15 noviembre, 2006

Y la respuesta fue la muerte de esos compañeros, que no en paz descansen, por que siguen luchando con nosotros.

Comandante Zebedeo, Delegado 2, en la facultad de filosofía y letras (10-Xi-06)

Jóvenes y jóvenas, tengan ustedes muy buenas tardes.
Trabajadores de la educación de la Facultad de Filosofía y Letras, como también estudiantes de la misma Filosofía y Letras.
Luego les quiero poner una petición, a ver si me enseñan un poquito más como corregir mi letra sobre cómo se escribe E, cómo se escribe Z, cómo se escribe L y cómo se escribe N, ¿y que dijo ahí?, ¿no entendí nada?
(Gritos) ¡EZLN!, ¡EZLN!, ¡EZLN!, ¡EZLN!, ¡EZLN!
Bueno ya aprendí, EZLN, gracias.
Compañeros y compañeras, traemos la voz de nuestros compañeros bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Son bases de apoyo que también están luchando igual que ustedes.
Allá también están defendiendo la autonomía, con su autogobierno, su salud, su educación, el mejoramiento de la producción; al no permitir semillas transgénicas, al no permitir consumir productos transgénicos —inculcado por los malos gobiernos de nuestro país México—. Esa es la lucha que también están haciendo nuestros compañeros, están resistiendo con sus güevos en su lugar —como decimos nosotros allá—.
Allá hay miles de soldados, no los pudo resignar. Allá muchos soldados se están rajando y, nosotros, aquí estamos con ustedes, dirigiendo nuestra palabra, la palabra del pueblo en resistencia.
Sabemos que la situación en nuestro México cada vez más se está haciendo oscuro el camino de los pobres.
Nosotros con los resplandores de los conciencias, de los dolores, de las palabras, de los hombres y de las mujeres con pies firmes en esta madre tierra, tenemos que encendernos esa luz. Con el trabajo cotidiano, con nuestro quehacer desde nuestro casas, desde nuestro escuelas. Compartir palabras con los compañeros, con los amigos, con la novia, con la querida, con el querido, de que tenemos que hacer un México mejor, con libertad, con justicia, con democracia.
Nosotros somos nombrados para ver la libertad de los compañeros presos de San Salvador Atenco y la justicia para los compañeros, dos caídos de este pueblo. Porque estaban defendiendo su tierra, porque querían comer. La mesa de los pobres ahí es difícil ver el pan, ahí es difícil ver la carne, porque no hay salarios, no hay justicia.
Yo creo que ustedes lo mismo sufren: no hay salario justo. Duro y duro el trabajo, doce, trece, catorce horas de trabajo y un salario raquítica que no nos atiende para nada con las necesidades que tenemos.
A ver si ustedes pagan la luz, pagan el drenaje, bueno no sé qué más impuestos pagan, y con un salario injusto, pues no nos alcanza.
Y en cambio hay gobiernos que cuentan con ranchos, que explotan allí gentes, que los tienen como mozos y los tratan como animales. Allí no pueden gritar, allí no pueden rebelarse, porque si se rebelan, le quitan el trabajo y lo desemplean.
Como también ustedes los maestros, los estudiantes, los obreros, los choferes, así con distintos trabajos en nuestro país, si rebelamos nos amenazan de quitarnos el trabajo.
Vemos también a los compañeros maestros de la sección 22, a los compañeros de la APPO, porque querían la rezonificación, bueno yo creo que quieren hasta ahora, no sé, querían.
Siguen pidiendo justicia de la demanda que les orilló cerrar caminos, carreteras. Y la respuesta fue la muerte de esos compañeros, que no en paz descansen, por que siguen luchando con nosotros. Con el espíritu de ellos tenemos que llevar en alto sin pisotear su sangre. No podemos burlar esa muerte. Como también hay compañeros presos del mismo, del mismo pueblo de Oaxaca, que también, juntos tenemos que luchar para su libertad.
Ya lo escuchamos a viva voz de estos compañeros que expresaron su furia y su coraje, pero que esas palabras salen de los conciencias, salen de las luces de un corazón que está dispuesto a entregar la sangre que es necesario. Y me imagino que también ustedes igual, que están estudiando la letra, síganle dando espíritu a esta letra, que no expresemos palabras y finalmente queden vacíos, que cada palabra sea como debe ser.
