02 septiembre, 2007

Trabajadoras sexuales adherentes a la Otra Campaña son detenidas en Tlaxcala

Ahora también a ellas
Sebastián Liera.

“Nosotr@s no somos prostitut@s, prostitutas y prostitutos son quienes se venden a los ricos para hacer las leyes a beneficio de los poderosos; prostitutas y prostitutos ellos, que venden su dignidad”
Trabajadoras y trabajadores sexuales en la Otra Ciudad de México.

Éste 31 de agosto, agentes de la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo (el nombre lo dice todo) de la Procuraduría General de la República (PGR) en Tlaxcala, irrumpieron a eso de las 5 de la tarde en la pequeña casa que trabajadoras sexuales adherentes de la Otra Campaña rentan como centro de trabajo en la ciudad de Apizaco, arrestando a nueve de ellas.

Las compañeras secuestradas, que no detenidas, son: María del Rayo Angulo Sarmiento, Ela Vázquez, Azucena Sánchez, María del Rosario Rollos, Argelia Texis Texis, Juana Tenorio Escalante, Rosi González Márquez, Juana Rodríguez Atonal y Rocío Ríos Cortés, y participan del Colectivo Mujeres en Pro de sus Derechos y del Consejo Nacional Urbano y Campesino (CNUC), que se han mantenido en resistencia contra la construcción de una zona de tolerancia que el presidente municipal pretende imponer a pesar de que significará la protección del lenocinio, la trata de personas y la explotación sexual no sólo de mujeres y hombres, sino también de niñas y niños.

