“Diez Kolihues Crecerán”
“Si uno cae, diez Kolihues crecerán” Así termina su declaración, desde la cárcel la comunera mapuche Patricia Troncoso, condenada a diez años y un día por la Ley Antiterrorista , y que actualmente se encuentra a mas de 80 días en Huelga de Hambre, para romper el silencio impune que impera en Chile, sobre la situación de los presos políticos mapuche.
Y sus palabras recobran sentido, cuando un joven estudiante mapuche Matías Catrileo, es asesinado por la espalda, a manos de carabineros en la comuna de Vilcún en Temuco, en momentos que ejercían su legítimo derecho de recuperar las tierras ancestrales, usurpadas por los modernos conquistadores.
Matías Catrileo, junto a otros comuneros mapuche, llegaron hasta el fundo Santa Margarita, propiedad del terrateniente Jorge Luchsinger, en el marco de su lucha por la recuperación de tierras. El lugar, cuenta con el privilegio de tener un cuartel policial, instalado allí para proteger los intereses de Luchsinger, por supuesto con la venia del gobierno de nuestra “muy democrática presidenta, Michelle Bachelet”.
En tanto, los medios de comunicación oficiales, transmiten la noticia al mundo, afirmando que hubo “enfrentamientos”, como si las piedras perforaran los pulmones de quienes llevan chalecos antibalas, como si las piedras fueran escudos de hierro que detienen balas asesinas de carabineros. Me avergüenzo del periodismo chileno, que se presta para el juego mediático, para el terrorismo del lenguaje.
El gobierno de Chile, ha mantenido silencio, la presidenta de Chile ha dicho que no se pronunciará al respecto, y que la acción está en manos de la Justicia. Estas declaraciones no son nuevas, así actúa el Estado de Chile cuando se trata de los marginados, de los segregados, de quienes no forman parte del modelo económico exitoso, que se erige como ejemplo de una buena gestión en manos de quienes dicen que en este país, se respetan los derechos humanos.
Matías Catrileo, tenía 22 años, pero cuando este joven mapuche es asesinado, en forma cobarde, por la espalda, con balas de carabineros perforando su pulmón, no hay declaraciones rimbombantes, “que se está matando la patria” o frases para el bronce, por parte de las autoridades. Cuando Matías es asesinado, el caso se deja en manos de los tribunales, a cargo de Fiscales Militares, a la usanza de la Dictadura de Pinochet.
Una nueva Tiranesa ha impregnado su estilo en América Latina, Michelle Bachelet ha demostrado ser la nueva “dama de hierro” del continente, no cederá ante huelgas de hambres, no cederá ante las justas reivindicaciones del pueblo mapuche, serán siendo tratados como terroristas, se les practicaran torturas, se sitiará militarmente el sur de Chile, con carabineros haciendo “operaciones rastrillos”, invadiendo comunidades, maltratando niños, ancianos y mujeres, tras la irracional operación de secuestrar incluso, el cuerpo de un joven que ellos mismos asesinaron.
El cuerpo de Matías recorrió los cerros, cuidado por sus hermanos que exigían una autopsia, para determinar que las balas de carabineros terminaron con su vida, con sus sueños, con sus proyectos, pero la cultura mapuche nos enseña, que donde un Kolihue cae, diez crecerán.
La lucha del pueblo mapuche no ha terminado, así lo ha demostrado durante más de 500 años la resistencia de las comunidades mapuche. Así quedó de manifiesto con las protestas que se han producido en Santiago, con quienes denuncian el asesinato de Matías y han teñido de rojo las piletas del Palacio de La Moneda. Así se demuestra con la toma de carreteras en Temuco, con manifestaciones en Concepción, en el norte del país, con protestas en las poblaciones, en comunas y lugares aislados, que no aparecen en las noticias, que nadie reportea, porque no interesa mostrar esta cara de Chile, de los pobres que resisten y se alzan.
Matías Catrileo ha sido asesinado a manos del cabo segundo de carabineros, Walter Ramírez Espinoza, guardián de los intereses de empresarios y terratenientes, lo más probable es que una medalla sea puesta en su pecho, por servicios prestado al Estado chileno, y que Jorge Luchsinger, le dé algún tipo de recompensa por el celo demostrado en su trabajo.
Los asesinatos de Alex Lemún, Juan Collihuín y Matías Catrileo, serán las banderas que nutrirán las luchas del pueblo mapuche, la resistencia de los presos políticos en huelga de hambre, seguirán hablando de la fuerza que intenta romper cercos informativos.
El secretario de gobierno, Francisco Vidal, podrá seguir profiriendo sus amenazas, desde la tranquilidad de La Moneda, y podrá enarbolar que “existe el estado de derecho y que las instituciones funcionan”, podrá seguir defendiendo la ley antiterrorista que diseñó Pinochet para reprimir a los “enemigos de la patria”, pero no debe olvidar, que el pueblo mapuche estaba mucho antes que él naciera, reclamando sus derechos, y seguirá estando, seguirá naciendo Kolihues con los ojos de de Alex, con la sabiduría y el mapudungun del lonko Juan, con la fuerza de Matías.
