conocimiento médico tradicional, las barreras a la educación sexual y los problemas de la dependencia en el apoyo extranjero fueron algunos de los temas tratados por los cinco concejos participantes de las “Juntas de Buen Gobierno” y los delegados visitantes a la sesión de Diciembre 31 sobre la salud. Por tanto, las comunidades Zapatistas han organizado su propia red de atención a la salud, han convocado apoyos y recursos de otras organizaciones en solidaridad de todo México y del Mundo.
Celia, una coordinadora de salud de la zona norteña de Oventic, dio a conocer cómo los recursos del exterior han fomentado los proyectos autónomos de atención a la salud. El hospital de Guadalupe in Oventic, construido en 1991 por las comunidades Zapatistas locales, con apoyo de donantes extranjeros, es el orgullo de las comunidades locales. Este hospital, que funciona sin apoyos del gobierno, proporciona servicio a todos aquellos que sufren discriminación en las instituciones estatales. Karina, una integrante de la Junta de Buen Gobierno y representante en el área de Salud del Caracol 1 en La Realidad, también dio a conocer la inversión internacional en el sistema de salud.
Hacia la Continua Solidaridad
El sistema de atención a la salud de los Zapatistas ha sido ampliamente reconocido nacional e internacionalmente por haber propiciado tratamientos y medicinas para hombres, mujeres, niños y ancianos indígenas rurales, más de lo que nunca ha hecho el gobierno y el sector privado. Por medio del entrenamiento de “promotores de salud” reclutados de las comunidades, el esfuerzo también ha destacado en medicina preventiva, educación para la salud y en la preservación de la herbolaria y otras formas tradicionales de medicina. La Solidaridad Internacional ha permitido que las comunidades construyan clínicas y que adquieran equipo y ambulancias. Pero la falta de seguimiento por parte de algunas organizaciones de solidaridad ha causado que se estanquen o se suspendan proyectos importantes después de haber empezado.
Por ejemplo, durante una reciente visita de su corresponsal a una comunidad Zapatista en la región de las cañadas, un promotor local de salud los alertó contra el desarrollo de una dependencia hacia los apoyos extranjeros. Hablando con El Otro Periodismo, el promotor de Atención a la Salud hizo notar que las facilidades modernas requieren inversiones continuas a fin de que puedan operar. El asunto va más allá de las infusiones de fondos ocasionales y únicas. Este es el caso en una pequeña clínica en las Cañadas de Ocosingo. Una placa conmemorando a los donantes de apoyos cuelga en la pared de la clínica de una sola habitación con pintura deslavada; la farmacia quedó vacía. Esta comunidad, al igual que otras en esta cañada, no pueden operar satisfactoriamente tales clínicas, sin electricidad para hacer funcionar la refrigeración para vacunas volátiles. Este es un problema que las organizaciones de apoyos extranjeros no pueden resolver por ellas mismas.
Las tres ambulancias que se estacionan junto a la clínica de Guadalupe son recordatorios de la disparidad interna de las comunidades Zapatistas. Aunque las ambulancias se alinean en Oventic, con mucha frecuencia son incapaces de alcanzar áreas alejadas. Este problema fue ilustrado gráficamente durante mi estancia en la comunidad antes mencionada. Ya tarde en la noche una mujer con siete meses de embarazo llegó a la comunidad para esperar transporte hacia el hospital autónomo en el Caracol de La Garrucha para recibir atención médica para los dolores abdominales que estaba sufriendo. Sin embargo, la única ambulancia para las cuatro municipalidades situadas a 5 horas de distancia en La Garrucha jamás llegó. En este caso, finalmente fue el conocimiento curativo del promotor local de salud, empleando un remedio natural contra el dolor, lo cual permitió que la paciente regresara a su hogar al día siguiente. Karina le recordó a la audiencia la crítica falta de transportación médica en muchos de los municipios. “Nosotros teníamos que cargar nuestra enfermedad durante varios días; no podían recibir atención médica. Por eso muchos de nuestros abuelos murieron, tratando de llagar hacia un doctor en las ciudades alejadas de nuestras comunidades. Esta experiencia nos adiestró para enseñarnos a nosotros mismos y a organizarnos por nosotros mismos”.