El pasado 11 de julio, las compañeras llegaron al zócalo de la ciudad de México y desde allí manifestaron:
“Somos mujeres que ejercemos dignamente nuestra labor sin drogas, sin alcohol sin menores de edad; con responsabilidad, pues usamos condón y lo promovemos; pero sobre todo con honestidad.
“Como trabajadoras sexuales, hemos transitado un largo camino de lucha en contra de la falsa moral, de la hipocresía, del estigmatismo que este sistema social impone y dicta sobre l@s que ejercemos este trabajo como una manera digna de sobrevivir.
“En esa condena hacia nuestro trabajo han encontrado los del poder la justificación para la violencia institucionalizada que esconde su sed de padrotazgo, esa violencia que se manifiesta en encarcelación, persecución, soborno, amenazas, golpes y toda clase de violencia física, económica, psicológica y sexual.
“Hoy estamos aquí para comunicar nuestro rechazo a la zona de tolerancia que el alcalde de la ciudad de Apizaco, Reyes Ruiz Peña, de filiación petista, pretende imponer como moderno proyecto para la ciudad, destinando para ello 17 mil metros cuadrados de terrenos de la comuna y al cual han sido invitados a participar ‘empresarios que ya están en el negocio’ a decir del propio presidente municipal, quién a la vez trata de engañar a la ciudadanía diciendo que los ingresos que ahí se generen serán para obras públicas.
“Nosotras nos preguntamos: ¿Qué esos supuestos empresarios no son precisamente los padrotes que ya explotan a l@s trabajador@s sexuales? ¿Qué no está penada la explotación y el lenocinio en nuestras leyes? ¿No es éste un ‘negocio’ en el cual los que invertirían solo vivirían del trabajo de l@s trabajador@s sexuales? ¿En estas zonas de tolerancia no se ejerce la explotación sexual, el secuestro, el maltrato, la violencia a los que ahí son obligad@s a “trabajar”?
¿El hecho de que no se permita ejercer esta profesión de manera libre en otras zonas de la ciudad y se pretenda que sólo se limite a esa zona, no es en realidad la formación de un gheto que viola de facto todo derecho humano vigente? ¿Acaso se desconoce que las zonas de tolerancia están estrechamente ligadas a las redes de explotación y al tráfico de personas del cual sólo se beneficia el sistema neoliberal y capitalista que nos imponen los de arriba?
“Proponemos que esos 17 mil metros cuadrados de terreno sean utilizados para la construcción de áreas verdes que beneficien a la ciudad, u otras obras como asilos de ancianos, parques recreativos para la población, escuelas, centros culturales, viviendas, canchas para practicar deporte o que en su defecto se construyan fuentes de trabajo para combatir el desempleo que impera en nuestro estado; pero que sean legales, dignas y honradas.”
A raíz de esta resistencia, las compañeras han recibido amenazas constantes por parte de las autoridades municipales, que se apoyan en elementos de corporaciones federales; una ocasión, por ejemplo, “llegó gente con chalecos de la AFI para decirles a ellas que le tenían que bajar, que era muy difícil que las putas se organizaran”; según investigación de Hypatia Velasco Ramírez, enviada de CIMAC Noticias.
Esta vez la agresión fue más lejos. Los agentes de la UMAN-PGR sacaron a las mujeres a jalones y empujones del lugar sin explicación alguna y las arrojaron al interior de camionetas de la policía municipal en medio de golpes e insultos. A ello se sumó la detención de Luz María Hernández Hernández, quien en ese momento pasaba frente al domicilio ubicado en la avenida Morelos casi esquina con 16 de Septiembre a bordo de un taxi, en compañía de la señora Laura Hernández Vergara.
Al darse cuenta de lo que estaba pasando, Luz María sacó una cámara que traía consigo y comenzó a tomar fotos; para su mala suerte uno de los agentes se dio cuenta y alcanzó a ordenarle al taxista que se detuviera, al mismo tiempo que llamaba a un hombre vestido de civil, quien a su vez le arrebató la cámara a Luz María. Según testimonio hecho público en la bitácora electrónica de la Comisión Sexta del EZLN, Luz María pidió una explicación y lo que obtuvo por respuesta fueron insultos y amenazas de que “si le contradecía le iría mal, porque, según él, ella estaba cometiendo un delito federal”.
Fue entonces cuando Luz María le pidió al hombrecito éste que se identificara y, sin hacerlo, el sujeto la sacó “violentamente del taxi y la detuvo e inmediatamente procedió a sacar del mismo al conductor”. Ya detenidos, a doña Laura Hernández, que como recordarán venía en el taxi con Luz María, “le dijeron que se largara porque era una vieja pendeja”, y “todos los detenidos (11 personas), fueron trasladados a la cárcel de la PGR” en Apizaco.
Éste de ninguna manera es un hecho aislado, el secuestro de María del Rayo, Ela, Azucena, María del Rosario, Argelia, Juana Tenorio, Rosi, Juana Rodríguez Atonal y Rocío, así como el Luz María, se inscribe en la escalada represiva que distintas personas desde los medios de comunicación y organizaciones honestas de la sociedad civil han venido denunciando como parte del endurecimiento político de un régimen que pretende criminalizar la lucha social y poder así dar carta abierta a sus socios en la iniciativa privada nacional y extranjera para entregarles la conducción del país.
¿Qué dirán ahora las señoras y los señores de la clase política que recientemente se autonombraron de izquierda y socialistas? ¿Llamarán a sus compañeros del Partido del Trabajo (PT) y como integrantes del Frente Amplio Progresista (FAP) se pronunciarán en contra de las acciones emprendidas por Reyes Ruíz, o guardarán el mismo silencio cómplice de cuando Nazario Gutiérrez ordenó la represión contra nuestros compañeros floricultores de Texcoco y del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra?
Este fin de semana, Andrés Manuel López Obrador realizará una gira precisamente por el estado de Tlaxcala; ¿en medio de sus arengas hará mención de las alianzas entre los gobiernos estatal y municipales de sus compañeros del FAP, brazo político de su "presidencia legítima", con las redes de lenocinio, o por el contrario saldrá con aquello de que “al tiempo política”?
Y el panismo, que en Tlaxcala se alió con el PT y otros partidos para ganar la gubernatura del estado a favor del priísta de toda la vida, Héctor Israel Ortiz; ¿también guardará silencio o, como su “presidente del empleo”, dirá “yo hubiera hecho lo mismo”, como cuando la represión en Atenco?

Reportaje de Hypatia Velasco para CIMACNoticias

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