*Weichafe: combatiente
Sandra Trafilaf
Minga Informativa de Movimientos Sociales
“Si uno cae, diez Kolihues crecerán” Así termina su declaración, desde la cárcel la comunera mapuche Patricia Troncoso, condenada a diez años y un día por la Ley Antiterrorista , y que actualmente se encuentra a mas de 80 días en Huelga de Hambre, para romper el silencio impune que impera en Chile, sobre la situación de los presos políticos mapuche.
Y sus palabras recobran sentido, cuando un joven estudiante mapuche Matías Catrileo, es asesinado por la espalda, a manos de carabineros en la comuna de Vilcún en Temuco, en momentos que ejercían su legítimo derecho de recuperar las tierras ancestrales, usurpadas por los modernos conquistadores.
Matías Catrileo, junto a otros comuneros mapuche, llegaron hasta el fundo Santa Margarita, propiedad del terrateniente Jorge Luchsinger, en el marco de su lucha por la recuperación de tierras. El lugar, cuenta con el privilegio de tener un cuartel policial, instalado allí para proteger los intereses de Luchsinger, por supuesto con la venia del gobierno de nuestra “muy democrática presidenta, Michelle Bachelet”.
En tanto, los medios de comunicación oficiales, transmiten la noticia al mundo, afirmando que hubo “enfrentamientos”, como si las piedras perforaran los pulmones de quienes llevan chalecos antibalas, como si las piedras fueran escudos de hierro que detienen balas asesinas de carabineros. Me avergüenzo del periodismo chileno, que se presta para el juego mediático, para el terrorismo del lenguaje.
El gobierno de Chile, ha mantenido silencio, la presidenta de Chile ha dicho que no se pronunciará al respecto, y que la acción está en manos de la Justicia. Estas declaraciones no son nuevas, así actúa el Estado de Chile cuando se trata de los marginados, de los segregados, de quienes no forman parte del modelo económico exitoso, que se erige como ejemplo de una buena gestión en manos de quienes dicen que en este país, se respetan los derechos humanos.
Matías Catrileo, tenía 22 años, pero cuando este joven mapuche es asesinado, en forma cobarde, por la espalda, con balas de carabineros perforando su pulmón, no hay declaraciones rimbombantes, “que se está matando la patria” o frases para el bronce, por parte de las autoridades. Cuando Matías es asesinado, el caso se deja en manos de los tribunales, a cargo de Fiscales Militares, a la usanza de la Dictadura de Pinochet.
Una nueva Tiranesa ha impregnado su estilo en América Latina, Michelle Bachelet ha demostrado ser la nueva “dama de hierro” del continente, no cederá ante huelgas de hambres, no cederá ante las justas reivindicaciones del pueblo mapuche, serán siendo tratados como terroristas, se les practicaran torturas, se sitiará militarmente el sur de Chile, con carabineros haciendo “operaciones rastrillos”, invadiendo comunidades, maltratando niños, ancianos y mujeres, tras la irracional operación de secuestrar incluso, el cuerpo de un joven que ellos mismos asesinaron.
El cuerpo de Matías recorrió los cerros, cuidado por sus hermanos que exigían una autopsia, para determinar que las balas de carabineros terminaron con su vida, con sus sueños, con sus proyectos, pero la cultura mapuche nos enseña, que donde un Kolihue cae, diez crecerán.
La lucha del pueblo mapuche no ha terminado, así lo ha demostrado durante más de 500 años la resistencia de las comunidades mapuche. Así quedó de manifiesto con las protestas que se han producido en Santiago, con quienes denuncian el asesinato de Matías y han teñido de rojo las piletas del Palacio de La Moneda. Así se demuestra con la toma de carreteras en Temuco, con manifestaciones en Concepción, en el norte del país, con protestas en las poblaciones, en comunas y lugares aislados, que no aparecen en las noticias, que nadie reportea, porque no interesa mostrar esta cara de Chile, de los pobres que resisten y se alzan.
Matías Catrileo ha sido asesinado a manos del cabo segundo de carabineros, Walter Ramírez Espinoza, guardián de los intereses de empresarios y terratenientes, lo más probable es que una medalla sea puesta en su pecho, por servicios prestado al Estado chileno, y que Jorge Luchsinger, le dé algún tipo de recompensa por el celo demostrado en su trabajo.
Los asesinatos de Alex Lemún, Juan Collihuín y Matías Catrileo, serán las banderas que nutrirán las luchas del pueblo mapuche, la resistencia de los presos políticos en huelga de hambre, seguirán hablando de la fuerza que intenta romper cercos informativos.
El secretario de gobierno, Francisco Vidal, podrá seguir profiriendo sus amenazas, desde la tranquilidad de La Moneda, y podrá enarbolar que “existe el estado de derecho y que las instituciones funcionan”, podrá seguir defendiendo la ley antiterrorista que diseñó Pinochet para reprimir a los “enemigos de la patria”, pero no debe olvidar, que el pueblo mapuche estaba mucho antes que él naciera, reclamando sus derechos, y seguirá estando, seguirá naciendo Kolihues con los ojos de de Alex, con la sabiduría y el mapudungun del lonko Juan, con la fuerza de Matías.
*Weichafe: combatiente
Sandra Trafilaf
Minga Informativa de Movimientos Sociales
No hay comentarios.:
Publicar un comentario