
La cárcel ladrona
roba mi libertad
Pero la libertad es inmensa,
sólo le puede arrancar trozos...
como mordidas.
Las rejas atajan,
niegan la caricia,
la presencia añorada
pero no pueden evitar el amor.
Las rejas aíslan,
rodean de silencio, y de ausencia.
Pero no pueden callar la voz.
Las rejas son frías,
congelan el el alma,
humedecen los ojos.
Pero no pueden apagar el fuego.
No pueden impedir que yo siga siendo yo,
y que tú sigas siendo tú.
Gloria ArenasNoviembre de 1999
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