Es exactamente ese conocimiento tradicional lo que es tan importante para las comunidades. En su discurso a los pueblos del mundo reunidos en el Foro de 4 días sostenido en Oventic, Roel, del Caracol (cabecera municipal) situada en La Realidad, promueve los conocimientos médicos tradicionales como un medio para que las comunidades indígenas recobren el control sobre la Atención a la Salud. Él nos recordó que la gran sabiduría no se aprende en las escuelas o en los libros, sino que “es la herencia que nos dejaron nuestros abuelos y abuelas”…” La recuperación de tales conocimientos es un aspecto central de la creciente agenda de la Otra Salud. El uso de plantas y prácticas tradicionales evita desarrollar una cultura de dependencia con las clínicas estatales o privadas que discriminan y marginan a las más pobres comunidades indígenas”.
En un momento de solidaridad con los pueblos indígenas de Chiapas, Kamahus, una vocera de las Primeras Naciones de Canadá, narró su propia historia de lucha por mantener métodos tradicionales de curación, y específicamente su experiencia con antiguas prácticas de parto. Con sus propias palabras: “el genocidio de la conquista de América del Norte nos relata una historia similar de la pérdida del conocimiento de nuestra abuela, en el área de las parteras. Generaciones de ausencias de parteras tradicionales la dejaron sola, sin alguien que pudiera acompañarla mientras ella daba a luz a sus propios hijos, cerca de un arroyo limpio en las montañas.” La historia que contó resonó en la experiencia de las mujeres indígenas de Chiapas.
Diálogo y Participación, Esenciales para la Salud
Representantes de las cinco regiones Zapatistas recalcaron la importancia de mantener un discurso continuo y abierto sobre temas complejos y sensibles como la salud sexual. La educación para la Salud, en particular para la salud sexual, fue un tema de gran interés entre muchos de los participantes nacionales e internacionales que estuvieron presentes. Las discusiones que ahí se dieron, entre indígenas ingeniosos y participantes no-indígenas, demostraron que las ideas (y no solo los apoyos financieros y la tecnología) fluyen desde dentro y fuera del territorio Zapatista, y tienen influencia sobre tales asuntos como la educación sexual y los derechos de las mujeres para el control de sus propios cuerpos.
Uno de los primeros dilemas del que se trató fue el aborto. La respuesta desde el panel de los voceros Zapatistas fue claramente reservada. De acuerdo a un representante Zapatista en esa ronda, la práctica del aborto no es ni apoyada ni condenada en el territorio Zapatista, pero se da en forma creciente dentro de situaciones que se pueden evadir mejor por medio de medidas preventivas y más educación. “Las Mujeres no practican [el aborto], ni siquiera lo buscan. Más aún, es más un asunto dependiente de las circunstancias que resulta en abortos espontáneos”. Tal declaración parece dejar muy poco clara la política oficial Zapatista con respecto al aborto.
(La Ley de las Mujeres Zapatistas, hecha pública en 1994, establece: “Las Mujeres tienen el derecho de decidir el número de hijos que tendrán y cuidarán,” pero no menciona explícitamente el derecho al aborto). Quizá la respuesta fue de alguna manera debida a un malentendido de la cuestión, o quizá la respuesta fue un esfuerzo diplomático para evitar disturbios en una relación de poder y géneros. Los sentimientos expresados en el transcurso del panel presentan una plataforma progresiva para asuntos de salud; sin embargo es claro que algunos de los principales avances con respecto a la salud de las mujeres permanecen establecidos por un sistema de patriarcado que queda como herencia por la Conquista Española. Muchos conferencistas estuvieron de acuerdo en que la educación y la participación de las mujeres en este asunto son esenciales para la salud en general de la comunidad.
Desde su celda en el penal de Santiaguito, el Dr. Guillermo Selvas Pineda, arrestado el pasado Mayo en el pueblo de Atenco, en el centro de México, mientras buscaba una ambulancia para el estudiante herido Alexis Benhumea (1984-2006), envió un mensaje manuscrito de buena voluntad para el creciente interés en torno a la salud. Como uno de los primeros médicos que trabajan con los insurgentes en las montañas, él conoce el sufrimiento que han experimentado las comunidades Zapatistas. Él invitó a otros médicos a que se unieran al creciente número de personas del exterior e interior de la región que están trabajando para construir un servicio autónomo de salud, una de las metas políticas claves del movimiento de los Zapatistas.

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