«Exigimos que las autoridades de los gobiernos Federal, Estatal, y Municipal de México reconozcan los derechos sobre la tierra, el territorio y la cultura que tienen los hermanos nahuas del Pueblo de Ostula así como el respeto a sus derechos ancestrales y así evitar mayores conflictos, muertes, desapariciones y agresiones en contra de este pueblo».
Esta declaración del Congreso Nacional Indígena, CNI, surgió ante el acoso a los comuneros de Ostula para despojarlos de su tierra que ha cobrado la víctima número 29 de la lucha de los comuneros nahuas de Ostula, Michoacán, por recuperar su territorio. Los pistoleros ligados a los pequeños propietarios que les disputan la tierra asesinaron a Crisóforo Sánchez Reyes después de golpearlo, el 28 de diciembre pasado en el campo de futbol de La Ticla, encargatura de Santa María Ostula.
Antes, el 24 de diciembre, los matones habían entrado «vestidos como marinos a Xayakalan, golpearon a trabajadores de la carretera (en construcción en la zona) y a comuneros, saquearon y quemaron las casas de
Trinidad de la Cruz –don Trino– y Pedro Leyva (dirigentes comunales asesinados también)».
Sánchez Reyes era dirigente de los parceleros de la zona de riego que los comuneros tienen en La Ticla y en Ixtapilla, donde siembran principalmente papaya.
Así lo informaron integrantes de la comunidad de Ostula, que pidieron reserva de su nombre por seguridad, señalando que dichos sucesos se dan en el contexto de que las autoridades federales y estatales incumplieron los compromisos de las medidas cautelares que otorgó, el 25 de septiembre de 2010, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a la comunidad de Santa María Ostula.
Entre esos compromisos está el de que elementos de la Marina y de la policía estatal iban a realizar rondines permanentes para garantizar la seguridad en
Xayakalan, aunque sin instalar una guarnición en la misma, así como en La Placita, El Faro, Aquila, Palma Sola y La Ticla, de donde provienen los grupos armados que hostigan a la población.
Después del asesinato de don Trino, se había acordado que un agente del Ministerio Público móvil iría a Xayakalan a tomar declaraciones a los testigos del crimen, y que la Procuraduría General de la República atrajera las averiguaciones de los asesinatos de comuneros, así como de la investigación del paradero de cuatro comuneros desaparecidos, todo lo cual se ha incumplido, aseveraron.
Entre los asesinos de Sánchez Reyes fueron reconocidos Timoteo Ramírez Cirino, Lázaro Alejo Domínguez, El Bulingas; Luis Castañeda, El Caracol, y otros dos sólo conocidos como El Milko y El Turbinas.
El Congreso Nacional Indígena (CNI) afirmó en un comunicado que se está realizando una guerra abierta y desigual contra los habitantes de Ostula, que sólo buscan vivir de manera digna y pacífica, pero que el gran capital trata de despojarlos de sus tierras para utilizarlas como una mercancía más.
Denunció que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no ha respondido con la prontitud y firmeza necesaria en estos casos, pese a que existen medidas cautelares de la CIDH y compromisos del Alto Comisionado de los Derechos Humanos en favor de los comuneros, demandando que la ONU, la OIT y la CIDH cumplan con su papel de resguardar la paz y seguridad de los comuneros.
Exigió respeto a la autonomía y autodeterminación de Ostula, así como que las autoridades de los tres niveles de gobierno reconozcan y respeten a la guardia comunal
Antes, el 24 de diciembre, los matones habían entrado «vestidos como marinos a Xayakalan, golpearon a trabajadores de la carretera (en construcción en la zona) y a comuneros, saquearon y quemaron las casas de
Trinidad de la Cruz –don Trino– y Pedro Leyva (dirigentes comunales asesinados también)».
Sánchez Reyes era dirigente de los parceleros de la zona de riego que los comuneros tienen en La Ticla y en Ixtapilla, donde siembran principalmente papaya.
Así lo informaron integrantes de la comunidad de Ostula, que pidieron reserva de su nombre por seguridad, señalando que dichos sucesos se dan en el contexto de que las autoridades federales y estatales incumplieron los compromisos de las medidas cautelares que otorgó, el 25 de septiembre de 2010, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a la comunidad de Santa María Ostula.
Entre esos compromisos está el de que elementos de la Marina y de la policía estatal iban a realizar rondines permanentes para garantizar la seguridad en
Xayakalan, aunque sin instalar una guarnición en la misma, así como en La Placita, El Faro, Aquila, Palma Sola y La Ticla, de donde provienen los grupos armados que hostigan a la población.
Después del asesinato de don Trino, se había acordado que un agente del Ministerio Público móvil iría a Xayakalan a tomar declaraciones a los testigos del crimen, y que la Procuraduría General de la República atrajera las averiguaciones de los asesinatos de comuneros, así como de la investigación del paradero de cuatro comuneros desaparecidos, todo lo cual se ha incumplido, aseveraron.
Entre los asesinos de Sánchez Reyes fueron reconocidos Timoteo Ramírez Cirino, Lázaro Alejo Domínguez, El Bulingas; Luis Castañeda, El Caracol, y otros dos sólo conocidos como El Milko y El Turbinas.
El Congreso Nacional Indígena (CNI) afirmó en un comunicado que se está realizando una guerra abierta y desigual contra los habitantes de Ostula, que sólo buscan vivir de manera digna y pacífica, pero que el gran capital trata de despojarlos de sus tierras para utilizarlas como una mercancía más.
Denunció que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no ha respondido con la prontitud y firmeza necesaria en estos casos, pese a que existen medidas cautelares de la CIDH y compromisos del Alto Comisionado de los Derechos Humanos en favor de los comuneros, demandando que la ONU, la OIT y la CIDH cumplan con su papel de resguardar la paz y seguridad de los comuneros.
Exigió respeto a la autonomía y autodeterminación de Ostula, así como que las autoridades de los tres niveles de gobierno reconozcan y respeten a la guardia comunal
Información tomada del "Zenzontle", publicación número 97
No hay comentarios.:
Publicar un comentario