La palabra es un compromiso, cada palabra que salga en nuestra boca, sale de nuestro corazón, y por lo tanto, el trabajo que tenemos que hacer con corazón. Tenemos que escucharnos, tenemos que coordinarnos, tenemos que aplicarnos la paciencia, la tolerancia, y la inclusión.
Si somos luchadores de abajo, no tenemos que porque aprender como hacen los gobiernos que excluyen, que cierran sus oídos, que cierran sus ojos y nos responden con la militarización.
Nosotros no podemos hacer eso, a veces se convierte la militarización de un hombre cuando no escucha a alguien y lo bofetea, lo cachetea, lo patea, caemos en lo mismo como un gobierno. Nosotros no podemos cachetearnos nosotros, tenemos que escucharnos.
Dentro de la Otra Campaña ese es el método que tenemos que seguir: escucharnos, hacer que el otro compañero que no tiene capacidad de hablar, le enseñemos a hablar, le digamos: “resista con tu corazón, trate de usar su equilibrio, trate de usar su pensamiento, trate de usar su buena memoria y hable. Y vas a ver que en dos, en tres participaciones públicas vas a ir quitando ese miedo”. Esa es la enseñanza que tenemos que hacerles a los compañeros que no pueden hablar.
Decía hace rato allá, a los compañeros -que creo que igual están acá-, hay compañeros que en vez de que quieren hablar, pues empiezan a flexionar sus rodillas, porque están muriendo de miedo, pues le mata el nervio, pero tiene ganas de luchar, lo importante; físicamente está con nosotros.
Y eso tenemos que saber ver y entenderlo. Eso compañeros para poder lograr lo que queremos, para derrocar ese capitalismo, ese neoliberalismo, no podemos llegar si entre nosotros estamos peleando. Tenemos que mantener una disciplina de compañerismo.
Si hay ese compañerismo, podemos llegar a donde queremos llegar, pero que también no quedemos confundidos, compañeros.
Este sexenio se va a empezar a ver dos gobiernos: uno, el uno, pues el que va a subir en el poder el uno de diciembre y otro que va a subir el 20 de noviembre. Y pues, si nosotros no clarificamos nuestro pensamiento a dónde queremos llegar, podemos confundirnos ahí, y vivir ese pensamiento: “será que me voy con la Otra Campaña o será que me voy con Manuel López Obrador o me voy con Felipe Calderón”.
Se puede simplificar incluso. Pero tenemos que tener una postura firma compañeros, atender lo que queremos. Nosotros, todos nosotros, todas ustedes, ya sabemos que hay una injusticia en el país, pero qué hacer si no hacemos nada.
Podemos tomar todo ese día, palabrear y tras palabrear, decir palabra tras palabra, pero si nada hacemos, quedamos cruzados las manos, nuestros pies atados, no podemos llegar a donde queremos llegar compañeros.
Decíamos hace rato allá, también estamos con ley y sin ley, estamos haciendo (inaudible) para nuestro municipio, en bien de nuestro pueblo. Allá el gobierno obedece. Y allá el gobierno tiene que cumplir, un gobierno que no cumple se va, nombran otro, el que está dispuesto a hacer, cumplir su palabra. No como esos juramentos que hace el gobierno: “cumplir y cumplir”, y cuál, ya se va Fox y nada cumplió.
Pero juró en el nombre del pueblo de México. ¿Cómo ves? como fue un gobierno democrático dijo que en 15 minutos resolvía el problema. Y vemos que pasó 365 días por seis, ¿cuánto es?, ¿a ver?
Pero no resolvió nada. El acuerdo de San Andrés no se ha cumplido, la demanda de Oaxaca no se ha cumplido, los compañeros de San Salvador Atenco, también no se ha cumplido, y así muchos problemas.
Y sobre todo que ahora este Vicente Fox que está anulando el día de la Revolución, el 20 de noviembre, pues entonces, ¿qué nombre le va a poner ese 20 de noviembre?, ¿día de la desistencia o día de la resistencia?
Pues compañeros, tenemos que seguir manteniendo ese nombre: 20 de noviembre es día de la Revolución.
Es todo compañero y muchas gracias.

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